Ha pasado, insisto, de todo. Lo habitual en las campañas electorales e inusual. Hemos sido testigos de lo increíble, por lo heroico así como por la bajeza del régimen y sus esbirros, que en esta ocasión ha alcanzado cotos inéditos.
Esta campaña concluirá —ya faltan días para la elección presidencial— y la candidatura de oposición no habrá sido documentada en la prensa, la radio ni la televisión.
Cada día ocurre algo que nos asombra, conmueve y sacude. Aun cuando estamos obligados a seguir la actual campaña electoral por las redes sociales, no hay jornada que no termine con un episodio digno de ser destacado en los medios tradicionales. No ha sido así y no lo será. Esta campaña concluirá —ya faltan días para la elección presidencial— y la candidatura de oposición no habrá sido documentada en la prensa, la radio ni la televisión. En dos platos, estamos ante un movimiento de liberación nacional que no ha sido televisado.
Ha pasado, insisto, de todo. Lo habitual en las campañas electorales e inusual. Hemos sido testigos de lo increíble, por lo heroico así como por la bajeza del régimen y sus esbirros, que en esta ocasión ha alcanzado cotos inéditos. Y, sin embargo, hay ciertos analistas empeñados en escamotearle singularidad a una cruzada que no sin razón —ni por acento propagandístico— ha sido calificada de gesta.
¿Por qué esta elección es excepcional?
María Corina Machado aseguró en X, antes Twitter (dónde más), que “esta campaña histórica será estudiada en el futuro. Ha roto con todo ‘lo acostumbrado’…”. Y especificó los rasgos distintivos:
- no hay propaganda en medios de comunicación; la gente se las arregla para enterarse por las redes y divulgar mensajes boca a boca;
- no hay transporte ni gasolina; la gente va a en moto o a pie;
- no hay plata para la “logística”; la gente voluntariamente pone sus recursos;
- no hay sonido (o es muy débil) en las concentraciones; la gente escucha con su corazón;
- no hay afiches impresos; la gente hace sus carteles con los mensajes que le salen del alma;
- no hay promesas electorales ni repartición de cosas materiales; la gente viene a ofrecer su trabajo y a manifestar su amor.
Y aunque esta lista no es corta ni insustancial, la dirigente se queda corta.
¿Por qué esta campaña es tan rara y, sin duda, inusitada?
1) Lo obvio. “Es la primera vez que una mujer llega hasta el tramo final de una elección presidencial en Venezuela (con la peculiaridad de ser el respaldo conocido de un candidato de bajo perfil). “Hay que recordar que Irene Sáez se retiró a medio camino”, señala Félix Seijas, director del Instituto Delphos, C.A.
2) Se producen en un país destruido por un sistema de expolio criminal que ha propiciado la migración o desplazamiento de la cuarta parte de la población. Según reciente declaración de Tomás Páez, presidente del Observatorio de la Diáspora Venezolana, la cifra actual de migrantes y refugiados de Venezuela es de 8,8 millones. Pero muy pocos podrán votar. El régimen disminuyó hasta su casi desaparición el voto de la diáspora, con lo que, de los 4,5 millones de electores potenciales, solo 69.189 podrán ejercer el voto.
3) Estas elecciones tienen lugar en un contexto de profunda represión política y social. La opción opositora está vetada en los medios tradicionales. No es un aspecto curioso, es una aberración. Los medios de comunicación tienen un rol clave en el funcionamiento del sistema democrático, mucho más en el curso de una campaña electoral, puesto que son vector de la información que los ciudadanos necesitan para ejercer su derecho al voto con libertad y de manera racional. Del conjunto de los medios, la televisión es crucial para divulgar el mensaje y los propósitos de los candidatos. De allí que un Estado que se llame democrático o pretenda mantener un delgado barniz de tal debe garantizar igualdad de oportunidades para todas las banderas que concurren a la justa electoral. Al impedimento para comparecer en programas audiovisuales, debe añadirse la de contratar espacios publicitarios. Mientras el candidato del régimen ocupa todo el espectro. Tal arbitrariedad anula la posibilidad de que tenga lugar en Venezuela un debate electoral, formato inaugurado en 1960 con el diálogo entre Richard Nixon y John Kennedy; y que desde entonces permite contrastar las diversas ofertas y perspectivas. En Venezuela el monólogo del autócrata es obligado.
