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LA PROYECCIÓN HA SIDO UNA TÁCTICA CLAVE PARA MADURO QUE, POR FORTUNA, HA PERDIDO EFECTO.

Nicolás Maduro y sus secuaces han utilizado el método de la proyección en su discurso político como un elemento para disimular sus fallas y ocultar sus desaciertos. Ahora, después de más de un cuarto de siglo de exposición pública la credibilidad del régimen está en ruinas, tanto dentro como fuera de Venezuela.

Acusaciones de Corrupción

Un ejemplo clave de la proyección de Maduro son las constantes acusaciones de corrupción contra la oposición, a pesar de que su régimen es uno de los más corruptos del mundo. En lugar de responder a las investigaciones internacionales que vinculan a su círculo cercano con el narcotráfico y el desfalco de fondos públicos, Maduro acusa a figuras como María Corina Machado de ser los verdaderos corruptos.

El régimen de Maduro, a través de su sombrío vocero Diosdado Cabello, afirma que los líderes opositores esconden fortunas en el extranjero, enmarcándolos como parte de una conspiración global para desestabilizar al país. Sin embargo, el colapso de la economía venezolana es producto directo de las políticas de Maduro, su corrupción y el clientelismo desenfrenado.

Violaciones de Derechos Humanos y Represión Política

Otra de las estrategias de proyección de Maduro es acusar a la oposición de ser responsable de la violencia política en Venezuela. Mientras organismos internacionales denuncian al gobierno venezolano por torturas, ejecuciones extrajudiciales y represión brutal contra manifestantes pacíficos, Maduro insiste en que las protestas opositoras son financiadas por potencias extranjeras y están destinadas a desestabilizar el país.

Al igual que cuando culpó a los manifestantes de las protestas masivas de 2017 y 2019 por la violencia, Maduro tergiversa la verdad para presentarse como el defensor de la paz. Mientras tanto, utiliza las fuerzas de seguridad y los colectivos armados para reprimir a sus críticos.

Desvío sobre la Mala Gestión Económica

La economía venezolana ha colapsado bajo el mandato de Maduro y ha disparado una de las crisis humanitarias más graves de América Latina. Ante el desastre, Maduro culpa a las sanciones internacionales, particularmente las impuestas por Estados Unidos, por las penurias que enfrenta el país. Sin embargo, el colapso económico comenzó mucho antes de las sanciones, resultado de años de mala gestión, corrupción y la destrucción de la industria petrolera.

Maduro intenta desviar la atención, acusando a la oposición de no tener un plan económico viable, cuando su propio gobierno es incapaz de ofrecer soluciones sostenibles. Mientras la hiperinflación sigue arrasando con el poder adquisitivo de los venezolanos, el régimen sigue enriqueciendo a la élite cercana al poder a través del contrabando y el comercio ilícito de recursos naturales.

La Proyección como Escudo del Régimen

La proyección ha sido una táctica clave para Maduro que, por fortuna, ha perdido efecto. Como lo demostraron las elecciones del 28 de julio de 2024, el pueblo venezolano está harto de más de un cuarto de siglo de mentiras, represión y calumnias.

La estrategia de “yo no fui, fue Teté” ya no basta para justificar los abusos y fracasos del gobierno. Venezuela exige un nuevo liderazgo para poder reconstruir el país y salir de la crisis que ha dejado una huella deplorable en millones de venezolanos.
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Autor: Alfredo Gonzalez [VenezuelaUnida.com]

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