La otrora “gallina de los huevos de oro”, un holding ciento por ciento propiedad del Estado venezolano desde su nacionalización en 1976, que se reputó como la tercera empresa pública mejor gerenciada del mundo, hasta con clasificación de crédito triple A, ahora historia, todas las extravagancias domésticas e internacionales del chavismo no tuvieron otra base sino el petróleo venezolano, expiró desde 2008, tras agonía infligida en virtud de la incapacidad política y técnica para ontener el provecho necesario de tal recurso dilapidado.
Bien sabemos de su politización, inescrupulosamente, a lo rojo rojito, que conllevó fuga de talentos, desinversión, objeciones a la meritocracia, todo lo cual se traduce en una industria que, hoy día, ostentamos: taladros inactivos; tal es el caso PetroBoscán, desde 6/2022. Refinerías vetustas, flota desvencijada, pasivos laborales incumplidos, responsabilidad social nula, importación de combustible y lubricantes, aparte de los persas que pretenden incorporar, ahora, a la refinería El Palito y quizá a otras también inoperativas. Pero, volvemos a regalar petróleo a Cuba y se restringe el subsidio del combustible a los transportistas y a productores agropecuarios que pierden sus cosechas y leche ordeñada, ante la actitud cínica y desapacible del ejecutivo, que presume de víctima, con “huida hacia adelante” ante toda eventualiad por sus improvisaciones consuetudinarias.
De momento, poco o nada podría hacerse por volver a los niveles de 1998, con producción cercana a unos 3,3 Mbd 170 Mbd de GLP y unos cuatro nillones de pcd de gas natural, equivalentes a una producción total de unos 4,1 Mbpd con unos 76108 millones de barriles de petróleo crudo en reservas y unos 147 mil BCF de gas natural; pues tendríamos que arrancar de cero, lo que quizá podría lograrse si y solo si, surgiese un cambio de modelo político radical porque el presente, retrógrado y lerdo, insiste en la aplicación de un socialismo/comunismo fracasado e inadmisible a escala mundial, que no ceja en pro del subdesarrollo, así como en la violación de los DDHH e inquisición al disentimiento.
1998 fue el año cuando el 6/12 Hugo Chávez, oficial reprobado del entonces Ejército de Venezuela (EV), golpista fallido y castrista, electo presidente de Venezuela por una mayoría muy significativa. Y, fue el último sño cuando PDVSA disfrutó de una autonomía muy relativa sin mucha interferencia política. Pero, punto de partida del plano en caída que ha traído a esta empresa a la situación tan precaria en la cual sobrevive, hoy por hoy.
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