Además del lavado frecuente de manos con agua y jabón, el distanciamiento físico y otras medidas de bioseguridad, como el uso del tapabocas; la alimentación también influye en el sistema inmunológico y afecta a un paciente contagiado por COVID-19.
De allí surge la razón por la que esta enfermedad afecta a todos de una manera distinta, y la recuperación varía en una y otra persona.
“Las claves de un sistema inmunológico es comer bien, una alimentación de calidad que es preocupante en Venezuela, porque la alimentación es prácticamente a base de carbohidratos, más allá de vitaminas, verduras, proteínas”, explicó el infectólogo pediatra Rafael Wong, miembro de la Sociedad Venezolana de Infectología.
Destacó también que se necesita un sueño reparador para fortalecer el sistema inmune.
“La gente debe dormir de manera correcta, evitar las condiciones de estrés y de angustia porque está descrito y se ha visto que las personas que tienen depresión, ansiedad, angustias, miedo, presentan inmunosupresión y el virus aprovecha esa inmunosupresión transitoria. Entonces allí afloran los síntomas”, advirtió.
En otras entregas publicadas en Caraota Digital, Wong también advirtió sobre el peligro de la automedicación, en especial con el uso de antibióticos en procesos virales y no bacterianos.
Asimismo, sostuvo que hasta ahora no hay ningún medicamento profiláctico para la COVID-19, y solo se puede prevenir con las medidas de bioseguridad y las vacunas.
En el caso de los niños contagiados por COVID-19, instó a estar muy alertas al Síndrome Inflamatorio Multisistémico. Se trata de un proceso donde los aparatos del sistema se inflaman y tiene repercusión cardiovascular, el corazón no funciona bien, las coronarias tienden a dilatarse, poniendo en riesgo la vida del niño.
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