¿Una refinería sin pararrayos?

Para entender cómo funcionan los pararrayos debemos tener claro que un rayo es una descarga electrostática natural. En efecto, al caer un rayo, atraído por la carga negativa de la tierra, la electrostática busca los espacios por donde poder conducirse y estos en general son cualesquiera elementos o cuerpos de forma vertical, tales como: árboles, edificios, antenas, cúspides de templos y otros.

En caso de ambientes agresivos, como el de una refinería, se exige el uso de metales nobles como el aluminio y elementos ferrosos; uno de los más utilizados es el cobre por su durabilidad y susceptibilidad a la humedad, lo que garantiza el paso fluido del rayo, que debe complementarse con detectores de tormenta, puesto que en este tipo de instalaciones por lo general hay emanación de vapores, y al no haber tales dispositivos, podría ocurrir lo no deseable, un incendio y sus consecuencias agravantes por omisiones de seguridad industrial.

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