Nos enteramos con una buena dosis de perplejidad y sobre todo, con una enorme dosis de indignación, que la Universidad Bicentenaria de Aragua, UBA, otorgó un doctorado “honoris causa” a Freddy Bernal. Un doctorado es un título universitario que se obtiene después de haber cursado largos años de estudios y de haber presentado y aprobado la tesis. Un doctorado honoris causa es el título académico que se concede de manera honorífica como reconocimiento de grandes méritos.
Pero como estamos en una Venezuela anárquica, contradictoria y jalabolas, hay honoris causa que deberían llamarse, en realidad, horroris causa.
El 15 de mayo de 2001, la Academia Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa otorgó un doctorado honoris causa a Hugo Chávez. En aquella oportunidad me quejé también, aunque puedo entenderlo como una táctica de los rusos de entrarle a Chávez por el camino más fácil, su ego, para lograr de él lo que querían, y ciertamente, lo consiguieron. Sin embargo, el que una universidad venezolana le dé a Freddy Bernal un doctorado honoris causa, conociendo perfectamente quién es el personaje, es una aberración, por decir lo menos.
Por fortuna, ya ha habido reacciones en contra, como la del doctor Adolfo Salgueiro quien en carta a José Gerardo Guarisma, presidente-canciller de la Florida Global University,renunció a su condición de miembro del Consejo Académico del Politics Center Academy.
“Motiva esta decisión la sensación de vergüenza y bochorno que me invade al enterarme por publicación de la prensa de Venezuela de que la Universidad Bicentenaria de Aragua -de la que Florida Global es parte- acaba de conceder un doctorado “honoris causa” al ciudadano Freddy Bernal, cuya trayectoria académica es desconocida, más no así la que ostenta como dirigente fundamental y funcionario dilecto del régimen antidemocrático que actualmente despacha desde Miraflores.
Lo que sí es bien conocida es la actuación política pública del ciudadano Bernal, cuya trayectoria incluye la organización y manejo de grupos violentos al servicio de la parcialidad política en la que milita, así como también su condición de reiterado violador -impune hasta ahora- de los derechos humanos de los venezolanos.
Por tal razón no me siento capacitado para compartir el marco de una misma institución, mucho menos universitaria, con una persona cuya trayectoria -en mi opinión- desdice de los valores de la venezolanidad”.
¡Aplausos de pie para el profesor Salgueiro! Ojalá otros miembros del Consejo Académico tanto de la Bicentenaria, como de la Florida Global, sigan su ejemplo. Tengo entendido, aunque no lo he podido confirmar, que el doctor Román José Duque también seguirá sus pasos y presentará su renuncia.
La UBA se las trae a la hora de dar doctorados honoris causa: a Jorge Rodríguez le dieron uno el año pasado. Tristemente, al recién fallecido Chelique Sarabia, también le otorgaron uno en 2021. ¡Ése sí es un honoris causa! La diferencia de méritos es abismal.
Por eso, este doctorado de Freddy Bernal es un “horroris causa”.
El honoris causa es para reconocer grandes merecimientos. Pero si se trata de reconocer las grandes metidas de pata, la corrupción, la violencia, la ignorancia, la ineptitud y tantos otros males que no cabrían en este artículo, lo que corresponde es un horroris causa. Tomen nota, señores de la Universidad Bicentenaria de Aragua.
@cjaimesb
https://www.analitica.com/opinion/horroris-causa-3/