Impredecibles y cada vez más contantes y prolongados. Así son los apagones en Carabobo, donde la crisis eléctrica parece haberse agudizado, toda vez que, durante las últimas semanas, las interrupciones son hasta de más de 12 horas en diferentes sectores de la entidad.

No hay un plan concreto de racionamiento, o de administración de carga como lo señala Corporlec, el que que ha sido empleado como argumento ante las fallas registradas recientemente. No importa la hora ni el día, simplemente sucede, todo se apaga, incluyendo los equipos de asistencia respiratoria de los que dependen muchos pacientes con COVID-19.

El problema es más común de lo que se cree. Con síntomas de coronavirus y dificultad severa para respirar hay quienes prefieren quedarse en casa con apoyo de oxígeno. “Esto ocurre por el temor de ir a un hospital o a una clínica a internarse, entonces los familiares prefieren instalar una especie de mini centro de salud en sus hogares”, aseguró la coordinadora en Carabobo del grupo interdisciplinario de la emergencia humanitaria compleja, Luisa Rodríguez Táriba.

Pero no todos tienen planta eléctrica y, con cada interrupción del servicio, sus respiraciones se ven severamente afectadas, al punto que sus vidas están en un inminente riesgo. “Vemos todos los días, con tantos apagones, la angustia de las personas de pensar que tienen a su familiar con un respirador o un concentrador de oxígeno y otros equipos que requieren electricidad y no tienen servicio”

Los carabobeños, según indicó, prefieren quedarse en casa porque saben que los hospitales tienen severas deficiencias de infraestructura, insumos y de personal, y no cuentan con los recursos económicos para pagar lo que significa la atención de un paciente con COVID-19.

“Hay que pensar que la salud no es solo tener acceso a una pastilla o que tengamos un doctor que necesitamos en atención primaria y la especialidad, la salud es un compendio de hechos y de acciones y de servicios que se construyen y se protegen”.

Más de 38 mil apagones en el país

Es un drama que se replica en diferentes regiones del país. De acuerdo con el Comité de Afectados por Apagones, en marzo se contabilizaron 13 mil 681 fallas eléctricas a escala nacional, mientras que en el primer trimestre de 2021 ya suman más de 38 mil.

La presidenta de ese comité, Aiza López, advirtió el riesgo que corren los pacientes con COVID-19 que se tratan en sus casas.

“Son ciudadanos cuyas vidas depende de un respirador artificial, personas que se encuentran recibiendo tratamiento en casa producto del colapso de hospitales y clínicas, y que además de la enfermedad deben vivir con la zozobra de que en cualquier momento pueden quedarse sin este servicio público”.

En Carabobo, las fallas se han presentado en las últimas semanas con mayor intensidad en zonas como las urbanizaciones del norte y sur de Valencia, y los municipios Naguanagua y San Diego.

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