He sido un aficionado del cine toda mi vida. Cuando era solo un niño, me castigaban con cierta regularidad, y me mandaban a quedarme en mi habitación sin televisión; me ponía audífonos y, escondido de todos, me ponía a ver la televisión en mi habitación… principalmente películas americanas. No, Spartacus y Senderos de Gloria (Paths of Glory) no eran mis favoritos entonces. La escuela de cine y guión me llevó a estudiar a este artista moderno. Kubrick era cineasta, pero principalmente era un inquisitivo provocador, y Eyes Wide Shut, protagonizada por Nicole Kidman y Tom Cruise en 1999, no fue una excepción.
Kubrick era un astuto observador del dilema humano y cómo se entrelazaba en la vida. No escribía o hablaba de sus ideas; generaba una película y hacia una declaración, que muchas veces era malinterpretada. Una muestra de ellas fueron 2001 a Space Odyssey, La Naranja Mecánica (Clock Work Orange) y La Chaqueta Metálica (Full Metal Jacket) todas con una cola de controversia por una u otra razón. Su última película fue un perfecto ejemplo de ello, Eyes Wide Shut fue una declaración sobre el dilema del hombre en el cambio de milenio y no podría ser más relevante hoy en día. La mayoría sin embargo vio un tema sexual y la infidelidad escondida de las mujeres.
El dilema humano
Los seres humanos están en la situación constante de aferrarse a la seguridad y lanzarse por su propio impulso al caos total. Se puede decir que una realidad humana arquetípica es que estamos parados en el borde de un precipicio mirando hacia el abismo del infinito, siendo empujados continuamente por detrás por las circunstancias, mientras estamos tratando desesperadamente de mantener nuestro pie firme en tierra, a la vez que sentimos internamente el impulso de saltar y volar.
Esta brillante película comienza en cómo una vida segura y próspera puede ser arrojada a la madriguera del caos en una fracción de segundo. Caemos porque somos ingenuos acerca de la situación y la constitución humana; muestra que, si no tenemos la valentía de saltar, caemos al precipicio; así que mejor no dejemos pasar esta vez la enseñanza; Eyes Wide Shut nos ofrece la oportunidad de reconocer y profundizar dónde estamos.
La trama (para aquellos que no la han visto o recuerdan)
Al comienzo de la película se presenta a los Harford: Alice es la mujer perfecta e ideal y Bill no puede encontrar su billetera. Se están preparando para ir a una fiesta en Central Park South Manhattan, y salen. En la fiesta ambos serán tentados sexualmente. Alice es abordada por un refinado lobo feroz que hará todo lo posible por seducirla; a todos los efectos, parece conseguirlo. Bill es desafiado por dos bellas ninfas que están dispuestas a tener una deliciosa aventura sexual con él en el piso de arriba. Ambos reaccionan de manera muy diferente, Alice juega a la pelota con el lobo estepario, como un gatito con un ovillo. Ella se divierte con él, pero siempre tiene el control. Bill, por otro lado, se siente incómodo, e inclusive agradecido cuando es salvado de tener que decirles que no a las dos modelos.
Esta secuencia esboza el marco de la película. La sexualidad es una línea divisoria que diferencia a hombres y mujeres, corporal, mental y emocionalmente; y el director, desde el comienzo, deja claro quién está perdido y desconectado de la realidad.
Entonces… ¡la trama se complica!
Vemos a los Hartford en la vida normal, cada uno en lo suyo; obviando la noche anterior, él es médico y ella es una ama de casa y madre moderna. Bill sería considerado un muy buen partido para muchas mujeres y, a estas alturas, la mayoría de los hombres considerarían a Alice simplemente inalcanzable, pero definitivamente una mujer espectacular.
Es del todo imposible hacer justicia a la escena de dormitorio que desarrolla la trama, es una obra maestra. La noche siguiente, después de acostar a su hija, fuman un cacho de marihuana para desconectar del día. Como en tantas historias de alcoba, lo tiene todo; el eterno debate hombre-mujer sobre los roles y quién es qué y por qué. La conversación deriva sobre las ninfas y el lobo estepario. Ambos están drogados, Alice se enfada, arremete contra Bill porque su razón para no tener sexo con las dos modelos fue en «consideración» a ella.
El reclamo de Alice a Bill es entre líneas: ¿eres acaso un debilucho? ¿No sabes por qué haces lo que haces? La respuesta de Bill a su insistencia es un débil intento de defenderse y poner la pelota en la cancha de ella.
– Estás tratando de pelear conmigo. – dice Bill
– Entonces, ¿no estás celoso de mí? – espeta ella.
