Julio Castro Méndez retratado por Roberto Mata

La madrugada del 11 de marzo de 2020, el médico infectólogo Julio Castro recibió una llamada en la clínica. Le esperaba un paciente con prueba PCR positiva para covid-19. Era el paciente cero de la epidemia en Venezuela.

Un año después de ese día, Castro se ha convertido en una de las voces médicas más activas para la divulgación de datos e información sobre la pandemia haciendo comunicaciones en vivo con la audiencia y publicando artículos especializados en Prodavinci. Tuvo y sobrevivió la covid-19, ya recibió la primera dosis de la vacuna y en marzo de 2021 advierte que el país cumple el primer aniversario en pandemia con una segunda ola de casos que pudiera superar la primera.

En un foro organizado por la Sociedad Venezolana de Infectología en conjunto con el proyecto SOS Telemedicina de la Universidad Central de Venezuela, moderado por la presidenta de la sociedad científica, María Graciela López, Castro dio un resumen sobre la situación de la epidemia venezolana. A continuación presentamos algunos de los principales aspectos:

1. Las cifras oficiales actuales se quedan cortas ante la realidad

Castro recordó que la primera ola de la epidemia en Venezuela ocurrió entre la segunda semana de agosto y la segunda semana de septiembre de 2020. Señaló que aún con el subregistro de casos, las cifras oficiales de casos confirmados mostraban una tendencia similar a la del monitoreo de la Encuesta Nacional de Hospitales, que incluye a los 40 centros más importantes del país.

Sin embargo, hasta el jueves 18 de marzo, las cifras oficiales mostraban una especie de meseta: una cantidad estable de casos. El monitoreo de hospitales, explicó Castro, muestra una tendencia al crecimiento de casos de infección respiratoria aguda desde enero. Aunque no todos los casos de infección respiratoria son necesariamente covid, una proporción importante lo es.

“Creo que esto, más que nunca hasta ahora, no refleja lo que está pasando de verdad en el país en este momento. No son todos los casos ni todos los fallecidos (en el monitoreo), pero estamos en la segunda ola de la pandemia claramente y no sabemos hasta dónde nos va a llevar”, dijo Castro.

2. Venezuela sigue teniendo problemas graves en la estrategia de diagnóstico

Desde el inicio de la epidemia, las autoridades centralizaron el procesamiento de pruebas en el Instituto Nacional de Higiene, en Caracas. Esta decisión mantuvo una capacidad de diagnóstico muy limitada, lo cual implicó que el traslado de muestras desde los demás estados de Venezuela influyera en el retraso de procesamiento denunciado por especialistas durante el año pasado.

En Prodavinci hicimos un análisis de la cantidad de casos y pruebas reportadas hasta julio de 2020. Para entonces Venezuela no cumplía los parámetros de diagnóstico recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Aunque se han autorizado nuevos laboratorios, Castro señaló que la situación de diagnóstico sigue presentando fallas.

“Venezuela sigue siendo el país con peor número de PCR per cápita de la región. En la medida en que Venezuela haga más PCR vamos a tener un mejor manejo de la epidemia, y hasta el día de hoy esto sigue siendo un problema”, explicó Castro.

Comentó que en su práctica médica en una clínica de Caracas desde hace tres semanas no se han hecho pruebas PCR, las cuales están a cargo del Instituto Nacional de Higiene. Un año después del inicio de la epidemia en Venezuela, las clínicas privadas todavía no tienen autorización para hacer su propio diagnóstico. 

“Hay capacidad de hacer pruebas de antígenos, pero no sabemos dónde están esas máquinas que se trajeron con dinero venezolano”, agregó.

3. Hay que garantizar un calendario de vacunas que priorice a los grupos de alto riesgo

Castro explicó que Venezuela solía vacunar entre 3,5 y 4,5 millones de personas anualmente, principalmente debido al programa de vacunación infantil. El crecimiento de infraestructura que implica la vacunación de 30 millones de personas es un esfuerzo que plantea muchos retos para el país.

“El logística, distribución, cadena de frío, implementación, la cantidad de personas que necesitas para poner 30 millones de vacunas en un año. Es un salto logístico muy grande para cualquier gobierno, no solo para el Ministerio de Salud venezolano”, explicó Castro.

Por este motivo, señaló que el esfuerzo de vacunación debe contar con todos los sectores y especialmente con líderes capacitados para el reto.

Hasta ahora, a Venezuela han llegado cien mil vacunas Sputnik V y 500 mil dosis de la vacuna Sinopharm, producida en China. Según lo anunciado por las autoridades, en primera fase se vacunaría al personal de salud, personal de seguridad, cargos políticos como alcaldes, gobernadores y diputados. La fase 2 incluiría a los maestros para reiniciar el año escolar. Sin embargo, aunque las dosis no son suficientes para cubrir a todo el personal de salud, ya inició la vacunación de algunos docentes y también de diputados.

“Las primeras cien mil vacunas que llegaron a Venezuela se colocaron fundamentalmente en hospitales. Yo me vacuné en un hospital. Pero hay un porcentaje de vacunas que no se están poniendo en hospitales, se están poniendo en oficinas del Ejecutivo. Yo no tengo problema en que el presidente se vacune, que el ministro de salud se vacune, eso es lógico y ha pasado en todo el mundo. Pero que se vacune gente que no tiene nada que ver con el sector salud y no tiene cargos de relevancia nacional no está bien. ¿Cuánto porcentaje es eso de los cien mil? Creo que es poco, pero ese poco no está bien. Poniendo lo malo positivo, estamos a buen momento de enderezar el camino. Con normas claras. Se publica cuál es la secuencia de vacunación y es transparente para el 100% de los venezolanos”, dijo Castro.

