No es una película, es una radiografía

Esta reseña, no contiene spoilers

SIMÓN es un largometraje de Diego Vicentini, un venezolano en el exilio que decidió explorar algo de lo que se habla poco por los que reseñan y promocionan la película, y para mí es la esencia de la historia; es una radiografía que muestra lo que más necesitamos enfrentar aquellos que queremos a Venezuela: la Duda.

Si yo soy sólo un individuo,
¿Podremos vencer a los poderosos sin armas ni poder?
¿Qué tendré que sacrificar para generar un cambio trascendente para el país?
¿Cuál es el límite real que me impide lograr esa transformación en Venezuela?
(o cualquier otro país)

Yo no sé para otros venezolanos, pero para mí hay un sentimiento de culpa en haber salido de Venezuela. En 2002 y 2003 yo estaba esforzándome por calentar la calle, iluminar las mentes de los que estaban cómodos o que no querían que el “barco” se moviera mucho por riesgo de que todo se descalabrara “de verdad”; quería despertar a toda la población a lo que yo sentía estaba pasando: de manera acelerada, estábamos perdiendo la Venezuela que nos había amamantado. No hablo de los privilegios de una clase media (la mía), sino de la trayectoria de una patria que había sido inspiración para la liberación de todo un continente, que había iniciado una república con ideales humanistas y que, aunque durante por más de 150 años se habían aguado dichos ideales, fuimos con diferencia, la mejor y más sólida democracia del Siglo XX en toda América con la única excepción de EEUU.

Yo creo en Venezuela. Yo creo que hay un reducto de humildad y hermosa humanidad en su “bravo pueblo”. Yo emigré a Barcelona España en octubre del 2005 y volví en verano del 2007 con la que sería la madre de mis hijas para que ella conociera a mi familia, al hermoso país que yo le contaba y a nuestra gente. Antes de viajar ella quería conocer más de nuestra historia y cultura… fuimos a buscar un libro sobre Venezuela en una librería especializada. De entre los varios libros que habían, el que escogimos comenzaba el primer párrafo con: “Los venezolanos siempre tienen una sonrisa en la cara”. Tres años más tarde de nuestra visita, evidencié que esa alegría ya no era una realidad, y para mí fue un gran golpe.

Vamos con la película: LA DUDA.

La incertidumbre y la duda son dos aspectos que están, como la nata sobre la leche, en nuestro mundo actual. En ningún lugar de esta tierra es más evidente que en los países totalitarios que tienen aún la posibilidad de ver cómo se vive en otros países y continentes. Si no por otra razón, porque los gobiernos se centran en generar duda y desesperanza con el principal objetivo de desinflar todo soporte a una oposición, lo hacen como estratégica y actividad política. Así la población está continuamente debatiéndose como un yoyo, entre el anhelo por un cambio que les permita hacer un cambio sustancial a mediano plazo y un absoluto desánimo que no le permite otra cosa que luchar por sobrevivir ese mismo día… y ellos se mantienen en el poder.

Ese sentimiento de vital desequilibro generado no puede ser resuelto afuera de la psique del individuo, no puede sustentarse exclusivamente en motivación, determinación o visión; necesita un profundo enraizamiento en una certeza que tiene que crecer en el individuo.

Escucho a los cínicos decir, “estás como un pescado, pataleando cuando ya tienes el anzuelo en la boca”, o a un cristiano convencido pensar “está expresando la verdad más grande, la fe es la que nos salvará”. Yo creo que podemos descalificar al “pescador” o tener toda la fe del mundo, pero si esa fe no nace de un proceso interior que enfrenta todas las preguntas descarnadas, no cambiará el resultado: seguiremos en la Tiranía de los Necios. En “el mar de la felicidad” hay muchos peces; yo no puedo cambiar la realidad allí fuera, pero YO sí puedo cambiar, de eso estoy absolutamente seguro.

La pregunta es obligada: ¿Cómo cambio? 

La fortaleza del Ser que vive dentro tuyo

No sé si sabes acerca de la historia o todo lo que crees entender es que “la historia es un proceso dónde se evidencia como los poderosos siempre se salen con la suya y los pobres, y faltos de poder, sufren las consecuencias”. Si es así, necesitas leer y culturizarte un poco más.

Cierto, podríamos definir la historia como una secuencia de procesos donde unos pocos poderosos van manipulando todas las líneas de control para hacerse y mantenerse en el poder… reinado tras reinado, país tras país, gobierno tras gobierno; pero también podemos decir que hay un PROGRESO en todo ese PROCESO. A cada ciclo se han ido marcando algunos cambios que van apilando algo muy poderoso, llegando al más importante legado de occidente: el individuo es esencialmente soberano. Aunque aún existan países o gobiernos donde ello no se evidencia en la realidad o las leyes, es precisamente en esos países donde hay algún grado de totalitarismo. Pero aún allí sus gobernantes aluden a precisamente que están protegiendo la soberanía del “pueblo”, del que casualmente ellos se identifican como “yo soy el pueblo”. Así que aún allí se reconoce la soberanía del individuo, aunque sea para manipularles.

