Una de las características del liderazgo de Antonio Primitivo Cedeño en el estado Portuguesa, como Gobernador y primera figura pública que ha proyectado la Gobernanza como criterio de eficiencia y eficacia de Gobierno, es el manejo de la Cultura como experiencia social y comunitaria para promover la organización y concientización del poder popular.
La visión de cultura de Primitivo Cedeño se enmarca en la proyección de los valores tradicionales y en el fortalecimiento de la conciencia social en cuanto al papel de los ciudadanos de servir y no de exigir ser servidos. Lo que se busca es amalgamar los puntos de vista de los liderazgos locales y hacerlos partícipe de una cultura socialista que estimule y delimite la figura del hombre nuevo que pregonara el “Ché” Guevara en la década de los sesenta del siglo XX.
Esa cultura de la conciencia social y las banderas libertarias, se da un tipo nuevo, superior, parte integrante del régimen social y político socialista, creada por las masas trabajadoras bajo la dirección hacia una sociedad constructora de consciencia, la cual parte del balance histórico de las realizaciones de toda la cultura humana como suma del desarrollo cultural de la humanidad.
La visión de la cultura en el estado Portuguesa, a través del Instituto de Cultura del estado Portuguesa (ICEP), es la de una cultura socialista la cual se desarrolla sobre la base del régimen social más avanzado, que es el poder popular organizado, que se enmarca en la consolidación de la propiedad colectiva de los medios de producción, la supresión de la explotación del hombre por el hombre, cuando dominan las relaciones de producción socialistas que constituyen la nueva base económica de la sociedad.
La base política de la cultura socialista en el estado Portuguesa, es el poder ciudadano que por la vía de la democracia participativa haga posible que el pueblo asimile todas las realizaciones de la cultura y desarrolle sus aptitudes y talentos; la cultura socialista que a través del ICEP, se ha venido experimentando, tiene que ver con la motivación al pueblo para que proyecte sus intereses en habilidades y destrezas que sirvan de apoyo a una sociedad creativa, humana y de un gran alcance en la preservación de los valores tradicionales del pueblo; se estimula y desarrolla la energía creadora de amplias masas, artesanos activos y conscientes de la sociedad en que viven, hundiendo sus raíces en las capas más profundas de la cultura del pueblo, reflejando su vida, su gran trabajo creador, y expresando sus ideales y sus aspiraciones, intereses vitales, que liberen al pueblo y le den la posibilidad de utilizar sus fuerzas sociales de vanguardia para desarrollar los principios de una cultura espiritual-social.
A juicio de Christophe Prochasson, en su ensayo “El Socialismo, una cultura”, la cultura viene en una sociedad por caminos tan diversos como enfrentados; cuando se hace mención al socialismo, se aprecia un movimiento social que se va consolidando por la vía de la cultura política fluida, incluso más que como una doctrina o forma de felicidad, donde con la cultura popular interactúan la cultura del libro y la experiencia política de dirección de los pueblos; esta experiencia política se ha creado gracias a los constantes ajustes pragmáticos que la visión gerencial de Primitivo Cedeño ha reforzado la noción de identidad popular; la cultura socialista en Portuguesa se desarrolla en la lucha contra la cultura burguesa reaccionaria, contra la supervivencia del capitalismo en la conciencia y en la vida de los hombres.
A todas estas, las decisiones adoptadas desde el ICEP, sobre las cuestiones ideológicas, se ha enmarcado en condenar el apoliticismo, la ausencia de ideas, el formalismo en la literatura y el arte, la adulación de la cultura burguesa reaccionaria. El ICEP, muestra a los artistas valorando a fondo la vida del pueblo y vinculando los rasgos locales de ese hombre nuevo que busca mostrar la grandeza de la dignidad humana, contribuyendo de ese modo a formar en los trabajadores de las más bellas cualidades humanas.
El desarrollo de la cultura socialista en el estado Portuguesa, es de un alcance inmenso para la democracia popular que hace posible edificar un socialismo con contenido humanista que vaya consolidando una visión de Gobierno basada en el trabajo y en el progreso, sin descuidar los valores sociales y de equidad que deben ser las consignas de los pueblos liberados por las revoluciones modernas.
A este estatus de cultura popular se llegó, luego de los tiempos de pandemia aguda (2019-2020), al punto de tener una institución como el ICEP, sus diez (10) Casas de Cultura cerradas en franco proceso de depreciación en la infraestructura y en su talento humano, al no podérsele brindar un apoyo consolidado y permanente para que se motivaran a seguir ejerciendo sus funciones como cultores. Se paralizó el mundo y por ende la Cultura, una situación que no debió pasar y que exigió, a nuestra llegada en abril del 2021, de todo un concierto de creatividad para impulsar cambios que hicieran posible avanzar desde un “punto muerto” en el que estaba la Cultura, a un “punto de vitalidad” activa en la cual hoy está y día a día va consolidando su razón de ser como instrumento de superación del pueblo en su búsqueda de identidad y compromiso social.
Se está en un proceso de expansión, de resignificación del papel de la cultura para entender los nuevos retos, ya no es un asunto de presupuesto porque al ir activándose sin contar con recursos económicos suficientes, solamente la sustentabilidad y el criterio de solidaridad colaborativa, han hecho posible que la formación en artes y oficios siga siendo una de las ofertas más llamativas de las instituciones de formación cultural como el ICEP.
