En el 2011, el filósofo inglés John Gray dijo que Karl Marx pudo haberse equivocado con el comunismo pero, en lo que se refiere al capitalismo, mucho de lo que dijo resultó ser correcto; el mundo académico se ha dado cuenta  que Marx estaba en lo cierto, en cuanto a su idea de que el capitalismo era radicalmente inestable. Explicaba Gray, tenía “…incorporada la tendencia de producir auges y colapsos cada vez más grandes y profundos y, a largo plazo, estaba destinado a destruirse a sí mismo…A Marx le complacía esa característica: estaba seguro de que habría una revolución popular, la cual engendraría un sistema comunista que sería más productivo y mucho más humano…Marx erró en lo que se refiere al comunismo. Pero su percepción de la revolución del capitalismo fue proféticamente acertada…No fue sólo sobre el hecho de que en ese sistema la inestabilidad era endémica, aunque en ese respecto fue más perspicaz que la mayoría de los economistas de su época y de la actualidad.”

Se aprecia en la fundamentación de Gray que Marx entendió el capitalismo como una estructura y superestructura que destruye su propia base social, que fue la que trascendió más, la clase media, y se fue condimentando con  el argumento de que el capitalismo hundiría a esa clase media “…en algo parecido a la existencia precaria de los angustiados trabajadores de su época, Marx anticipó un cambio en la manera en la que vivimos que apenas ahora estamos teniendo que afrontar.”

Otro aspecto que destaca Gray es que para Marx, el capitalismo era la teoría económica más revolucionaria de la historia, teniendo sus contradicciones con  los sistemas previos (feudalismo, mercantilismo, entre otros), porque el capitalismo se muestra caracterizado con un proceso de destrucción creativa, pero ha sido productivo, “…el problema es que entre las cosas que se han destruido en el proceso está la forma de vida de la que, en el pasado, había dependido el capitalismo.”

Ahora bien, ese capitalismo que describió Marx y que puntualiza Gray no existe la seguridad laboral, desapareciendo las profesiones y oficios del pasado, y si la gente posee alguna riqueza, aclara Gray, la propia inestabilidad del mercado le puede hacer perder todo el inmenso esfuerzo acumulado en años. La crisis del capitalismo mundial, sentencia Gray, no es el fin del mundo, ni siquiera del capitalismo; se va a tener que seguir aprendiendo a vivir con la energía errática que el mercado emanó; a juicio de Gray, el “…capitalismo llevó a una revolución pero no la que Marx esperaba. El exaltado pensador alemán odiaba la vida burguesa y pensó en el comunismo para destruirla…Tal como predijo, el mundo burgués ha sido destruido…Pero no fue el comunismo el que cometió el acto…Fue el capitalismo el que mató a la burguesía…”

Y en ese accionar le dio otro color de pantalla a la herramienta del capitalismo que son sus empresas; las empresas capitalistas, o empresas privadas, son organizaciones humanas caracterizadas por tener fines de lucro, su sustentabilidad está supeditada a generar ingresos por la vía de la ganancia; desarrollar actividades económicas en el renglón de  la producción, distribución o venta de algún bien o servicio; son empresas cuya propiedad está sujeta a inversionistas particulares, donde el socio mayoritario no es una persona, sino que puede llegar a ser otra compañía, siempre y cuando esta no pertenezca al Estado, aunque esto no limita al Estado de formar parte de esas empresas privadas, bajo la figura mixta que permite a las empresas de objetivo y meta privada, aportar a la estructura económica mayores posibilidades de uso adecuado de la inversión del capital.

En este sentido, ante los crecientes problemas que están afectando a la humanidad (pandemia, contaminación ambiental, violencia, desorden social, perdida de principios y valores, aumento de los estados depresivos, deslegitimación del orden establecido y más), las organizaciones empresariales, los profesionales, el estado y las entidades educativas las que deben asumir una posición de liderazgo para combatir estos flagelos. Por afectados que estemos, es hora de replantear la responsabilidad social de la empresa en todas sus dimensiones, pues de no hacerlo, para ella misma y para toda la sociedad, será tomar palco para ser testigos de nuestro propio entierro.

Son los padres de familia, los maestros de colegios y escuelas, las universidades, los gremios empresariales, los gobiernos territoriales, el estado, la misma iglesia y todas aquellas personas y organizaciones que de alguna forma inciden hoy en el mañana, los llamados a asumir un liderazgo con una posición ética, moral y de responsabilidad que no permita seguir construyendo un nefasto y fatídico futuro.

Aunque mucho hay escrito sobre las empresas privadas y su responsabilidad social, se puede afirmar que el tema se ha centrado más en asuntos de tipo ambiental, desarrollo sostenible y producción más limpia, que sin lugar a duda es uno de los frentes de gran atención por la importancia que ello reviste para el planeta y la misma humanidad, pero no debe ser el único.

