Dice Juan Antonio Pérez Bonalde, en su poema Vuelta a la Patria dedicado a su hermana Elodia, con interesantes versos: “Madre, aquí estoy: de mi destierro vengo/ a darte con el alma el mudo abrazo/ que no te pude dar en tu agonía;/ a desahogar en tu glacial regazo/ la pena aguda que en el pecho tengo/ y a darte cuenta de la ausencia mía./ Madre, aquí estoy; en alas del destino/ me alejé de tu lado una mañana,/ en pos de la fortuna/ que para ti soñé desde la cuna;/ mas, ¡oh, suerte inhumana!/ hoy vuelvo, fatigado peregrino,/ y sólo traigo que ofrecerte pueda,/ esta flor amarilla del camino/ y este resto de llanto que me queda./…” Sin dudas, todo destierro genera el sufrido lamento de dejar el terruño gentil que da su nacionalismo; y es ingrato ese lamento por la ausencia, aunque sea provocada por extrañas circunstancias, como las generadas por el fatídico régimen “socialista del siglo XXI”.

Hemos vivido para presenciar el desarrollo generacional y político de nuestro país, lo que nos permite hilvanar ideas presuntuosas sobre los avatares incidentes en el malestar de la gente, y comprender lo posible y lo errático del proceder del liderazgo político, con su buena o mala percepción de la acción gubernamental. Podemos decir, que hemos estado muy cerca de la realidad, y que lo que hemos pronosticado ha estado o está muy cerca de esa realidad; y en esta discusión hemos podido retomar o dicho antes; y en ese mismo andar, sentimos la débil respuesta de los equivocados, que creyeron que Venezuela era un nave sin rumbo y al garete; que había que abandonarla porque la tormenta superaba los límites de su seguridad y todo estaba perdido. En realidad, fue una visión, que como dice Pérez Bonalde: “…Tú en el lecho aún estabas,/ triste y enferma y sumergida en duelo,/ que, con alma de madre, contemplabas/…” Fue un momento de inlucidez creado por la angustia y el desespero, que a muchos no dejó espacio para pensar, y, sumado a ello, surgió el dilema socio-político cuando la plebe enardecida dejó de creer en los líderes erráticos en su accionar, y dudaron de la lucha pacífica, para proponer y enfrentar al régimen también errático luego de dos percances: la perdida de la oportunidad de oro del ingresos petrolero y la muerte de Chávez.

De mayor gravedad, cuando el liderazgo incrédulo, dudando de su capacidad y poder, buscó en otros países fuerza y poder para ayudarnos en la lucha, creándose un contingente cargado de medidas y acciones contra el régimen, que devino en miseria para los habitantes del país, olvidaron que el accionar del gobierno, que es la parte que maneja el Estado, solo puede generar beneficios y bienestar, si tiene los recursos económicos necesarios para hacerlo, por lo que la aplicación de medidas contra la generación de recursos y el control del ingreso, trajo como consecuencia el aumento de la debacle.

Publicamos recientemente el escrito del magistrado en el exilio Gonzalo Oliveros Navarro, quien entre sus referencias a la mala política y los daños que han hecho a los venezolanos que se encuentran en el país, dice: “…Todo gobernante debe buscar para quienes dirige el mayor beneficio posible. Ofrecer sanciones ya no solo es inusual pero lo es mas haciéndolas implícitamente extensivas al colectivo. Ello no solo perjudica el objetivo que se busca –la negociación- sino que adicionalmente puede generar una reacción contraria si quienes se sienten ajenos a la diatriba política consideran que se les pudiere perjudicar mas de lo que están.

A quienes proponen sanciones corresponde evaluar la eficacia de las mismas. Venezuela, desde el 2019 fue sancionada por el señor presidente Trump impidiendo que al país se vuele directamente desde los Estados Unidos. Esa medida, por solo citar una, en modo alguno perjudica a las personas a quienes el gobierno americano ha sancionado particularmente, lo hace a todos los demás venezolanos que por distintos motivos a esa nación deben viajar y es lo cierto que, mientras a nuestras tierras eso no es posible, a Cuba -que tiene sanciones desde hace más de sesenta años- solo este próximo viernes una sola línea aérea norteamericana, de las más importantes, tiene siete vuelos ordinarios.

La negociación entre las partes en conflicto en Venezuela es supremamente necesaria, prueba de ello no es solo la situación interna del país sino nuestra masiva presencia fuera de nuestras fronteras por razones económicas, humanitarias y políticas. Declaraciones como las referidas en nada la facilitan y por el contrario, las retardan innecesariamente…”

En esta oportunidad queremos alertar a los coterráneos que están fuera del país y no tiene medidas persecutorias legales o políticas, que vayan pensando en regresar para que se incorporen al trabajo fecundo y a la preparación de los venideros procesos electorales. Percibimos que los números de la diáspora han disminuido, porque el tráfico aquí ha vuelto a congestionarse. También percibimos, que el discurso hacia el interno ha disminuido y se está creando una matriz latinoamericana, especialmente después del discurso de Almagro, con la envolvente comunista y el Foro de Sao Paulo. Ya son muchos los líderes que han cambiado su discurso del ataque a Chávez y el chavismo, para poner como fuerza de lucha la expansión comunista en América Latina. También el renacer de la llamada “guerra jurídica” ya conocida como “lawfare” que supone en la práctica la sustitución de los viejos golpes militares para el cambio de gobernantes, estableciendo dictaduras con rostro legal mediante el uso indebido y tramposo de los propios contenidos de las constituciones democráticas.

“…Ya la vista columbra/las riberas bordadas de palmares/y una brisa cargada con la esencia/de violetas silvestres y azahares,/en mi memoria alumbra/el recuerdo feliz de mi inocencia,/…” JAPB.

¡Volver a Venezuela!

Llevo tu luz y tu aroma en mi piel

y el cuatro en el corazón

Llevo en mi sangre la espuma del mar

y tu horizonte en mis ojos

@Enriqueprietos

https://www.analitica.com/opinion/volver-a-venezuela/