Las palabras prohibidas en el lenguaje opositor
Sé que sientes lo mismo que yo: incomprensión, frustración, decepción, asfixia (obviamente asco, pero no lo menciono para que no nos acusen a ti y a mí de radicales). Sé que no sales de tu asombro cuando no escuchas a líderes de la oposición llamar dictadura, tiranía o narcoestado a la manada de criminales que rigen el gobierno usurpador. Sí, “usurpador”, otra palabra en desuso en la incoherencia verbal opositora.
Después de desasistir a varias elecciones por fraudulentas, ilegítimas y maniatadas, ahora la locademia opositora nos pide que asistamos otra vez a elecciones.
Asco es la palabra perfecta, que nos acusen de radicales, qué más da: lo somos.
Los radicales ven el futuro
Lo he dicho y lo sostengo, tú y yo somos radicales porque somos espíritus enteros, nuestras raíces venezolanas (radical viene de raíz) son principios y valores que no negociamos ni transamos, por ello, en todo este tiempo no nos hemos equivocado en visiones, argumentos, pero especialmente en advertencias. Cuando en 2002, por ejemplo, tú y yo coincidimos en que el chavismo era un régimen criminal de lesa humanidad, sabíamos que Venezuela padecería un holocausto. Y aquí estamos.
El radicalismo filosóficamente promovía el sufragio, los principios humanistas, racionalistas y los derechos civiles. ¿No es lo que hacemos tú y yo?
La locademia opositora es un chiste cruel.
El olvido de los genios de la incoherencia
Somos radicales porque, arraigada nuestra conducta en valores y principios, “enraizada” en ellos, no negociamos ni hacemos concesiones siniestras con los enemigos de la vida, la libertad y la democracia, sabemos que a la postre lo blandengue no sólo es incoherente, es suicida. La locademia opositora, en cambio, burlándose de sí mismos, de nosotros los venezolanos y del mundo, ahora nos pide que olvidemos todo lo que han dicho sobre la tiranía y que votemos por ellos.
No es que nos ven la cara de pendejos, no, es que piensan efectivamente que lo somos. Sí, ¡no voltees a los lados!, piensan que tú y yo somos pendejos.
No te equivoques, es contigo, es conmigo.
Los limosneros de migajas de libertad
Sé que sientes lo mismo que yo: incomprensión, frustración, decepción, asfixia y obviamente asco. Y lo mencionó porque te comprendo y me comprendo, sé que no estamos locos, sé que nuestros principios probablemente nos distinguen y marginan de la locademia de opositores, pero también sé que la integridad y la coherencia, en medio de tanta chifladura política, nos enaltece y eleva. No somos pordioseros de ideales ni limosneros de libertades, luchamos por ellos.
Y los que lucharon en el pasado como tú y como yo, no sólo vencieron a la mediocridad, a la tiranía y a la barbarie, esos que lucharon por sus principios y vencieron, cambiaron al mundo.
Bolívar fue un radical.
Locos de la bola o los sin bola
Maduro y Capriles, ambos, quieren que seas un mendigo de derechos y de elecciones fraudulentas, quieren que te arrodilles y que te conformes con las migajas de libertad que te ofrecen, quieren que –como Capriles– un día digas que las elecciones te las robaron, que los criminales te quitaron el derecho constitucional a revocar o que acuses a la tiranía de los peores crímenes que existen y al día siguiente (o meses más tarde) te hinques y pidas limosna a tus verdugos.
El problema de la locademia opositora no es que sean deshonestos o indignos, no, el problema es que están locos de bola y sus incoherencias y disparates lo ven como algo normal.
El problema, en todo caso, somos tú y yo: los “radicales”, no el chavismo
El eterno retorno de la locadamia
Por eso te lo he dicho y te lo repito: desprécialos, zahiérelos, menosprécialos, ellos están haciendo los mismo contigo. Lo que es igual no es trampa. La locademia quiere que el mundo piense que tú también estás loco, y no lo estás, aquí los únicos locos son ellos, que hacen lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes.
Ya Capriles y Brito te han ensartado con sus delirios en varias ocasiones, presidenciales, revocatorio, regionales. Hay un camino a la locademia opositora.
¿Caminarás con ellos?