Para nadie es un secreto que los partidos políticos opositores se encuentran en horas bajas, a tal punto que, si los incluyes a todos sus porcentajes de aceptación no alcanza los dos dígitos, del otro lado tampoco le va bien al partido gobernante solo capaz de mantener una clientela a la sombra del estado.

En medio de tanta orfandad más de un 80% de la población no se identifica con representación política alguna, lo que refleja la profunda decepción con tirios y troyanos por su incapacidad de asumir los roles encomendados a quienes gobiernan y a quienes son oposición. 

En realidad, el pueblo venezolano durante el siglo XXI ha aprendido con sangre, sudor y lágrimas, que, de la dictadura madurista antecedida por la gestión de Hugo Chávez, no puede esperar nada sino las rayadas consignas de la Liga Socialista de la década de los 70, que tarareadas entonces por Jorge Rodríguez padre demostrando su oposición a CAP, cobrarían vigencia con esta versión actualizada, “Nicolás es hambre, miseria y represión, el pueblo lo dice y tiene razón”

Por tanto, corresponde a la maltrecha oposición convencer a un electorado escéptico y frustrado, ante tanta incompetencia aun cuando le otorgó mayoría absoluta con 112 diputados en 2015. Lo demás es cuento y melodía han sido 7 años de infortunios, de un gobierno interino sin cuentas claras, con sombras de corrupción, despilfarro del capital politico y sin avances concretos ante la tiranía gobernante.  Siendo lo peor que no reconocen sus errores aun cuando algo huela mal en Dinamarca.

En tal sentido se deben ganar primero al electorado con respuestas concretas a la tragedia de la migración, drama dantesco transmitido diariamente por los medios de comunicación del planeta, donde miles de venezolanos son vejados, humillados, engañados, incluso asesinados, sometidos a trata de personas, a la vista del mundo entero, sin instancias que los respalden, siendo lo más lamentable por lucir desvalidos y abandonados a su propia suerte. Aun cuando ACNUR habla de 7,2 millones algunas ONGs señalan que la cantidad sobrepasa de largo los 8 millones de compatriotas, que la convierte en la población migrante más numerosa a nivel global, por encima de Ucrania, Siria y Afganistán.

Por otro lado, las propuestas concretas ante la condición de pobreza de un 94% de la población según cifras de la UCAB en 2021, cuya situación ha generado protestas diarias en defensa del salario, la salud, la educación, la vivienda, en fin, ante la caída brutal de todos los servicios públicos.

A los promotores de las primarias se les augura un rotundo fracaso si colocan como primer punto de la agenda sus candidatos, en lugar de abordar en primer término las propuestas de superación de las condiciones de vida de la población y la respuesta inmediata a los migrantes que en América Latina y todo el continente reclaman atención urgente.

En definitiva, los venezolanos aspiran vivir en democracia y en su país, nuestra característica no era emigrar como los datos lo reflejan, y al mismo tiempo reconquistar una condición de vida decente con trabajos dignos, si el contenido de las primarias no da respuesta a esta exigencia será un evento de espaldas a un país que ansía reconquistar sus libertades. 

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