La masiva protesta laboral que se ha extendido en todo el país desde inicios de 2023 multiplicó las expectativas en torno a la recién finalizada reunión del Foro Social en Margarita monitoreada por la OIT, donde se analizaron temas candentes de las relaciones de trabajo en Venezuela, como es la libertad sindical, la consulta tripartita y el salario mínimo, siendo este último el que ha acaparado más la atención por registrar el salario mínimo más bajo del continente y a nivel global, ya que siendo menor a 6 $ mensuales no lo devenga ningún trabajador en ningún país del mundo.
Si lo comparamos con Haití que es la economía más pobre del continente los salarios mínimos que devengan los trabajadores de ese país oscilan entre 3,5 $ y 7 $ diarios, ya que para cada sector se define uno diferente, entre ellos, el sector textil, los trabajadores domésticos, profesores y empleados del sector servicios (swissinfo.ch 02/2022). En resumidas cuentas, si lo relacionamos con nuestro país el salario mínimo mensual en Venezuela equivale en promedio a un día de trabajo en Haití.
Ante esta inevitable realidad los voceros oficialistas no han tardado en opinar, se da el caso del gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, quien el miércoles 1° de febrero manifestó “exhorto a la oposición a hablar con los países que impusieron sanciones para que las levanten, con lo que así se pueden tomar medidas como el aumento del salario mínimo para los ciudadanos”, en ese tenor la Central Socialista Bolivariana de Trabajadores (CSBT) ha indicado “que no se trata de fijar un nuevo salario sino acordar un método que tome en cuenta el bloqueo que sufre el país”.
Es decir, palabras más palabras menos nos planteamos ¿los trabajadores venezolanos tendrán que esperar a que levanten las sanciones para obtener un nuevo salario? ¿será cierto que los bajos salarios son producto del bloqueo económico? ¿deberán seguir los trabajadores inmolándose por una revolución fallida? ¿Valdrá la pena continuar con los encuentros convocados por la OIT? ¿Será capaz la fuerza de la movilización laboral de doblarle el brazo a la tiranía? ¿Los que están protestando en las calles son los mismos que representan a los trabajadores en la Mesa del Foro Social? ¿Es potestad unilateral del presidente definir el salario mínimo?
En fin, así como estas se presentan múltiples interrogantes debiendo señalar de entrada que condenar a los trabajadores y sus familias a condicionar su salario al levantamiento de las sanciones, es el chantaje típico de la banda criminal que secuestra y luego pide rescate por la victima que vandaliza.
La historia en realidad ha sido otra. “A su llegada al poder a inicio de 2013, el salario de ese momento era de 3224,52 bolívares fuertes, los cuales representaban un equivalente a 147,64 dólares. Su peor momento llegó aproximadamente a mediados del mes de febrero de 2021 cuando el sueldo mínimo de 2.400.000 bolívares soberanos representó tan solo 1,28 dólares” (eldiario.com 07/02/2023), para luego repuntar a 30 $ en marzo 2022 y afrontar la realidad en 2023 de un salario mínimo de 5.2 $ mensuales. En resumen, aun cuando las sanciones se aplican desde el segundo semestre 2017, la debacle del salario se arreció desde el inicio de la gestión de Maduro en 2013, cuyo efecto inmediato fue el impulsor de la diáspora que alcanza a más de 7 millones de venezolanos.
En ese contexto es útil que se mantenga en el tapete internacional la verdadera situación del trabajo en nuestro país en el escenario de la OIT, al permitir mantener la información actualizada sobre el contenido de las políticas antilaborales del régimen, quien se ufana con su aparato publicitario sobre Venezuela señalando que “todo se arregló”, pues bien, la evidencia señala ante el mundo la tragedia que vive el trabajador.
En cuanto a la fijación del salario mínimo, si bien es cierto el arbitrario DLOTTT (2012) eliminó el tripartismo en cuanto a la consulta a trabajadores y empresarios establecida en la LOT de 1990, los convenios 26 sobre fijación de salario mínimo y 144 de consulta tripartita establecen el compromiso de consulta previa con los actores, siendo estos convenios los que fueron invocados para designar la Comisión de Encuesta y la convocatoria al Foro Social recién finalizado. Por tanto, el proceso de la mesa técnica acordada para fijar el salario será el foco de atención de los diferentes sectores participantes en la protesta.
Lo demás está por verse ante las intenciones de la tiranía de correr la arruga, y así pretender evadir la fuerza de la movilización laboral que permanece en todo el territorio nacional, cuyo impacto determina que las centrales sindicales que asistieron al Foro Social de Margarita deban rendir cuentas ante los millares de trabajadores movilizados, pertenecientes a los sectores de la Salud, Educación, de Guayana, Jubilados y Pensionados, entre otros sobre lo acordado en esa reunión.
Lo cierto del caso es que los trabajadores venezolanos ya no aceptan las historietas del bloqueo y las sanciones como las culpables de los salarios de hambre, ya señalan claramente al culpable de la miseria y la ruina de la familia, personificado en el tirano que ejerce hoy el poder con su cúpula cívico-militar.
Finalmente es el mismo artificio que la dictadura castrista ha aplicado al pueblo cubano, al esclavizarlo durante décadas en nombre de un bloqueo, que ha sido la excusa para el saqueo de la economía y la instauración de la dictadura más oprobiosa de la historia continental.
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