La escogencia de candidatos a Presidente de la República en elecciones primarias, es un paso significativo en la democratización de una actividad, antes reservada a organismos con participación exclusiva de integrantes de las convenciones y otros organismos de los partidos políticos. Es poner en manos de las bases militantes y de todos los ciudadanos la escogencia del candidato, con cuyo programa se estén identificados, en quien han valorado formación intelectual, política y ciudadana que lo califican para acometer la ardua tarea de liderar la reconstrucción social, ciudadana y moral, así como la imagen física del país destruido con saña por los socialcomunistas y que satisfaga las expectativas de desarrollo socioeconómico en libertad.
Compelido por la demanda interna y la presión internacional, la autocracia Socialcomunista del Siglo XXI, regentada por Nicolás Maduro y monitoreada desde La Habana, anunció que en 2024 se realizarán elecciones para Presidente de la República, sin establecer fecha cierta, ni ofrecer las garantías constitucionales indispensables.
Por otra parte, la Plataforma Democrática Unitaria, consecuente con la permanente demanda de elecciones libres y supervisadas, acogiendo el clamor ciudadano, ha decidido realizar elecciones primarias para escoger, en elección primaria, al ciudadano que ha de ser el candidato a la Presidencia de la República quien, además de las cualidades ya señaladas, debe tener guáramo para enfrentar las hordas rojas y que, una vez conocidos los resultados, no se le arrugue el corazón a la hora de convocar acciones de calle, para hacer respetar la voluntad ciudadana expresada en las urnas, si es que el socialcomunismo, para variar, intentase desconocerla.
Al concluir el día de la escogencia, la democracia tendrá candidato o candidata presidencial. Entonces tocará hacerlo candidato de quienes quieren salir de la oscuridad. En condición de tal estará obligado a recorrer todos los rincones del país, predicando el programa de rescate de la dignidad nacional, la recuperación de los servicios públicos y la reactivación económica, a ser lograda con políticas que estimulen la agricultura y la industria; así como la indispensable seguridad jurídica para la inversión que se traduzca en empleo digno y bienestar colectivo; que requerirá de sacrificios porque las soluciones mágicas no existen y son engañosas, que solo con esfuerzo de todos se podrá ser superada la tragedia legada por socialcomunistas.
Pero para avanzar hacia la victoria, deben realizarse algunas tareas de la mayor importancia. Por mencionar algunas: entrenar a quienes serán miembros de mesas o testigos; la logística de alimentación y transporte, así como los cuadros responsables de información y defensa, instalados en las inmediaciones de los centros de votación, durante la jornada.
Exprofeso he dejado de penúltimo lo relacionado con la Fuerza Armada porque su razón de ser, su estructura y los instrumentos que expresan sus argumentos, lo aconsejan. Así que debe estar sometida a lo pautado en la letra y el espíritu de la Constitución de la República; tiene que ser obediente y no deliberante, porque no ser obediente y deliberante es histórico privilegio civil. En consecuencia no tienen por qué ocupar cargos públicos distintos a los de su profesión, inmersa entre cañones y las bayonetas. En ese campo como en el de las Relaciones Exteriores, el gobierno democrático debe tomar decisiones importantes y críticas, si se quiere dramáticas, de vida o muerte anunciada de la democracia. Porque el momento histórico exige que cada institución ocupe el lugar que le corresponde.
Por último, la Plataforma Democrática Unitaria ha de nominar a un ciudadano para ejercer el cargo de Presidente de la República, no el de Secretario General de partido alguno, práctica usual en la dictadura Socialcomunista del Siglo XXI, hermana germana del fascismo y cortada con la misma tijera. Tocará a los líderes de la PDU, como es usual en las democracias, tomar el pulso de las calles y ser portavoces de los ciudadanos ante el Presidente de la República.
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