A pesar de todos los avatares, la descomposición social, la desinstitucionalización generalizada y la desconfianza en el porvenir, no tenemos duda de que el futuro siempre será como pensamos y queremos: ¡Una patria libre, próspera y confiada, donde la paz impere y fortalezca los ánimos de nuestro pueblo! Así la vemos y queremos, por ello, nuestro ánimo a vivir para disfrutarla; y por ser hoy el día aniversario de nuestra querida Institución de “el honor es su divisa”; una vez más narramos los hechos que la ubicaron en la historia y en nuestros corazones. Nuestro interés, porque la juventud, un poco marginada y confundida, deje a un lado la maledicencias creadas por algunos “cándidos”, que creyeron en la virtud mesiánica del “difunto eterno” y siguen creyendo que vive. Más aún, por los lánguidos pesimistas que dudan de la inteligencia del venezolano, que siempre rompe barreras y gana batallas,
Desde los primeros años de creada la Guardia Nacional, surgió el espíritu de cuerpo en sus integrantes, que siempre quisieron enaltecerla resaltando sus atributos y el orgullo de integrarla, a sabiendas de que habría un futuro para hacerla prestigiosa, y sin pensarlo, sus fundadores y pioneros, siempre elevaron su voz, unida al servicio patriota, para formarla y estructurarla a semejanza de su modelo: “la Guardia Civil española”. Fue obvio, que nadie entonces se pudo haber imaginado el destino de esta nobel institución, que, a pesar de lo rudo y aciago del medio de su desempeño, surgió como el ave Fénix de las cenizas, ubicándose en el contexto institucional de Venezuela como es conocida hoy: una Institución con estructura militar por conveniencia, que desde su creación fue destinada a cumplir funciones de policía administrativa especial, tal como integrante del Servicio Nacional de Seguridad, atendiendo a la ley de creación; como se estableció, para “…el mantenimiento del orden público y el resguardo de las fronteras.”
Su historia:
Su creación más reciente, se ubica el 4 de Agosto de 1937. Fecha que marca su inicio como un servicio de policía, integrante del Servicio Nacional de Seguridad, atendiendo a la ley de creación. Antes, el 17 de Septiembre de 1.936, se había creado la Escuela del Servicio Nacional de Seguridad, donde comenzó la formación del recurso humano de los cuerpos que tendrían a su cargo el mantenimiento del orden público y el resguardo de las fronteras.
Es la opinión de Don Rufino Blanco Fombona (poeta, escritor y diplomático venezolano), quien sugiere al General Eleazar López Contreras, presidente de los Estados Unidos de Venezuela a la muerte de Juan Vicente Gómez, la idea de crear un Cuerpo semejante a la Guardia Civil Española, por lo que en Junio de 1.936, ante el requerimiento venezolano, España acuerda enviar una misión para establecer, instruir y poner en servicio el Cuerpo antes mencionado. En Octubre queda inaugurada oficialmente la Escuela de Policía Nacional, teniendo su sede en la Mansión “VILLA ZOILA” que otrora fuera residencia presidencial del General Cipriano Castro, hoy en abandono, sede del Museo Militar de la Guardia Nacional. Este lugar, fue acondicionado para albergar los 136 alumnos que integrarían los dos primeros cursos, bajo la Dirección del Coronel Aniceto Cubillán. 100 alumnos integrarían el Curso de Guardia Nacional y 36 el Curso de Investigación (más tarde de Investigación Criminalística, hoy CICPC).
La Guardia Nacional, como componente del Servicio Nacional de Seguridad, junto con el Cuerpo de Investigación, dependía del Ministerio de Relaciones Interiores, y a tenor de lo establecido en la Ley respectiva, la reformada Ley Orgánica del Ejército y la Armada (posterior LOFAN), como un servicio de las fuerzas activas del Ejército, y en tiempo de paz, funcionaba como una dependencia del Ministerio de Relaciones Interiores, de quien tenía su dirección y empleo, correspondiendo su organización, instrucción y armamento al entonces Ministerio de Guerra y Marina.