Ante lo cual Bill dice con mucha seguridad algunas razones convencionales y fuera de lugar, concluye que está seguro de su fidelidad. Después de una buena carcajada, Alice lo guía lentamente a través de una fantasía que tuvo con un oficial naval que vio en Cape Cod durante las últimas vacaciones de verano de la familia. No omite detalles y concluye diciendo que ella ‘lo hubiera echado todo por la borda’ por una noche con aquel oficial, pero el día siguiente él se había ido y ella se sintió “liberada”… Bill queda destrozado. Entonces suena el teléfono. Un hilarante detalle de Kubrick para simbolizar cómo todo esto fue una llamada de atención y el pistoletazo de salida de una noche infernal para Bill.
Si tenemos suerte…
El resto de la película es Bill enfrentando el caos que abrió la fantasía de Alice en su relación aparentemente segura de siete años. Esta vez no es Alice la que cae por la madriguera del conejo, sino Bill, porque toda la historia es una experiencia onírica… o deberíamos decir una pesadilla.
Al menos una vez en la vida, somos arrojados al abismo. Por lo general, para los hombres, es una mujer o un marco femenino de circunstancias lo que nos empuja al abismo. Sospecho que para las mujeres es lo contrario. Independientemente, es evidencia de que interna o espiritualmente no hay una secuencia de tiempo para el alma. En un momento todo parece estar en orden, Bill sabe quién es, dónde está, adónde va y de dónde viene. Luego, en un instante, no está seguro de lo que ha estado haciendo durante los últimos siete años, ni quién es: médico, esposo, padre, tonto… ni a dónde va. El pasado no tiene certeza, y el futuro es impredecible, nada parece lo que parecía hasta sólo hace un momento, como si el suelo que lo sostenía se hubiera derrumbado bajo sus pies. Esta experiencia puede desafiar a una persona hasta los cimientos.
La historia desarrolla brillantemente el sexo como tema central de esta película, en parte porque el sexo es una realidad inequívoca de lo que somos. No puedes pretender otra cosa que lo que eres realmente cuando estás desnudo haciendo sexo.
Para un hombre heterosexual adolescente y joven, tener el mejor sexo jamás visto con la diosa más gloriosa es sin duda algo ahí arriba con lo más significativo en la vida; algo que permanece por un largo período de la vida en forma de fantasía. Ese espejismo que nos tiene a los hombres atrapados y todo a nuestro alrededor utiliza esto, el marketing, el diseño industrial, la publicidad, la comunicación… tanto para hombres como para mujeres, el sexo es un vórtice de la cultura contemporánea. Más importante aún, el artista propone que la diferencia entre hombres y mujeres es enorme con respecto a su identidad sexual; el director sugiere que, en general, las mujeres tienen un mejor control sobre quiénes son con respecto a su impulso sexual, y cuando tienen claro lo que quieren, van a por ello. Los hombres, por otro lado, viven dentro de una fantasía que puede empujar y tirar de su voluntad, dejándolos con poco control sobre las circunstancias. No conozco a casi ningún hombre que diría que no a una invitación de sexo con una mujer hermosa, pero puedo decir que conozco a muy pocas mujeres que tendrían sexo con un hombre atractivo, solo porque es guapo.
La mayor parte de la película escenifica el intento de Bill de tener sexo; por ello se sumerge en un torbellino de fantasías sexuales que no se resuelven en él “disfrutar” de sexo. Primero, se encuentra como objeto de la fantasía de la hija de un paciente que acaba de morir. Luego no puede tener sexo con una prostituta, ni puede tener sexo en una orgía, es desafiado por otros hombres… no está a la altura en ninguno de esos casos. Es una pesadilla para Bill. Pero al mismo tiempo, parece ser el sueño de Alice, o de las mujeres, ya que los hombres son impotentes para obtener lo que desean hasta que saben lo que realmente quieren.
¡Los hombres pueden caer por la madriguera del conejo muy especialmente empujados por las mujeres! Con razón los hombres históricamente las han mantenido en su lugar; controladas para que no puedan empujarlos por el precipicio.
Ambos, mujeres y hombres, tenemos ambas realidades dentro de nosotros. Jung propuso que tenemos el opuesto de nuestro género incrustado en nuestra psique; para los hombres es el Anima, y para las mujeres es el Animus. Ambos proyectamos sobre el género sexual deseado los atributos de la realidad incrustada, atrayendo nuestra atención y deseo de tener fuera lo que sentimos que nos falta dentro. Es una danza que puede ser hermosa y que a veces se torna macabra.
El drama se desarrolla al final con la incursión de Bill tratando de vivir su fantasía; sin embargo, genera una amenaza a su propia seguridad y la de su familia… momento en el que le cuenta todo a Alice.
Al cierre de la película, en la “secuencia de la tienda”, el director revela el último clavo en el ataúd de los hombres; es la crítica de Kubrick a la incómoda situación de los hombres si no superan la fantasía en la que tan voluntariamente se han metido. Y sí, tratar de ser un “buen esposo” es más una fantasía de mujeres que de hombres, en lugar de la suya propia.
