Leo, con insólito asombro, la noticia referente a la empresa Venezolana del Vidrio (Venvidrio) que elevará su producción con la reactivación de dos hornos del 9% al 43% de su capacidad instalada. La información sobre la planta situada en Los Guayos, Estado Carabobo, lleva mi memoria a 12 años atrás cuando el entonces presidente Chávez Frías vivía y anunciaba con “bombos y platillos” la expropiación de la Owens Illinois. Debió haber usado la expresión “nacionalización”, porque ese gran historiador ya fallecido que fue Manuel Caballero, se permitió jugar con el lenguaje señalando que no había tal “nacionalización” sino “gobiernización”.

La presentación de la noticia y el desarrollo explicativo de la misma viene acompañada de una frase que llamó mi atención, porque me sonó como una advertencia de alguien que conoce sobre la materia en la cual mi ignorancia es “enciclopédica” y dice así: “Horno que deja de funcionar debe ser totalmente desmantelado y construido de nuevo, no se puede hablar de recuperación”.

La advertencia la entendí como un cuestionamiento de la noticia que se da sobre “la reactivación de dos hornos”, reactivación que llevaría la capacidad de producción del 9% al 43% de lo que fuera (el fuera es de mi propio decir, advertido por lo del total desmantelamiento y nueva construcción) la capacidad de producción cuando se realizó la expropiación.

Podría escribir, distrayendo la atención de mis lectores, sobre quienes fueron los que manejaron durante estos doce años esa empresa para haberla llevado a ese nivel de producción, 9% de la capacidad instalada. También pudiera escribir sobre quienes han gobernado durante ese tiempo, durante el cual una empresa que atraía la atención del gobierno para a través de la expropiación, nacionalizarla, que digo, gobiernalizarla, haya derivado a lo que es hoy. Pero ya eso carece de interés.

Es posible que quienes han manejado la empresa puedan o no haber sido cambiados durante estos doce años; y por lo tanto la responsabilidad no recaería únicamente sobre los actuales administradores que han acometido la “cuestionable tarea” de reactivar los hornos, sin haberlos previamente desmantelado, lo cual desde luego no es algo de lo que tengamos certeza, porque bien pudiera ser que quien dio la información no haya juzgado prudente decir que se hayan construido de nuevo los hornos que llevarán la capacidad de producción del 9% al 43%. Lo que expresado no en términos matemáticos que son precisos sino en términos políticos le hubieran abierto la posibilidad de decir “vamos a quintuplicar la capacidad de producción”, dado que 9 por 5 son 45 y a 43 le falta un pelo para equipararse.

Todas estas cosas que han venido ocurriendo comprometen la responsabilidad de un número muy grande personas, que se han desempeñado en diferentes cargos, algunos en la propia estructura del Estado y desde luego en la rama del Poder Ejecutivo que es a la que le corresponde “dirigir la acción de gobierno”.

No hay duda que Chávez Frías que decretó la expropiación y ejecutó la misma es, por decirlo de algún modo, responsable, pero estando fechado un artículo que escribí sobre la expropiación de esa empresa el 27 de octubre de 2010, hay menos duda aún de que apenas por un año le prestaría atención a lo que hacían sus designados en esa planta. Al otro año estaba en campaña y quien ejercía como encargado era el señor Maduro, que todavía no era “usurpador” como lo es hoy; y a quien le toca responder por al menos once de los años en un total de doce que llevaron la producción del 100% de la capacidad instalada al 9%.

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