La misma vaina desde hace 19 años

El derrumbe económico de Venezuela supera el que sufrió la antigua Unión Soviética entre el 11 de marzo de 1990 y el 25 de diciembre de 1991. La situación de Venezuela es aterradora, es así como el colapso de la actividad económica es total, la inflación ya ronda el 11.000.000%, el desempleo supera el 38% de la población activa, los servicios públicos (electricidad, agua potable, salud, educación, transporte, etc.) ninguno funciona, mientras la seguridad de las barridas del país esta al cargo de las bandas delincuenciales. Dentro de este cuadro a uno le sorprende ver a las direcciones políticas del país prepararse para participar en las probables elecciones de Alcaldes y Gobernadores a realizarse este año, es decir, tienen 19 años (desde el 2002) en lo mismo, por lo que es fácil entonces derivar que las direcciones políticas del país parecieran no tener NPI de la magnitud del desastre de Venezuela, desastre este, que no tiene precedente en la historia mas reciente de América Latina.

Las direcciones políticas del país en 19 años no han sido capaces hasta ahora de construir una política que vaya mas allá de la pura política electoral, y el problema está, en que si nos detenemos a analizar lo ocurrido en este primer semestre de 2021, llegaríamos a la desafortunada conclusión de que el régimen pareciera haberse consolidado aun mas, pues la elecciones parlamentarias realizadas el 6 de diciembre del 2020 para conformar la la nueva Asamblea Nacional (2021-2026) así pareciera indicarlo, ello independientemente de la discusión de su legitimidad producto de la elevada abstención (69%) que se produjo, a lo que habría que sumar el desconocimiento internacional de significativos e importantes países del mundo.

Pero es el caso que si nos detenemos a revisar en retrospectiva lo ocurrido en las elecciones presidenciales adelantadas del domingo 20 de mayo de 2018 donde Maduro le gano las elecciones a Henri Falcon por 6.190.612  votos (67,8%), contra 1.917.036 votos (21%) que alcanzo Falcon, en unas elecciones donde solo participo el 46,02%  del Registro Electoral, es decir, menos electores que en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2020. Sin embargo, a pesar de esto, este año (2021) Maduro cumple 3 años de haber sido electo por segunda vez a pesar del desconocimiento internacional, de la alta abstención y de las condiciones electorales que prevalecieron en esa oportunidad.

Desde el 2002, hace ya 19 años, las direcciones políticas han participado en casi todas las elecciones programadas por el régimen desde entonces, a excepción de las parlamentarias del 2005, ganando solo en dos oportunidades, en el 2007 en el referéndum Constitucional que pretendía la reforma de 69 artículos de la Constitucion de 1999, y en el 2015 en las elecciones para elegir los diputados de la Asamblea Nacional (AN) del periodo 2016-2020, perdió en el 2004 el referéndum revocatorio presidencial, en el 2006 las elecciones presidenciales, 2008  las elecciones de gobernadores, legisladores estatales, alcaldes y concejales, aun cuando en este año (2008) la oposición gana Zulia y Miranda las dos Regiones mas pobladas del país, se gano además en esa oportunidad la Alcaldía Mayor de Caracas, perdió las elecciones pridenciales del 2012 y las del 2013, a esta ultimas las calificaron de fraude.

Podría continuar agregando nuevos y controversiales elementos en esta línea de reflexión, pues en mi criterio, el error de estos 19 años de las direcciones políticas del país, ha estado en que en ningún momento se han paseado por la idea de abordar el referente epistémico de la geopolítica que impuso Fidel Castro y la elite política cubana a partir del mes abril del 2002, es decir, una vez que Chávez es regresado de nuevo al poder por los militares, le entrega la dirección política de Venezuela a Fidel y la elite política cubana y esta inmediatamente incorpora a Venezuela a su estrategia geopolítica en contra del embargo comercial, económico y financiero, que por mas de 60 años le ha impuesto los Estados Unidos. Esta realidad la entendió muy bien la administración de Obama, y es así como a partir del 17 de diciembre de 2014 establece un dialogo con Raúl Castro que condujo a que el 20 de julio de 2015 se aperturaran las embajadas de los dos países (EEUU-Cuba), relaciones estas que fueron “abortadas” por Trump en el 2017.

Todo lo expuesto anteriormente, me lleva a formularme un par preguntas; 1) habrá una puesta de escena distinta por parte de las direcciones políticas este año 2021?  2)  Continuaremos con la misma política de prepar “maquinarias” para participar en la política  aleatoria de nuevas elecciones, sin pasar por la inclusión de ninguna referencia teórica que nos oriente sobre la compleja realidad geopolítica en la que se haya envuelta Venezuela desde el 2002?  Las repuestas a estas interrogantes son fundamentales en este año 2021, por cuanto se avaluamos este primer semestre, todo nos indica que no solo no habrá ningún cambio, sino que continuaremos haciendo lo que hemos hecho dese el 2002, es decir, participando de las elecciones que programe el régimen, agregándole los “condimentos” de ocasión según el menú (léase coyuntura electoral o garantías políticas). Así tendremos entonces varias demandas; a) nuevo consejo electoral b) observación internacional c) devolución de los partidos a sus autoridades legítimas d) devolución de la tarjeta electoral e) habilitación de dirigentes para que puedan postularse y alguna otra que aparezca en el camino hacia a las elecciones. De manera que ya los cuatro gobernadores de la oposición (Alfredo Diaz, de Nueva Esparta, Laidy Gómez del Táchira, Ramon Guevara de Mérida y Antonio Barreto Sira de Anzoátegui), han manifestado su aspiración a relegirse. Mientras que Henrique Capriles estaría aspirando a la gobernación de Miranda, Manuel Rosales a la del Zulia y Carlos Ocariz a la alcaldía del Municipio Sucre. Si este es el escenario a seguir en los últimos tres trimestres que quedan del año, dudo mucho que se pueda avanzar en una solución de fondo en el corto plazo. Primero porque todos los países del mundo estarán ocupados en la consecución de las vacunas contra el Covid-19. Y no se detendrán a discutir un problema que insume un tiempo importante dado su complejidad geopolítica. Segundo porque los Estados Unidos y China han iniciado este año una discusión muy tensa y compleja sobre sus relaciones bilaterales, lo cual ha llevado algunos analista a pronosticar que las relaciones entre Estados Unidos y China están en el peor momento desde hace en muchos años, y tal parece que empeorarán aún más. Tercero las hostilidades entre Joe Biden y Vladimir Putin se han exacerbado a raíz de un informe de la inteligencia de los EEUU donde se responsabiliza a Rusia de intervenir en las elecciones presidenciales de los EEUU en los años del 2016 y 2020, lo cual llevo al presidente Biden a calificar a Putin de asesino. Esto provoco que Rusia llamara a su embajador en Washington a consulta en protesta por lo dicho por el presidente Biden, al tiempo que algunos funcionarios describieran al presidente Biden como senil, irremediablemente hostil y un hipócrita de clase mundial.

Como vemos pues, no pareciera que este año pudiera haber una salida “consensuada” a la compleja situación geopolítica de Venezuela tomando en cuenta que esta salida “consensuada” pasa por estos tres importantes países (EEUU-Rusia-China), a la que habría que agregar además a Cuba e Irán. Pero al parecer a las direcciones políticas de la oposición en Venezuela, prefieren continuar distrayéndose en sus “maquinarias” y en sus candidatos para conquistar espacios de poder. Vale decir, la misma vaina desde hace 19 años.         

https://www.analitica.com/opinion/la-misma-vaina-desde-hace-19-anos/

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