El régimen dirigido por Nicolás Maduro y la cúpula que lo acompaña han generado el mayor nivel de pobreza que jamás haya conocido Venezuela. La combinación de elevada inflación desde 2014 e hiperinflación a partir de noviembre de 2017 y una economía que perdió el 75% de su ingreso entre 2014 y 2020, arrojaron a la pobreza a millones de hogares venezolanos. La respuesta del régimen ha sido doble, por una parte esconder las cifras al no publicarlas regularmente y por la otra adulterar aquellas que decide publicar. Lo peor no es solamente eso sino también el hecho que datos recientes que se han venido levantando sobre la situación alimenticia en Caracas y otras ciudades los han tratado de silenciar, en una especie de pacto tácito para que se hable de todo menos de la pobreza y el hambre que padecen los venezolanos. El chavismo que se llenaba la boca hablando de la pobreza, falsificando las cifras, ya no dice nada del asunto. Recordemos que Chávez estuvo predicando sobre el famoso 80% de pobres en 1998 cuando la cifra correcta era 32%.
Primero Justicia decidió adelantar una política para que no se siga invisibilizando a los pobres de Venezuela que son la gran mayoría del país. Para ello hemos lanzado dos iniciativas de alto impacto. La primera es el cálculo quincenal de la Canasta de Sobrevivencia Alimentaria en todas las capitales de todos los estados del país, donde damos cuenta de la pronunciada brecha entre el costo de una canasta de ocho productos esenciales y el salario de los hogares. La segunda es la elaboración con periodicidad trimestral de la Encuesta del Hambre en la ciudad de Caracas.
De acuerdo con las cifras recopiladas para febrero de 2021 de esta encuesta, solamente el 5,6% de los hogares caraqueños amentó su consumo ese mes respecto a diciembre de 2020, en tanto que 65,5% redujo el consumo. Lo relativo a la caída del ingreso, ésta es monumental. Para el 87,6% de los hogares consultados, su remuneración monetaria es insuficiente para adquirir los alimentos. De allí que el 30% de los hogares haya apelado a los ahorros para poder comer, 28% se haya visto obligado a comer menos, 27% recibe remesas de sus familiares y un pírrico 9% se beneficia de las bolsas Claps. Esto último refleja la bancarrota fiscal del país.
El 56% de los hogares consultados en febrero hizo menos de tres comidas al día no porque esté en dieta sino porque no tienen ingresos suficientes. Finalmente, solamente 22% de los hogares compró alguna vez en los bodegones mientras que el 74% no lo hizo. Esto expresa la enorme segregación social que hay en el Municipio Libertador en Caracas respecto al acceso a estos establecimientos. De esta manera, el madurismo no solo ha aumentado sideralmente la pobreza sino también la exclusión social. Estamos comprometidos con las mayorías nacionales actualmente empobrecidas.
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