En lo que va de siglo, Venezuela ha sido testigo de una profunda degradación política, social y económica bajo el régimen chavista. La crisis que atraviesa el país ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva de los venezolanos, quienes han soportado años de corrupción, represión y la progresiva erosión de sus derechos y libertades fundamentales.
Por largo tiempo, la oposición venezolana ha luchado pacíficamente para restablecer la democracia en el país, a través de diálogos, negociaciones y procesos electorales, todos manipulados o ignorados por el régimen de Maduro. Esta estrategia ha sido socavada por la represión brutal, los asesinatos, las detenciones arbitrarias, la censura y la persecución de disidentes.
El fraude electoral perpetrado por el gobierno de Maduro el 28 de julio de 2024 marcó un antes y un después en la historia reciente de Venezuela. Tras años de manipulación electoral y control autoritario, el régimen de Maduro cruzó una línea roja que desencadenó la indignación y el repudio masivo tanto de la población como de la comunidad internacional.
El fraude electoral no solo fue una violación flagrante de los principios democráticos, sino también un ataque directo a la voluntad del pueblo venezolano. La desesperanza y la frustración acumuladas, combinadas con la falta de alternativas pacíficas y democráticas, han llevado a la sociedad venezolana a reconocer que la única respuesta viable ante la dictadura de Maduro es la resistencia cívica y, en última instancia, la rebelión popular.
La historia juzgará este período como un capítulo oscuro en la historia de Venezuela, pero también como un momento en que el pueblo venezolano se levantó para reclamar su derecho a vivir en democracia. Para cerrar recordemos con Gandhi que “la violencia es el miedo a los ideales de los demás.”
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Autor: Alfredo González [VenezuelaUnida.com]
Imagen cortesía de Pixabay.com