La escena de resolución: la tienda de juguetes
Hay un guiño humorístico del director al comienzo de la secuencia, la hija muestra una Barbie llamando la atención de su madre con ¡mira mami! Como si dijera: la mujer perfecta e ideal. En la conversación el pobre Bill no ha entendido lo que pasó en su vida, todavía busca recetas convencionales y el cuento de hadas de la relación entre hombres y mujeres. No es un “para siempre” a menos que hoy nos miremos a los ojos y seamos francos sobre quiénes somos y qué queremos realmente. Los hombres tenemos que encontrar nuestra fuente o propósito, para ser el compañero que pueda acompañar a una mujer que valga la pena, no por ser bella, sino porque sabe lo que quiere. Lo que Alice quiere es saber que su esposo la deseaba por encima de todo, hasta de su fantasiosa infidelidad, simbolizado en ser «cogida», y no en hacer el amor.
Lo que me dice a mí la crítica de Kubrick
Cuando estudiaba en la escuela de cine, estaba preparando un debate para la proyección de la película Eyes Wide Shut para nuestra clase. Esa semana también estaba viendo Lo Que El Viento Se Llevó. Me llamó la atención cómo el clásico de 1939 trataba el mismo tema, las diferencias y dinámicas entre hombres y mujeres… era todo un contraste. Red y Bill están lo más alejados posible; Red en Lo Que el Viento se Llevó sabía exactamente lo que quería y no podía ser arrojado a ningún torbellino por el capricho o la fantasía de una mujer.
Los hombres hemos perdido nuestro norte. Sin duda es también una autocrítica, pero en general veo que los hombres no tenemos agallas y estamos perdidos, nos falta carácter y propósito. A las mujeres les molesta eso, y están dejándolo saber. Como si para las mujeres, los hombres son solo niños y no son atractivos hasta que realmente saben lo que quieren… ¿No es esa la cruda realidad?
Nuestra sociedad está pagando un alto precio por la abundancia y la seguridad que ha proporcionado el surgimiento de la paz, la libertad y la democracia. Hace unos 200 años, el 98% de la población del planeta vivía en la pobreza extrema y hoy sólo el 9,2% de la población mundial vive como vivía la mayoría entonces. Nuestra opulencia y tiempo libre están abriendo un amplio abanico de distracciones y estamos tan inmersos en nuestros derechos que olvidamos que estos derechos se levantan sobre los hombros, la responsabilidad y la sangre de millones de personas a lo largo de nuestra historia. No somos libres de decidir si mi género es fluido o ambivalente, no somos libres de ser elevados por nuestro gobierno económica o socialmente al nivel que creemos que merecemos; somos libres para que podamos asumir la responsabilidad y tomar decisiones para desarrollarnos a nosotros mismos y a la sociedad, y ser quienes queremos ser sin restricciones de la sociedad ni de nadie.
Las instituciones y los grupos sociales se muestran complacientes con esta falta de valores y fundamentos. La educación no se está enfocando para construir el carácter de sus alumnos, y las instituciones políticas y gubernamentales dan una postura políticamente correcta para no ser culpados por la debacle que enfrentamos. Para rematar, a todas luces con la introducción de la Inteligencia Artificial en manos de niños que no saben lo que quieren, parece acelerar el camino a un infierno inminente.
¿Cuál es el reto para nosotros los hombres hoy en día?
Hay un abismo entre entender y actuar, lo paradójico es que sin actuar no aprendemos lo más importante que tiene la vida: la experiencia, que nos hace en verdad “entender” de manera más profunda. Hace tiempo leí a Darren Hardy que comentaba que, a sus veintitantos, en medio del comienzo de su éxito, se preguntó ¿Cuál es la mujer que quiero en mi vida? Se sentó y escribió una lista describiendo todo con respecto a ella, detalles físicos, temperamento, gustos, intereses… una larga y detallada lista. Al concluirla, reconoció desconcertado (mérito de humildad, por cierto), ¿Cómo puedo yo atraer a una mujer así? Y entonces hizo una lista “en quién tenía que convertirse” para atraer a “esa mujer espectacular” que había descrito.
El éxito, en cualquier de sus fases y dimensiones, no se busca, se atrae.
Tienes actualmente el nivel de vida que has sido capaz de atraer.Jim Rohn
Este es el reto responsable, define en quién tienes que convertirte para transformar el mundo a tu alrededor, deja de quejarte o buscarlo. Define y actúa para transformarte… ya corregirás rumbo en el camino.
El Corazón de la división eres tú
Una perspectiva que puede ubicar los dolores y las alegrías reales que te elevan a vivir a plenitud.
EL PUNTO a la i
El historial de la columna está en cdots.substack por si quieres revisar artículos anteriores.
https://www.analitica.com/opinion/eyes-wide-shut-1999/