Cierto que hoy el concepto de “el individuo es soberano” se nos ha ido de las manos, es parte del proceso para llegar a un mayor progreso. Todas las “libertades”, de las que de una manera u otra nos favorecemos, son un privilegio; son la base que me permiten florecer y determinar qué vida quiero vivir… pero contemplan una responsabilidad. Es más, tu libertad está íntima e inexorablemente vinculada con el grado de responsabilidad que asumas. Eres más libre en tanto más responsable seas de tu propia vida. La libertad no es una dádiva, no es algo transaccional, es un estado del individuo; esa es la parte que nos falta desarrollar en nuestra soberanía. Así que ante todo ¡Paciencia!

¿Cuál es la mayor responsabilidad de un individuo?

Aquí volvemos a la Fe. Todos estamos confrontados a diferentes niveles por el dolor, el sufrimiento, la tragedia, la adversidad, la duda… vamos: la oscuridad. Todo ello es como sombras que opacan la capacidad de ver más allá del horizonte o vivir con esos obstáculos. Las libertades civiles te permiten vivir tu vida sin obstáculos para que tú puedas decidir tu horizonte y luches por lograrlo; y si algo se interpone en ello, es tu responsabilidad luchar contra ello A TRAVES DE LA OSCURIDAD QUE PERCIBES, ya sea en ti o fuera de ti.

La verdadera Fe se descubre en esa responsabilidad por la visión de una vida íntegra y centrada en la Verdad interior para que se refleje afuera: eres mucho más que los obstáculos y las adversidades que te avasallan, y es tu responsabilidad descubrirlo, nadie puede dártelo.

Cuando luchas contra esa oscuridad dentro tuyo, algo va amaneciendo y es ello lo que tira de ti. La Fe es la certeza de que existe vida después de esa muerte circunstancial y temporal, es una visión con la que ves más allá y SABES que hoy valen la pena todos los esfuerzos y sacrificios, porque ninguna muerte es final… y aun cuando no llegues a vivir en ese país prometido, tú habrás sido parte del Espíritu Humano que nunca reconoce un fracaso y sigue luchando porque todo se alinee con una verdad más grande. Al final esa Gran Verdad vive en tu interior y tira de todos los que la buscan para que la alcancemos en esta vida, fortalece tu determinación a actuar porque visionas lo que aún no tienes evidente. La fe y esa visión son una misma realidad: el Tú grande que vive dentro de ti y la realidad de lo que podemos llegar a ser si luchamos juntos por darle esa oportunidad.

Estamos íntimamente unidos
al mundo que está fuera de nosotros.
Ese mundo no puede ser más libre que yo,
no puede ser más gentil.
Cada uno tiene su responsabilidad
en cambiar su propia vida
y así cambia el país donde vivimos.

La lucha no es con el régimen, es con la duda que tú anidas

La oscuridad es ausencia de luz, no tiene consistencia propia, aun cuando nos destruya… la maldad crece porque la fortaleza de aquellos que la oponemos no es sólida, no tienen la visión de la realidad más allá de la oscuridad. Nos enfrascamos en luchar contra la oscuridad, dándole consistencia. Recuerda bien, el mal se nutre de tu lucha interior o lucha contra él. Quita tu fe (o visión) en que “el mal permanecerá”; vuelve tu mirada sobre tu duda, ella es el estiércol que puede darle los nutrientes a esa profunda certeza que buscas… enfrenta tu propia oscuridad, a través de ello busca la puerta para encender tu luz.

Si disipas tu oscuridad con tu luz, no sólo es el mejor esfuerzo por ampliar la luz en Venezuela, sino que eres ejemplo para todos los que están a tu alrededor… entonces quizás vuelva la sonrisa a nosotros.

Puedes ver otros artículos que investigan la responsabilidad sobre nuestro predicamento venezolano (pero también de otros países)…

Nosotros hemos creado al monstruo con nuestros actos y omisiones.

Link https://www.analitica.com/opinion/los-pueblos-tambien-confeccionan-trajes/

El camino para liberarte tiene un patrón, contado inmemorialmente a través de los siglos en arte, mitología y religiones… descubre cuál es tu cuento para que puedas matar a ese dragón dentro tuyo.

Link https://www.analitica.com/opinion/el-dragon-nacio-para-morir-tu-para-matarlo/

Próximo martes…

Te interesa leer este pequeño ensayo para estas fiestas. Vas muy rápido, el tiempo no alcanza, pues te ofrezco una opción para que te regales esta Navidad: ¡No la desaproveches!

EL PUNTO a la i

El historial de la columna está en cdots.substack por si quieres revisar artículos anteriores.

https://www.analitica.com/opinion/no-es-una-pelicula-es-una-radiografia/

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