4) A la execración de los medios de comunicación debe añadirse la denegación a la fuerza del uso de vallas, así como de la impresión de carteles de manera industrial, en imprentas. Esta contravención ha estimulado la creatividad de los electores, que se han dado a diseñar sus propias piezas, con sus propios eslóganes y a hacerlos con métodos artesanales.
5) No solo se le han cerrado las puertas de los medios a la candidatura opositora sino que nunca, en el cuarto de siglo del chavismo, se habían puesto tantas y tan violentas trabas en su intento de acortar la diferencia en votos. De allí que en esta elección no solo se haya impuesto el obsceno ventajismo acostumbrado sino que les han impedido a los voceros opositores viajar en aviones y han desplegado patéticos ardores para obstaculizar sus recorridos por el país, incluidas detenciones contra quienes les han prestado servicios, algunos tan básicos como la venta de arepas y empanadas.
Por estos motivos, el régimen ha detenido 102 personas este año (77 a partir del inicio formal de la campaña. Según denunció la ONG Foro Penal, estamos ante “un claro patrón de actuación contra activistas, militantes, incluso colaboradores o personas que prestan sus servicios». En meses anteriores, como documentó el medio digital Arepita, fueron encarcelados y algunos, desaparecidos “por pasear en camión a Edmundo y María Corina Machado por Valencia, agarraron al conductor Elisaúl Rodríguez y dos acompañantes (Carabobo). En una alcabala de la frontera capturaron a Willy Álvarez, junto con otras dos personas: le había compuesto este tema a María Corina (Táchira). Dos militantes femeninas de Vente Venezuela, Mary Rodríguez y Mayra Montilla, cayeron en Guanare (Portuguesa), al igual que Denis Martínez y César Tiapa, activistas de la oposición en Anaco (Anzoátegui). Y por si fuera poco, Ángel Aristimuño, jefe de campaña de Edmundo en Monagas, tampoco escapó de la red de arrastre”.
“Y eso —agregó Arepita — sin contar al empresario Ricardo Albacete, que hospedó a María Corina Machado en Táchira, y cuya detención fue confirmada por la fiscalía del régimen el viernes. Además, el Seniat clausuró el restaurante de La Encrucijada (Aragua) donde Machado y Edmundo sufrieron hostigamiento de funcionarios públicos el sábado. Operadoras de internet bloquearon los portales de Ipys Venezuela y el Observatorio Venezolano de Fake News, dos organizaciones civiles que velan por la información libre. Aún no sabemos si habrá represalias por el paso de The Libertad Tour por la UCV”.
Las campañas de Capriles y de María Corina Machado
6) No por nada el politólogo y académico Ángel E. Álvarez escribió en X:
“Comparar las elecciones de 2006, 2012, 2013 y 2015 con las de 2024, sin ponderar el crecimiento del nivel de autoritarismo (medible numéricamente) en 20 años, en Venezuela, es una grave falla teórica y metodológica”.
Tan aplastante argumento es desconocido por quienes se hacen los tontos e intentan minimizar el arrastre de la opción opositora de 2024 aduciendo que algo similar ocurrió con Carlos Andrés Pérez, el primer Chávez y Capriles. Desde luego, omiten lo subrayado por @polscitoall, esto es, Pérez y el Chávez del 98 compitieron en el marco de una democracia. Nadie los persiguió. En cuanto a Capriles, en sus campañas de 2012 y 2013, hizo un esfuerzo sobrehumano (no olvidar que perdió 10 kilos de peso corporal) para enfrentar al chavismo tramposo en todos los frentes; y sin embargo, aquellas condiciones no se pueden comparar con las presentes. No es necesario restarle méritos a Capriles, los tiene y muchos, pero es que en esta oportunidad a María Corina Machado, cuyo comando de campaña está preso o asilado en la Embajada de Argentina, la detienen en las alcabalas, le montan guarimbas en puentes, donde va es hostigada y a quien le dé un vaso de agua lo llevan preso. El que presta el camión para trasladar equipos, le quitan el vehículo y al de los equipos se los confiscan (para no decir que se los roban como han robado a tanta gente). Y aun así, y aquí lo extraordinario, la gente sigue aportando el camión, alquilando equipos, prestando sus casas y salones de mesa pública… Esa gente sabe lo que le viene y, sin embargo, lo hace.
