La parroquia Petare, ubicada en el este de Caracas, todavía no sale de la consternación por el fallecimiento del sacerdote Miguel Vargas.
Recorriendo las calles del casco central de esta parroquia, las cámaras de Caraota Digital notaron una consternación que se hacía cada vez mayor conforme los residentes del sector se acercaban a las inmediaciones de la iglesia de esta circunscripción.
Frente al templo, la señora Susana Rojas -quien manifestó haber conocido al padre Miguel Vargas- confesó que “nos cayó muy mal. Me enteré por un vecino y es una lamentable pérdida como ser humano para el pueblo petareño. Dejó una huella imborrable en nuestra parroquia”.
“Las ironías de la vida… Cuando él sabía de un vecino que tenía COVID-19, le veíamos realizando oraciones y pedía por ellos. Es de esas personas que pasan por nuestras vidas y nos dejan una gran enseñanza”.
Además de la señora Rojas, Mauricio Hernández declaró que “tenía referencias de él. Era un amante de su oficio religioso, muy abierto y dado con las personas que asistían a sus misas… Siempre estaba en contacto con la comunidad”.
La residente de la parroquia Petare Gloria Linares, visiblemente afectada, indicó que “estaba bastante mal. Supimos que se estaba recuperando y recayó. Estamos muy dolidos en el casco histórico porque era un padre alegre y no hay nadie que no esté consternado por lo sucedido”. El sepelio del sacerdote será este viernes.
No es el único sacerdote que ha fallecido por COVID-19
Es importante destacar que además de los miles de venezolanos fallecidos por el coronavirus, la desaparición física de Vargas lo convierte en el vigésimo padre criollo que muere por la pandemia.
La Conferencia Episcopal Venezolana informó el pasado 6 de abril la muerte por la misma causa de Moisés Pérez Lugo, párroco de San Martín de Porres en la ciudad de Valencia estado Carabobo.
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