El cuartico del diputado “Alacrán”, por Omar Estacio

Un sedicente, empresario, pastor evangélico, político, diputado opositor, de Nicolás Maduro, retenido o apresado -cuando echan a alguien, en volandas, la semántica poco cuenta- durante 14 largas horas en el Aeropuerto Internacional de Miami fue, finalmente, deportado y devuelto, sin anestesia, a Venezuela.

“Alacranes”. Así llaman en el barriobajero mundo de la política venezolana a los parlamentarios que, posan de opositores, pero que no son más, que comparsas del repugnante oficialismo. De cuando en cuando, uno o varios de la gavilla, vociferan soflamas incendiarias contra el narco régimen y hasta se fingen dispuestos, en el mismísimo Capitolio Federal, a liarse a trompada limpia con sus fementidos, adversarios políticos. Los únicos que creen que nadie se entera de la farsa, son los propios “Alacranes”. A su manera, son felices. Asumen su rol, apoyados por remiendavirgos como, Zapatero o a alguno que otro comisionado de DD HH de la ONU del señor Guterres, coludidos todos. Después, pasan, juntos o separados, por taquilla a cobrar sus coimas.

El protagonista del episodio de nuestro relato de hoy, es, quizás, el nadir de los “alacranes”. Si no es el ubicado en la cota más baja del servilismo, pugna en multitudinaria y cerrada competición por ese campeonato.

Antes de seguir adelante creemos oportuna la siguiente acotación: El cronista es “andreseloysiano”. Quiere decir, seguidor ferviente de nuestro, Andrés Eloy Blanco, de quien transcribimos algunas estrofas, del Coloquio bajo el Olivo, uno de sus, muchos, hermosos y aleccionadores poemas: “ Por mí, ni un odio, hijo mío/ ni un solo rencor por mí/ no derramar ni la sangre/ que cabe en un colibrí/ ni andar cobrándole al hijo/ la cuenta del padre ruin/ y no olvidar que las hijas/ del que me hiciera sufrir/ para ti han de ser sagradas/ como las hijas del Cid/”.

¿Y qué se le perdió, en EE. UU., a parlamentario tan cuestionable, país cuyas autoridades incluyen en la, OFAC, y demás listas negras, a cuanto cooperador, encubridor, proxeneta o compinche de la citada narcosatrapía?

Según relata, el propio deportado, viajó a Miami, a gestionar hipotéticas donaciones a favor los depauperados venezolanos, víctimas de la ineptitud, la sevicia, de la corrupción con furor de Mesalina del narcosátrapa, de quien es colaboracionista.

Me parece, verlo y oírlo todo, frente a la ventanilla del ceñudo agente del Servicio de Inmigración del aeropuerto internacional referido:
Caramba, míster, aparte de su prontuario de diputado, esquirol, quintacolumnista, cipayo, malinche, infiltrado, ¡ A otro perro con ese hueso! que vino a buscar donaciones para sus compatriotas pues, usted, no aparece registrado, ni en Florida, ni en ningún otro estado de la Unión como solicitante de donaciones, en los términos que exige la Ley de Solicitud de Contribuciones, sección, 496.401 a la 496.424 (Solicitation of Contributions Act, http://www.leg.state.fl.us/statutes/index.cfm?App_mode=Display_Statute&URL=0400-0499/0496/0496.html). Así, míster, que si se pone a pasar “raqueta”, por aquí, sin el correspondiente registro ¡Preso, carrizo! Además, después de chequeado y rechequeado, en Google, lo único notable que consigo relacionado con su persona, son dos parientes suyas, en primerísimo grado de consanguinidad, muy monas éllas, que van y vienen a EE. UU. a derrochar “físico” y dinero, tangas, bikinis mucho dólares y credit cards, por medio, poseedoras para mayores señas de establecimiento comercial en la calle Ocho de esta localidad. Si esto último no es legitimación de capitales, que venga alguien y me lo cuente (Y no digo más de las citadas chicas, suficiente estigma y carga moral, pesan, consanguinidades como la suya). Por lo antes expuesto, míster ¡métase en este “cuartico” y espere, a que lo deportemos, pa’ que vaya a j… pa’ otro lado!

Y aquí llegamos adónde no quisiéramos haber llegado: Que aunque las deportaciones, no derrocan gobiernos, ya que las van usar como escarmiento deben hacerlo como Dios manda: Esos hijos e hijas, a los cuales se refería Andrés Eloy, son aquellos que no han participado en las fechorías de sus progenitores. Algo muy diferente, a los zagaletones y/o zagaletonas, mayores edad que, conscientes del origen ilícito del dinero que reboza sus cuentas bancarias, hacen jactancia de lo mal habido, por las redes sociales y fuera de ellas. En Miami, Nueva York, Chicago, México, Madrid, Londres, Milán, París, Australia, porque como la mala yerba, están por todas partes. En Caracas, quedan pocos rezagados, al volante de sus Ferraris. Cada uno, se ha ganado por derecho propio, su pase al “cuartico” y penas accesorias, iguales a las del diputado “Alacrán”. El U.S. Immigration and Customs Enforcement debería tomar nota.

Si así depravan a sus propios hijos ¿Qué podemos esperar los demás?

@omarestacio

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