7) “Es la primera vez”, dice Félix Seijas, “que el chavismo se va a enfrentar a una elección presidencial siendo franca minoría. En 2013 fue una elección cerrada [se refiere a la escasa diferencia entre la recabación de votos de los dos candidatos, Capriles y Maduro]; en 2018 la oposición no participó en bloque, de manera que el chavismo tenía cómo ganar en votos y, efectivamente, terminó ganando. Esta es la primera elección nacional a la que se presenta en condición minoritaria. La otra elección nacional a la que concurrió de esta guisa fue la del 2015, elecciones parlamentarias, y perdió de la manera como ya sabemos”.
8) Hay una candidatura en justa y otra detrás, que es quien debió ser la abanderada, porque así se decidió en las primarias, pero que al ser “inhabilitada” es quien está impulsando la campaña porque es quien ejerce el liderazgo indiscutible de la oposición y quien aporta el caudal de votos. “¿Cómo se va a resolver esto después de la elección presidencial?”, se pregunta Seijas, “es un buen problema a tener, porque Edmundo va a ser presidente, eso es indiscutible. Ya veremos cómo se maneja, pero, en fin, es un asunto que gravita sobre el evento y que no había estado del 58 para acá”.
9) El chavismo comete errores que no corrige. “Desde hace dos años, el chavismo comete errores y la oposición, aciertos. Esto sí es una novedad, por suerte, sostenida”, observa Seijas.
El marco en el que sucede la elección
10) La candidatura de la oposición ha crecido sobre un movimiento popular trazado desde el interior hacia Caracas, con ínfimo financiamiento para organización de eventos y contra el lobby desembozado de bonistas y sectores colaboracionistas con el régimen. Por cierto, esta progresión abolió la arraigada percepción según la cual “María Corina no sube cerro”, así como aquella que apuntaba a que nada que no pasara por el consenso entre líderes de partidos tenía chance.
11) Por este camino, la fervorosa receptividad y compenetración emocional de la gente, —que tiene mucho de catarsis, de verbalización terapéutica, de expresión de un sufrimiento que no encontraba cauce en el discurso que el régimen emite o admite en los medios de comunicación— expresa un anhelo profundo de unión nacional, tras años de retórica maniquea y divisionista.
12) Para el expresidente de la Asamblea Nacional, Omar Barboza, la peculiaridad de esta elección estriba en que “se ha producido la unidad superior de los venezolanos en apoyo a la propuesta de Edmundo González, que se resume en la determinación de ir a un cambio en paz. Apoyado por el liderazgo de María Corina Machado, que le aporta emoción y energía a la campaña, junto al trabajo diario de todos los partidos de la Plataforma Unitaria y sus líderes, pero especialmente con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo venezolano. El resultado es que hoy, en todas las encuestas medianamente serias, Edmundo González gana ampliamente. Lo más singular de esta campaña es que la discusión popular no es sobre quién va a ganar sino sobre si el Gobierno está dispuesto a entregar”.
En suma, se podrá alegar que todos estos aspectos se han producido en otros procesos electorales, en otros países y en otras épocas. Pero ¿todos juntos? Si hasta en el plebiscito de Chile de 1988, con Pinochet todavía en el poder, la oposición pudo hacer campaña en medios tradicionales. No. Todos juntos, nunca.
______________________________________________________________________________________________________________ Autor: Milagros Socorro (El Nacional julio 17, 2024) – https://www.elnacional.com/author/milagrossocorro
Foto: @FabiolaFerrero / @ConVzlaComando