El importante, desde esta perspectiva, resaltar que hacen falta nuevos hitos para impulsar los nuevos caminos por recorrer y abrir desde el ICEP, uno de ellos es la adecuación de la “Ley para la Descentralización del Sector Cultura en el estado Portuguesa”, norma legislativa regional que desde el año 1997, dio creación al ICEP, y hoy necesita actualizarse a tres nuevas categorías fundamentales que delimitan la Gobernanza en Venezuela: la democracia participativa, la construcción del socialismo bolivariano y el poder popular. En un sentido más concreto, se requiere de un proceso de reestructuración del papel de las Casas de Cultura a nivel municipal, creando las condiciones necesarias para que estos espacios del Gobierno estadal pasen a formar acciones estratégicas de vanguardia para el desarrollo pleno de la cultura en los municipios, parroquias y caseríos del estado Portuguesa, porque se necesita llegar hasta el último lugar de esta tierra plagada del misticismo y espiritualismo de una cultura llanera autóctono y ancestral, la cual necesita ser proyectada y conocida en los epicentros de difusión universal de la cultura que están en dispersos y activos en la aldea global planetaria.
Se requiere, a grandes rasgos, de voluntad y de confianza. No es posible seguir avanzando como cultura socialista si no se cuenta con la voluntad política para llevar a ejecutar el trabajo cultural en todo el territorio portugueseño y se necesita de la confianza del alto Gobierno regional para generar los vínculos institucionales adecuados que hagan posible fortalecer el papel del ICEP, en la construcción de una sociedad con identidad ciudadana y valores humanos definidos desde la solidaridad y el trabajo.
A grandes rasgos, la cultura en el estado Portuguesa avanza porque continua la construcción de escenarios de participación y difusión cultural activa, puertas abiertas, a través del trabajo de lutheria, creación instrumentos musicales como el arpa, el cuatro y las maracas para la ejecución del Joropo y la Copla llanera; a través de los talleres de formación musical para afinar las habilidades y destrezas de las nuevas generaciones de las comunidades; así mismo, se ha comenzado la recuperación de los espacios culturales físicos, Casas de Cultura, Anfiteatros, Plazas de difusión cultural, que hasta hace pocos meses estaban en el abandono, hoy realzan de alegría no solamente por contar con una adecuada restauración y limpieza, estimulada por los gerentes culturales del ICEP y la comunidad organizada, si no por desarrollar de manera activa y permanente actividades culturales, en las que destaca la danza, la pintura y el aprendizaje en la construcción y ejecución de instrumentos musicales.
Falta mucho camino por andar para avanzar hacia el horizonte correcto, pero se está en esa tarea, se busca consolidar el papel social de una cultura que estuvo en los tiempos de la cuarta República secuestrada en manos de unas élites, pero que desde el proceso revolucionario iniciado en 1999, con la sanción de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el liderazgo de Hugo Chávez que hoy continua Nicolas Maduro, ha dado un vuelco a la visión de la cultura a nivel nacional, haciéndola responsabilidad directa de un Estado que garantiza la suprema felicidad para el pueblo.
Es importante resaltar que la cultura en el estado Portuguesa ha estado sujeta a los criterios también de los lineamientos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la cual define la cultura como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales, materiales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social; ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, creencias y tradiciones.
De esta manera se entiende la cultura como la esencia vital de los pueblos en sus relaciones entre ellos mismos y la naturaleza; las políticas regionales del Gobierno de Primitivo Cedeño, se han incursado hacia el reforzamiento de aquellas prácticas culturales que se consideran significativas para sus habitantes. En democracia participativa tal reforzamiento jamás debe confundirse con el condicionamiento o la dirección de los procesos creativos y sociales de recepción, producción y transmisión cultural.
La existencia de tantos hombres y mujeres cuya obra literaria, visual, teatral,
musical, intelectual, de animación y de gestión, por no hacer mención de la defensa de sus idiomas, ideas políticas o convicciones sobre el tema religioso, se ha realizado bajo el impulso de Gobiernos democráticos y de apertura como el de Venezuela; en este sentido, la gestión cultural en Portuguesa, desde el ICEP, avanza en la consolidación de la libertad de expresión, pensamiento y creación, que viene a asegurar que la diversidad de registros, expresiones y formas de vida puedan tener existencia en el Estado nacional; visto así, las políticas culturales en Portuguesa apoyan la investigación, conservación, financiamiento, administración, estímulo a la creación o difusión en áreas que van desde el Patrimonio cultural, Textos impresos y literatura, Música, Artes escénicas, Artes plásticas, Cine y fotografía, Radio y televisión, Actividades socioculturales, Gastronomía y turismo cultural, y Antropología, Historia, Sociología, Crítica.
La cultura en Portuguesa, funcionan, a todas estas, desde de cuatro aspectos: 1) A través del ICEP, institucionalidad cultural, legislación, inversión cultural y públicos para la cultura; 2) Creadores, Gestores, Cultores e Intelectuales; 3) El hombre nuevo, la mujer nueva: objetivos estratégicos de la Revolución Bolivariana; y 4) La recuperación de los espacios culturales para consolidar la recreación y consolidación de los valores democráticos y sociales de la nueva nación independiente y soberana, surgida del proceso revolucionario bolivariano.
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