Largas colas, rostros hastiados, mujeres y hombres con franelas del chavismo bajo toldos azules, música a todo volumen y amplia presencia policial. Fue un domingo inusual en Petare, al este de Caracas, el barrio más grande de la región. Ahí el simulacro electoral convocado por el CNE se convirtió en un despliegue de la maquinaria oficialista, este 30 de junio de 2024.
Jefes de calle y miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), libreta en mano, revisaban escrupulosamente nombres y cédulas en listas hechas en cuadernos de una línea, a bolígrafo.
«¿Dónde está Rosa, dile que hay que bajar. Hay que venir», «¿Quién falta de tu calle? Aquí faltan tres», «Hay que llamar, llamen a Juan para que venga a votar», se gritaban entre sí. Varios nerviosos y llenos de sudor, otros concentrados en números, llamadas, audios, datas. Es la materialización del plan 1×10, que tanto han mencionado los encargados de la campaña de Nicolás Maduro en mítines y declaraciones recientes.
En la Plaza El Cristo, en pleno centro de Petare, se instalaron al menos tres puntos rojos (bajo toldos azules y verdes). En uno de ellos, una decena de mujeres permanecían sentadas frente a pupitres de escuela, con planillas dentro de carpetas, para anotar a los participantes del proceso.
Las filas en los principales centros activos fueron divididas en tres: una para votantes en general, otra para personas con discapacidad y adultos mayores y la última para funcionarios públicos, en su mayoría apremiados por jefes o coordinadores de la administración pública.
«Que fastidio. Yo voy a ir y mandarle una foto a mi jefa, porque ya está con la preguntadera. Pero voy a esperar que baje la cola», indicó un trabajador de la empresa de telecomunicaciones Cantv, que prefirió resguardar su identidad.
Pero la cola no bajó. A las 6:00 p.m. todavía había cientos de personas en la escuela Napoleón Rafael Baute, en la avenida principal de José Félix Ribas —donde al mediodía se contabilizaban 1.040 participantes— y en la escuela José de Jesús Arocha (con tres mesas operativas), dos de los centros de sufragio más grandes del municipio Sucre.
Los empleados del sector público debían dejar constancia de que acudieron al simulacro del domingo. Firmas, fotos enviadas vía WhatsApp, audios, la prueba de que habían respondido al «llamado de la revolución».
Un proceso lento y lleno de quejas
Funcionarios de Protección Civil (PC), efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Milicia hicieron presencia en los distintos puntos de votación en Petare.
Algunos se apostaron en las puertas para controlar la entrada de personas. Varias disputas y peleas se originaron debido a la lentitud con la que avanzaba el proceso para el mediodía.
Personas mayores y otras con discapacidad se quejaron en varias ocasiones, pero comúnmente no recibieron respuestas efectivas.
«Yo no puedo quedarme más, me duelen mucho las piernas. Llevo dos horas aquí», dijo un adulto de la tercera edad al miliciano que cuidaba la puerta del Liceo Mariano Picón Salas, en el municipio Sucre, dónde se negaron a dejar entrar al equipo de Efecto Cocuyo a las 11:00 a.m.
«Vaya a formarse en su cola, que eso avanza rapidito», se limitó a responder el miliciano. Alrededor, funcionarios públicos reclamaron en voz alta para que los pasaran al plantel.
En las afueras de la escuela José de Jesús Arocha al menos dos adultos mayores, un hombre y una mujer, sufrieron desmayos debido al tiempo que estuvieron de pie y fueron atendidos por miembros de PC en vehículos.
«Meten a 50 funcionarios públicos y a uno lo dejan esperando dos horas. A los viejitos los dejan esperando. Están dejando entrar más a los funcionarios, yo me voy», dijo Lisbeth García, comerciante, a Efecto Cocuyo.
Una breve llovizna comenzó a caer al mediodía. Una reportera del medio se acercó a un punto del Psuv y fue recibida por una de las mujeres de camisas rojas.
«Ve a votar allá y luego vienes y te anotas. No importa donde vivas, te vienes y me das tu cédula y yo te anoto, es muy fácil», dijo la simpatizante oficialista.
«¿Para qué me vas a anotar?», preguntó la periodista.
«Ve y vota, eso es rapidito. Yo te anoto, te paso información. Es para estar pendientes», se limitó a responder la mujer.
«¿Pendiente de qué?», insistió la reportera.
«Ve a votar, chica. Pero ya va, votar por el que es. No te olvides de venir a anotarte, te tienes que anotar», se limitó a concluir la simpatizante. Extendió la mano y tomó un panfleto, lo ofreció a su interlocutora y la despidió con un gesto. «Logros de Maduro, logros de Venezuela. Amor, Fe, Lealtad, Determinación y Liderazgo», rezaba la portada.
El chavismo no ocultó su propaganda
En Petare no ocultaron los puntos rojos del Psuv ni la propaganda política a favor de Nicolás Maduro. En el recién remodelado Mariano Picón Salas una corneta sonaba a todo volumen. Mientras que en la Plaza El Cristo repartían panfletos de forma poco discreta a los que se acercaban a mirar.
También ofrecieron volantes con desinformación contra el principal candidato opositor a las presidenciales del 28 de julio, Edmundo González Urrutia, la líder María Corina Machado y el dirigente Leopoldo López.
Gorras, camisas rojas. En la escuela Napoleón Baute los toldos del partido oficialista se encontraban dentro del centro educativo.
«Nos pidieron llenar una cuota de 2.400 personas. Llevamos casi la mitad», informó una encargada que prefirió permanecer en el anonimato. Organizaron a los niños en una esquina, afuera se agolpaban votantes vigilados por milicianos.
La avenida principal de José Félix Ribas funcionaba normalmente: vendedores se sentaron en sus puestos a comercializar y los clientes hicieron compras del domingo. El simulacro no influyó en la cotidianidad del barrio. No se registraron inconvenientes.
En Chacao hubo menos participación
A diferencia del municipio Sucre, en el municipio Chacao se registró poca participación y, a excepción de la escuela municipal Andrés Bello, pocos puntos del Psuv se detectaron en los alrededores.
La zona se mantuvo tranquila, sin revuelo y sin música. Roberto Picón, exrector del Consejo Nacional Electoral, participó en el simulacro electoral en la Unidad Educativa Popular Cristo Rey, donde a las 10:00 a.m. solo habían acudido a 65 personas.
Mientras en Chacao no hubo amplia participación, en Sucre fue un ejercicio de medición del gobierno chavista. Los jefes de calle se esforzaban por obtener números, pasar reportes, mantener a las personas en las colas.
Sin embargo, lejos de un festivo ambiente electoral, como indicó el presidente del CNE, Elvis Amoroso, el ambiente fue de un grupo agotado bajo el sol y luego la llovizna de media tarde, hastiado por la espera y la desorganización en las filas, apurado por volver a casa, por enviar la foto a la oficina, para así salvar el puesto de trabajo.
Fue un domingo inusual en Petare, antesala de las elecciones presidenciales del 28 de julio. La oposición se limitó a observar y participar de forma técnica. El proceso cerró a las 7:00 p.m. sin ninguna otra novedad.
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