Una historia festiva cuenta que un sacerdote no sabiendo como calmar el clamor de un feligrés que lloraba a mares y a gritos conmovido por el padecimiento de Cristo que el sacerdote había narrado, no encontró otra fórmula mejor que decirle “cálmese hermano, no puedo continuar la misa, la iglesia está llena de feligreses que esperan que yo continúe, y eso sucedió hace mucho, mucho tiempo, dos mil años, y quien quita que hasta mentira sea”.
De hace también muchos años atrás, no tantos como la pasión de Cristo, pero todavía estaban vivos Chávez Frías y Castro Ruz y como era natural el primero le pidió consejo al segundo acerca de lo que debía hacer frente al hampa. La respuesta no se hizo esperar. No la entrecomillo porque no estaba presente, pero me llegó de buena fuente que me pidió discreción y habiendo ya transcurrido tantos años del suceso, o más bien del consejo, lo dejo escrito. Fue algo así como que el hampa podría ser útil a la revolución y utilizarla como fuerza de choque frente a la oposición.
La historia luego registra a Iris Valera como “¿ministra de prisiones?”. Luego los pranes controlando las cárceles, administrando la circulación de drogas y hasta el acceso a la comida. El uso de armas dentro de las prisiones no por los custodios, sino por los privados de libertad, que se permiten hasta el disparo de “salvas” para despedir a algún principal fallecido dentro o fuera de la prisión, como si se tratara de un prócer.
Después los entrevistaban en las estaciones de televisión y fueron adquiriendo hasta las funciones policíacas en determinadas zonas a las cuales no tenía acceso la policía. Hoy nos reportan que la zona comprendida entre la Cota 905, los túneles de La Planicie y hasta las inmediaciones del Palacio de Miraflores, esas organizaciones son las fuerzas del orden público. La policía no puede penetrar en sus predios y la Guardia Nacional que es el vecino más próximo mantiene distancia con lo que allí ocurre, porque entre las cosas que ocurren es que los policías son privados de sus armamentos, en buena medida por el arsenal superior que manejan los pranes, que incluye hasta granadas que desde luego no se venden en boticas y aunque la fuerza armada que llaman “bolivariana, chavista, socialista y no sé cuántas cosas más”, tiene por llamarlo de algún modo el monopolio de esos artefactos, nadie se explica, al menos yo no me lo explico, como es que este tipo de armamento puede llegar a ellos.
Esto que ocurre en la capital no es diferente a lo que ocurre allá en el sur, en el estado Apure, donde todas las informaciones que circulan nos llegan con el mensaje de que quienes están pasando apuros en Apure son nada menos que los integrantes ya no de las policías municipales y estadales, sino de la Fuerza Armada.
Los asentamientos en el territorio nacional de las FARC a los que Chávez les dio la bienvenida afirmando que Venezuela limitaba al oeste con las FARC, están allí y le hacen compañía aunque se disputan el control los miembros del ELN; y no se puede pensar en un diálogo con el pranato para que en lugar de despojar de sus armas a la policía, despojen de sus armas al ELN y a las FARC, porque esas otras fuerzas manejan el negocio grande de la droga y el pranato solo el negocio minorista. A mis antepasados les encantaba darnos consejos a mis hermanos y a mí, para lo cual recurrían las más de las veces a esas frases llenas de sabiduría que llaman refranes; y no sé por qué razón me estado revoloteando uno que dice: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”.
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