El régimen postchavista derrotado el 6D mediante la abstención no opaca maniobra con otra treta en lo que llaman Asamblea Nacional, que apunta a la modificación de la Constitución que facilitaría una megaelección para elegir Alcaldes y Gobernadores este año 2021. El revolucionarismo intenta disfrazarse de política, para ello se desentiende de la subpolítica y la antipolítica, empleada desde el 14 de abril de 2013 para violar la constitución las leyes, a tal extremo que la ciudadanía está dispuesta a accionar como Tercer Estado para demostrar el gen democrático del venezolano.
El régimen militarista está boqueando mientras la sociedad democrática se activa y orienta, a fin de actuar de actuar como Tercer Estado. Tercer Estado que nace desde el barrio y el municipio, donde mujeres y hombres claman por un movimiento político de renacimiento nacional, para construir un tejido político-social alrededor un proyecto que desplace a la barbarie militarista-socialista. El Tercer Estado como sociedad responsable, desde ya visibiliza la lidereza, a la juventud activa llena de saber político y crece una decisión para contener la regresión impuesta por las bocas de fuego y el plan de machete.
El régimen militarista, atorado, sin estructura política, entregado al cubanismo perverso está consciente y conteste de cuánta es la indignación y ofensa causada a la venezolanidad y, sobre todo, a dos importantes generaciones. El bestiario militarista-socialista no le cuesta después de 20 años de gobierno y 40 años de penetración político-ideológica, en especial a la Academia Militar, verificar que la patria venezolana antes de esta locura e irresponsable entrega y destrucción se le conocía como tierra de bien. Hoy, 2021, es un espacio de horror, encarcelamiento, persecución, violencia y entrega a concepciones politológicas distantes del gentilicio venezolano.
La megaelección motorizada por el postchavismo pretende oxigenarse y, sobre todo, desviar la atención del sistema internacional. Sistema internacional que ya lo ha enjuiciado por corrupto, inhumano y primitivo, por su expresión de arbitrario, revolucionario y asaltante a las arcas del Estado político. El régimen está acobardado y consciente que prevalece un movimiento político de renacimiento nacional intenta dibujar un cambio con el hecho electoral, para imponer un nuevo Ambiente Político Real Electoral. El miedo y la ignorancia del régimen lo acusan ante el mundo, donde todos lo focos democráticos ya le conocen y registran su violencia armada, primitivismo y regresión política con consecuencias brutales sobre Venezuela, su sociedad y el continente.
El postchavismo como régimen militarista ha empezado a comprender que la sociedad se entiende como Tercer Estado, pero más importante aún, que está dispuesta reconquistar los espacios políticos confrontando hasta ese disfraz de gobierno conocido como chavismo. Chavismo y postchavismo que la sociedad ha definido confrontarlos como Tercer Estado, en consecuencia el revolucionarimo y sus grupos de violentos ideologizados van a tener que responderle a la sociedad democrática que, como masa de venezolanos, están dispuesta a formar una nación completa a través de los votos y la Constitución.
Esa sociedad democrática es cuantificable, nace en el barrio, se ve en la parroquia, trajina el municipio y hasta hoy se ha sentido perseguida y maltratada haciendo posible que se construya una nueva acción de la sociedad como Tercer Estado, para ponerle fin a esta regresión en la cual vive Venezuela para el 2021. Ciudadanía y ciudadanos desplazaron al grotesco gobierno militarista, vergüenza de un país que sufre una conmoción como cuerpo social provocada por el bandolerismo político.
La sociedad democrática cuantificable como Tercer Estado, afincada y accionando como movimiento democrático de renacimiento nacional, impulsado por el gen democrático restablecerá la democracia y la Constitución de Venezuela. Esa tarea político-histórica ejemplar no requiere de héroes ni de parcela, pero sí necesita ciudadanostodos dispuestos y listos para restituir la democracia. La democracia como saber de la política, como saber de la sociología, interés de la historia, asunto de la polemología, pero sobre todo como responsabilidad de una nación que por 40 años ha sufrido el terror y la locura –capricho de una masa insensatos- entregados a proyectos contrarios a los cuatro mensajes de la nacionalidad.
Es original,
Dr. José Machillanda
Director CEPPRO-CSB
@JMachillandaP
Caracas, 2 de marzo de 2021
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