Ante el 228 aniversario del natalicio del mariscal Sucre, que celebramos hoy viernes, es de estimarse un reconocimiento como estratega consumado de las Campañas del Sur tras el triunfo en Carabobo, donde no participó. Pero, planificó, junto a Miranda, las estrategias militares que conducirían a dicho triunfo, cuando Bolívar le designa comandante de los ejércitos del Sur, encargándose de liderar las acciones pertinentes, entre 1821 y 1826, de ejecución por la firmeza de la Gran Colombia contra el dominio español en Sudamérica,  de impacto culminante sobre Ecuador, Perú y Bolivia, refugio de las fuerzas realistas; repúblicas sometidas, hoy por hoy, a presiones políticas retardatorias; filosofías de poderíos ideológicos contradictorios que opacan al ideal bolivariano de libertad y unión por el cual se luchó contra la Corona española durante el siglo XIX con los éxitos de relevancia logrados y bien conocidos, que condujeron a la culminación definitiva de la guerra de independencia hispanoamericana, así como de toda conflagración intestina. Pero, desatada, hoy día, a causa de la misma dinámica política de los pueblos, tal ocurre, actualmente, por la lucha de un concepto de libertad quizá tergiversado, con saldos cruentos y reflejos en la desaceleración de un desarrollo para disfrute de una calidad de vida superior.

Por su parte, José Joaquín Olmedo había entrado en tratos con Bolívar y San Martín, de donde se dirigió a Popayán a organizar la marcha sobre Quito y el 7/4/1822  Sucre ganó la batalla de Bomboná; sitió a la ciudad realista de Pasto. Luego, el 24/5 al hacer gala de su estrategia militar triunfa en las batallas de Yaguachi y de Pichincha. Recibió  unos 1100 prisioneros, 1700 fusiles y abundante material de guerra. De ahí, aparte de su triunfo en Ayacucho, la admiración y honra suyas en Ecuador.

En 6/1822 Bolívar y Sucre se reúnen en Quito, donde promulgan la constitución colombiana y sanciona el Congreso de la Villa del Rosario de Cúcuta.

En efecto, derrotados los realistas, el Ecuador entra a formar parte de la República de Colombia, conforme a lo resuelto en Angostura y el Rosario de Cúcuta; no obstante por inconsulta su opinión se oponían a ello algunos individuos representativos de Quito.  

Luego, en Guayaquil que se lo disputaban los peruanófilos, colombófilos y hasta los autonomistas, adeptos a una República independiente, que conforme al uti possidetis, sostenido por el Libertador desde los inicios de la revolución, la provincia de Guayaquil debía formar parte de Colombia porque desde 1770 había pertenecido al virreinato de la Nueva Granada; en dicha provincia Sucre entra en contacto con la Junta de Gobierno; su triunfo en Yaguachi sobre Aymerich, así como los de Bomboná y Pichincha, aparte del arribo del Libertador a dicha ciudad, propiciaron que dicha junta convocara al Colegio Electoral a fin de que, en uso de su arbitrio se decidiera el destino de esa ciudad. Y, el 28/7 se decidió por la anexión a Colombia;  de lo  cual discrepa el general José de San Martín, a quien el Libertador en 7/1821 había otorgado el título de Protector del Perú y régimen de los departamentos libres, entre sus objetivos se hallaba el de lograr que Guayaquil fuese anexado al Perú. Disuelta la Gran Colombia en 11/1831, la situación quedó resuelta porque Quito dejó de pertenecer a la misma.

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