Su denominación de FUERZAS ARMADAS DE COOPERACIÓN data de junio de 1946, cuando por decreto ejecutivo pasa a constituir una Fuerza con esta denominación, dirigido su esfuerzo, al apoyo de las Fuerzas Militares (Ejército, Marina y Aviación) y de a las Fuerzas Armadas Policiales (Organización que nunca fue implementada). Desde 1958 fungió como Fuerza, con autonomía administrativa y operacional. Situación que fue ratificada jurídicamente, al contemplarla, al igual que a la Aviación, como Fuerzas independientes y autónomas en la reforma de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas promulgada el 26 de Septiembre de 1983.
Otros cuerpos denominados Guardia Nacional habían sido creados antes del 4 de Agosto de 1937, aunque en la mayoría de ellos, con funciones diferentes, al menos en el carácter jurisdiccional, el ámbito de competencia y su naturaleza. El 10 de Marzo de 1.810, la Junta Suprema de Caracas recomienda por bando, crear un cuerpo armado para la salva y custodia del Congreso, materializándose éste, el 9 de Marzo de 1.811, al crearse una Compañía denominada GUARDIA NACIONAL. Más tarde, el 26 de Julio, se le atribuye además un Servicio Rural para proteger a los propietarios de tierras y evitar robos y crímenes. Debido a la pérdida de la Primera República, esta efímera Guardia Nacional es olvidada por carencia de recursos, hasta su desaparición en 1.839. Posteriormente, bajo la Presidencia del General José Antonio Páez se le pone el Ejecútese, el 04 de Mayo de 1.841, a una nueva GUARDIA NACIONAL de Policía, que se encargaría de la Seguridad y el Orden, especialmente del medio Rural, y como funciones complementarias tendría: vigilar y custodiar a los presos, proteger la vida de las personas y sus propiedades, y evitar crímenes. También fue efímera la vida de esta nueva Guardia Nacional, por cuanto, debido a la deficiencia de recursos para atender gastos de esta naturaleza, el 12 de marzo de 1847 es derogada la Ley de su creación feneciendo así esta nueva versión de la Guardia Nacional.
El desfase Institucional:
Pensamos, que el peor trance contra su historia lo sufre la Guardia Nacional cuando se le incorpora como componente “militar” en 1999. Antes de 1999, la Guardia Nacional, como órgano militar, que cumplía funciones de Policía Administrativa y de investigación de ilícitos en el Sector Civil de la Administración Pública, dependía orgánicamente de la rama del Ejecutivo gestora de la función policial, igualmente dependía funcionalmente del Poder Judicial y de la Fiscalía del Ministerio Público, conforme a lo establecido en las leyes de la Administración Central, la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, otras leyes del campo administrativo y penal, tanto en materia sustantiva, como en el Código Orgánico Procesal Penal.
Para entonces, se ubicaba a la Guardia Nacional como órgano funcional en una gama de servicios de protección, resguardo y defensa en diversos campos de la actividad policial; que generalizábamos en los campos de la Seguridad, de la Defensa y del Desarrollo nacionales y cumplía además, los roles de participar en operaciones de orden interno dentro de los planes militares (término que erróneamente se incluye en la Constitución de 1999 para referir el “orden público”, al extremo que tuvieron que definirlo en la Exposición de Motivos), así mismo, de apoyo al sector civil de la Administración Pública. Conforme a la doctrina moderna, era un cuerpo u órgano militar que cumplía funciones policiales administrativas.
No podemos dejar de observar la mayor desviación sufrida en toda su vida institucional; al incorporarla como un componente militar de la FAN, se le restringieron sus funciones tradicionales para las que era preparada, se creó un cuerpo para suplirla y reemplazarla llamada Policía Nacional; y de mayor gravedad, se desvirtuó su estructura, creando un adefesio llamado “Guardia del Pueblo”, sin ninguna motivación funcional, solo un capricho de Chávez para engañar al pueblo.