Lo ideal, señaló Castro, es que haya un registro nacional de vacunas de libre acceso para todos los venezolanos. Esto permitiría mantener la transparencia en el proceso y asegurar que todo el país esté informado sobre los avances en la vacunación.

El médico insistió en que el personal de salud debe ser la prioridad, pues están en mayor riesgo de contagio. “No hay derecho que haya gente vacunada antes que personal de salud que está en primera línea en este país. No es verdad que todo el personal de salud está vacunado, porque son casi un millón de personas”, agregó.

4. Ya iniciaron los trámites del mecanismo Covax para Venezuela

El mecanismo Covax es una alianza internacional integrada por la OMS, Unicef, la alianza global de vacunas GAVI, el Wellcome Trust y la Fundación Bill y Melinda Gates, entre otras instituciones, para garantizar acceso a las vacunas a los países en desarrollo. El objetivo es garantizar en 2021 al menos 20% de las vacunas requeridas para la población de cada país. “En Venezuela eso representaría 11 o 12 millones de dosis”, explicó Castro.

Hasta el momento, Covax tiene una cesta de vacunas de unos ocho proveedores, como Pfizer y Moderna. Con el acuerdo logrado en la mesa técnica de vacunas, inician los trámites para hacer los pagos del mecanismo. Castro señaló que los trámites iniciales toman unas seis semanas. El dinero no pasará por Venezuela, irá directo desde las cuentas en Estados Unidos a la cuenta del mecanismo Covax.

“Una vez que el dinero está en la cuenta matriz de Covax, se calcula que en un par de semanas sería el primer envío de vacunas. Yo estimaría que el primer envío estaría más o menos entre abril y mayo. ¿Cuántas vacunas? No lo sé. ¿Cuáles? Tampoco lo sabemos. El compromiso es que Covax te manda lo que tiene en disponibilidad en ese momento”, explicó Castro.

5. La capacidad de los hospitales para covid es limitada

Castro explicó que cuando se habla de hospitales saturados de casos de covid-19 no necesariamente implica que todo el hospital está lleno, sino que la capacidad de atención a pacientes con covid-19 ha sido alcanzada. La infraestructura hospitalaria sigue limitada y desde el año pasado sigue habiendo problemas de dotación de insumos básicos, como tapabocas y guantes.

Por ejemplo, explicó que en el Hospital Universitario de Caracas hay 900 camas, pero la capacidad real es para atender a 70 pacientes con covid-19. El Hospital Miguel Pérez Carreño, el más grande del oeste de la ciudad, tiene unas 40 camas para pacientes covid y casi ninguna de ellas es de terapia intensiva. El Hospital Domingo Luciani de El Llanito, el más grande del este de Caracas, tiene unas 20 camas de Cuidados Intensivos (todas llenas, dijo Castro) y otras 30 camas en unidades de Medicina Interna, a pesar de que el hospital en general tiene unas 900 camas en total.

¿Por qué no todas las camas de los hospitales están habilitadas para atender casos de covid-19? Castro señaló dos motivos principales: no hay suficiente personal para atender a los pacientes con los cuidados que requieren y tampoco hay infraestructura para garantizar lo que requieren. En el Hospital Universitario no hay conexión para oxígeno en todas las camas, fundamental para atender casos con covid.

“Hoy tenemos el mismo número de camas covid que hace un año. Eso es una debilidad y una responsabilidad del Estado”, dio Castro.

6. Es cierto que la variante P.1 surgida en Brasil fue detectada en Venezuela

Castro confirmó que la variante P.1 fue detectada en el país y señaló que el personal involucrado en los procesos de secuenciación de virus tiene capacidad técnica desde hace muchos años.

Estudios señalan que la variante surgida en Brasil tiene una mayor capacidad de transmisión, pero no necesariamente es más agresiva o letal.

“En la medida en que pase el tiempo, las variantes van a incluirse en todos los países, porque no hay forma de pararlas. No hay forma de saber cuándo una persona que viene por Maiquetía o la frontera de Boa Vista tiene la variante o no. Es muy complicado. Se calcula que el 40% de transmisión de Estados Unidos se relaciona con la variante surgida en Reino Unido. Lo que tenemos que mejorar es que nuestra capacidad de monitoreo epidemiológico de la variante sea más robusta y ahí hay un tema de inversión. Probablemente vamos a necesitar una capacidad mayor”, comentó.

7. La epidemia de covid depende del comportamiento de la  gente

“Esta epidemia es lo que se conoce como Behavior ride epidemics. El comportamiento humano, lo que hacemos o dejamos de hacer, va a modificar la epidemia. No solamente la actividad del virus per se”, dijo Castro.

Esto implica que el respeto a las medidas de prevención puede tener un efecto en la contención de la epidemia. Los virus no circulan solos, quien circula es la gente. En la medida en que se eviten contactos y ocasiones de contagio, se puede reducir la transmisión de la enfermedad, más allá de las variantes del virus.

Castro insistió en la importancia de mantener las medidas preventivas: uso de mascarilla, distanciamiento social y lavado frecuente de manos.

“Si bien es verdad que en Venezuela la dinámica de transmisión pareciera un poco más lenta que en resto de América Latina, creo que esa realidad ya no es tan protectora como era antes. La recomendación es traten de mantenerse lo más distantes posibles en este momento que hay una transmisión muy alta”, dijo.

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Vea la conferencia completa:



Julio Castro: Un año de la pandemia en Venezuela resumido en 7 claves