Caracas y la indigencia es una moneda de dos caras. Mientras unos claman a gritos salir de esta situación, otros de forma progresiva empiezan a hacerlo.
En cada esquina de la ciudad, se suelen ver individuos cuyas situaciones son unas más impactantes que las otras. Escasos son los sectores donde, yendo o regresando al hogar, no se observe a gente hurgando los contenedores de basura en busca de alimentos.
En testimonio de Digna, una indigente que tiene seis años en situación de calle en el este de Caracas, “la basura es un tesoro”.
Al otro lado de la capital, se ha transformado en algo cotidiano ver a personas de toda clase: hombres, mujeres, jóvenes, niños o personas de la tercera edad, merodeando las puertas traseras de panaderías, restaurantes y demás establecimientos comerciales para intentar conseguir su alimento.
Las personas sin techo, cuando mucho, comen dos veces al día
A pesar de la situación de indigencia en la que están sumergidas estas personas, aunado a la pandemia, el cartón se convierte en un aliado para hacer trueques por jabón, chimó, pan, agua o cigarrillos. En algunos casos, ciudadanos que pasan por las calles de Caracas les dan alimentos para que tengan algo de comida en el estómago.
En otros casos, los indigentes son vistos por vecinos que notifican a las autoridades competentes para que gocen de una oportunidad. El propósito es que vuelvan a la sociedad por medio de diversos programas de reinserción.
La salud, el aseo personal y la alimentación, son algunos de los tópicos que se buscan abordar para minimizar esta situación que afecta a la población venezolana.
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