Search

Resultados del 28 de julio también divide al chavismo, asegura politóloga

Desde hace ya un par de años, se ha dicho que el chavismo nada en dos corrientes distintas: Por un lado, están quienes detentan aún el poder de la mano del “heredero” de Hugo Chávez, es decir, el gobernante Nicolás Maduro; mientras en la otra acera están los que se denominan “chavismo originario”, que no son más que exministros, exalcaldes y exdiputados “leales” al fallecido líder, pero disidentes de Maduro y se plantean una “alternativa bolivariana”.

Recientemente, una de las figuras más sonantes de esa segunda corriente, el exministro del Petróleo Rafael Ramírez, pidió al exministro de Educación, Adán Chávez, dar un paso adelante y desligarse del gobierno de Maduro, de quien aseguró, no ganó las elecciones presidenciales del 28 de julio, pero pretende mantenerse en el poder.

Otro que se ha manifestado mucho en contra de Maduro, sobre todo después de las elecciones del 28 de julio, ha sido el exministro de Comunicación Andrés Izarra, que días pasados sorpresivamente suscribió la Proclama de Unión a la Nación Venezolana, que la oposición promueve para pedir respeto a la soberanía reflejada en las elecciones presidenciales del 28 de julio.

Este mismo documento ha sido firmado por otros exfiguras del oficialismo como Rodrigo Cabezas, Nicmer Evans y la exdefensora del Pueblo Gabriela Ramírez.

Quién sostiene y quien no a Maduro

Para la politóloga venezolana Nancy Arellano, actualmente el control del poder “oficial” en Venezuela, en manos de Maduro, se sostiene por un grupo que ella califica como «postchavistas-maduristas».

» Los postchavistas pueden ser chavistas o no. Y es ya más que obvio que la mayoría no lo es. Son maduristas y, en buena parte: antichavistas», dijo.

Arellano, vicepresidenta del movimiento Coalición por Venezuela y fundadora de la ONG Veneactiva, quien escribe columnas de análisis para importantes medios de Perú, donde reside actualmente, asegura que ese postchavismo ha logrado remontar situaciones en el país producto de la falta de independencia de los poderes públicos, la violación sostenida de la Constitución y la impunidad a crímenes de lesa humanidad.

«Esto como estrategia de control a través del miedo a la población y expresión máxima de poder-impunidad. Esto incluyó vejar a líderes del propio chavismo, desconocer internamente a quienes habían acompañado a Chávez, romper lógicas de crecimiento interno y empezar la instrumentalización del poder en función de la consolidación de nuevas lealtades a Maduro y compañía. A esto se suma el inicio de la represión dura, el aumento de los presos políticos y la violencia sistemática» por grupos policíacos.», dijo.

Según Arellano, las discrepancias entre el chavismo originario y el madurismo se centran en cuestiones como la corrupción, la violación de derechos humanos y la deriva autoritaria.

«Los desencuentros se profundizaron con el tiempo, y en la actualidad, se suman nuevas razones para la división», asegura.

En el contexto de las elecciones del 28 de julio de 2024, Arellano cree que el madurismo ha enfrentado críticas por su desconocimiento de la voluntad popular expresada en las urnas.

«Además, la persecución política afecta no solo a la oposición, sino también a antiguos votantes del chavismo. En medio del fraude electoral, la tensión se agudiza y la polarización política persiste en un país que enfrenta desafíos económicos, sociales y humanitarios; pero sobre todo de una inminente crisis regional: un nuevo capítulo de desplazamiento forzado que podría alcanzar el doble de las dimensiones en la región con 10,4 millones», dijo.

The post Resultados del 28 de julio también divide al chavismo, asegura politóloga appeared first on Efecto Cocuyo.

Compártelo:

Publicaciones relacionadas