Pero el mayor desfase institucional de la Guardia Nacional lo vemos al sopesar el enfrentamiento terco en el manejo de los cuerpos de seguridad policial de Venezuela cuando al tratar de implementar la Policía Nacional se apartó a esta institución de la función policial. Por la ignorancia que da el oscurantismo doctrinario, luego de militarizarla, Dieron al traste con lo que pregona la moderna doctrina universal, tendente a organizar a las policías preventivas como órganos disciplinariamente paramilitares. Lamentablemente, el trauma es grave, toda vez que no solo se militarizó al órgano, sino que se ha querido militarizar la función policial.
Se olvidó, que en la década de los 70’ y los 80’ vivió la Guardia Nacional momentos de precariedad institucional, cuando siendo cuestionada la institución policial en el país, por inexistente, el clamor gubernamental y de la comunidad pedía a gritos la transformación de la Guardia Nacional en Policía Nacional. Fueron muchos los estudios y discusiones, al extremo de crearse la llamada “Seguridad Urbana” y por iniciativa del presidente Rafael Caldera, se designan comandantes de los cuerpos regionales de policía a oficialas de la Guardia Nacional, que produjo lo que hoy con orgullo llamamos “Policías Estadales o Regionales”, de los que también se originaron las policial municipales.
Para entonces cumplía la Guardia Nacional: el Servicio Vial en autopistas y Carreteras, el Servicio Rural, el Servicio Antidrogas, el Servicio Forestal, el Servicio Aduanero, el Servicio Penitenciario, el Servicio Minero, inclusive, se mantuvo por algún tiempo el Servicio de Seguridad Bancaria y Comercial; manteniéndose como servicios orgánicos y permanentes el Servicio de Resguardo de las Industria Básicas y de la Industrias Petroleras. Al final, el prurito interno por mantener al cuerpo militarizado y su negación a transformarse en Policía llevó a la Institución al limbo, que llegó hasta la década de los 90’, cuando el intento de golpe de Estado fallido y su secuela, mantuvo la idea en latencia, hasta que el gobierno de 1999 inicia la destrucción institucional comenzando por ponerle la camisa de fuerza como componente militar.
Para recordar lo que hemos perdido y comprender la distorsión institucional de la Guardia Nacional, simplemente revisemos su misión primigenia contenida en la ley de su creación: “Conservar la tranquilidad pública, proteger las personas y las propiedades; prestar el servicio que reclaman la ejecución de las leyes y las disposiciones del Poder Judicial; intervenir en los hechos delictuosos; perseguir y capturar a los delincuentes; prestar apoyo a las autoridades nacionales, estadales y municipales, identificar a las personas y en general, cuidar de que se mantenga el imperio de la Ley y la estabilidad de las Instituciones Nacionales.”
Como avatares impuestos para su destrucción mencionamos: a) se le puso uniforme igual a los componentes “militares”, olvidando el verde-beige que distinguía la doble función cívico-militar que cumplía, b) desde la propia Constitución se le disminuye, al descalificarla para cumplir funciones militares de mando y Estado Mayor a la par de los otros componentes, c) se le empaqueta desde la Constitución, para cumplir como parte de la FAN, las funciones que antes cumplía como órgano de policía administrativa y de investigación criminal, que abarca la lucha antidrogas, los servicios que antes cumplía y la investigación policial y criminal ante delitos, hoy regidos por el COPP y la ley de los Órganos de Investigación Científica, Penal y Criminalística, d) una acción de traición “revolucionaria”, que hicieron con “sordina”, como lo es impulsar sacarla de la exclusividad operativa en materia de los servicios institucionales que antes cumplía por mandato de las leyes especiales, asignándosela como un todo a la “FAN”; igualmente, dejarla por fuera de la Policía Nacional y asignarle a esta sus funciones institucionales que tanto se luchó por asignárselas.
Nuestro permanente optimismo nos obliga a expresar, que a pesar de todas las diatribas sufridas, la Guardia Nacional, como siempre, resurgirá de sus cenizas como el Ave Fénix de su escarapela. ¿El Honor es su Divisa?
@Enriqueprietos
https://www.analitica.com/opinion/la-guardia-nacional-de-venezuela-3/