Hay otros tratados que con más atrevimiento presentan la responsabilidad social con componentes de formación positiva en su comunidad laboral y de impacto en las comunidades a través de obras sociales, también reconociendo su importancia, pero todos ellos se quedan en la parte romántica del asunto y descuidan otros aspectos que son vitales para la sana convivencia y para el beneficio de nuestras sociedades.

El tema de las empresas privadas y su responsabilidad social, aún no ha sido asimilado con la suficiente seriedad que merece, pues su filosofía y la forma en que se ha venido tratando, tiende a ir en contradicción con los intereses empresariales, los que son sin discusión alguna, producir ganancias, es decir, que la actividad empresarial sea un ejercicio rentable.

Es por dicha razón, que interesado en el tema, lo presentó con una serie de componentes que harán de él algo interesante para empresarios y unidades productivas, pues la responsabilidad social, es un buen negocio, dicho de otra forma, las acciones con responsabilidad social no son un gasto, es una inversión que genera Ganancias y Utilidades, en algunos casos de forma inmediata, y en otros a mediano y largo plazo.

Es poco probable que una empresa asuma una política de responsabilidad social si se le convierte en un gasto que va en contra de sus intereses y estados financieros, pues no podemos desconocer que en el lenguaje empresarial todo se mide en costos de inversión y en la recuperación de la misma.

Cuando se adquiera conciencia de que la responsabilidad social es una inversión que produce retornos en utilidades, los empresarios y directivos asumirán un liderazgo positivo en el tema, y esto es más que probable, es una realidad hacer de la responsabilidad social una acción de ganancias para la misma empresa.

En un aspecto puntual, la responsabilidad social de la empresa es una combinación de aspectos legales, éticos, morales y ambientales, y es una decisión voluntaria, no impuesta, aunque exista cierta normatividad frente al tema.

Es importante, a todas estas, orientar los esfuerzos de la empresa solamente a producir resultados basados en las teorías de producir y vender más con el mínimo costo sin importar el impacto social, es a lo largo del tiempo, el peor negocio del sector productivo que busca la rentabilidad. La estrategia actual y sus esperados beneficios, con dicha posición, puede ser mañana el motivo de su fracaso.

A grandes rasgos, la responsabilidad social de la empresa abarca aspectos internos y externos, los que se han sido objeto de tratado por expertos en el tema, los primeros orientados a los colaboradores o el equipo de trabajo, sus asociados y accionistas, y los segundos, los externos a clientes, proveedores, familia de los trabajadores, la vecindad y el entorno social, entre estos el medio ambiente.

A juicio de Cecilia Socorro, Diamea Nava y Cristina Seijo, de la  Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, Venezuela, en su ensayo “Responsabilidad social: un eslabón basado en la conciencia moral para la armonización de las empresas privadas” (2014), la responsabilidad social contribuye al desarrollo humano sostenible, ayudando a solventar los problemas de la humanidad a través del compromiso de la empresa hacia sus empleados, familiares y la sociedad en general, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de todos; ahora bien, para lograr el cambio es necesario fundamentarse en los valores, pues son estos los que dan sentido y a la vez cohesionan el esfuerzo de lo que se quiere llegar a ser, la visión, sin embargo, los valores absorben la complejidad organizativa orientan la visión estratégica y aumentan el compromiso profesional a la vez que constituyen una herramienta que permite identificar, promover, legitimar el tipo de cambio organizacional en el cual se incluye la forma de dirección en las organizaciones, fundamentalmente la durabilidad y no hacer dinero rápido.

En un aspecto concreto, esgrimen Socorro, Nava y Seijo (2014), la responsabilidad social se ha convertido en el tema del presente y futuro de las empresas; no obstante, como se ha dicho, la moral está estrechamente ligada a este tema, donde la transmisión de los valores en la organización hacia cada uno de los miembros ha fallado. En este sentido, los valores, donde destaca la ética, es algo difícil de fiscalizar, por lo cual se sugiere la incorporación de lineamientos de la responsabilidad social, bajo los derechos laborales, cuidado ambiental, compromiso social, en las políticas y procedimientos de la empresa manteniendo una rigurosa vigilancia de su cumplimiento. Solo así se logrará el mantenimiento de la conciencia moral, tanto individual como colectiva dentro de la organización.

Finalmente, agregan Socorro, Nava y Seijo (2014), en las conclusiones de su estudio, “…ninguna estrategia empresarial está completa sin un compromiso con la responsabilidad social, sabiendo que dentro de ella está implícita la manera cómo se dan las relaciones entre los agentes involucrados, además del cumplimiento legal de las obligaciones, por lo cual es necesario incorporarla para poder alcanzar un liderazgo empresarial en la economía mundial del futuro”.

[email protected]

https://www.analitica.com/opinion/la-empresa-capitalista-responsabilidad-y-compromiso/