La historia de Wilkinson Arrieta pudo ser otra totalmente distinta. Su padre era el jefe de la banda delictiva que asaltó en 2003 la Hacienda Santa Teresa, pero tuvo una oportunidad: la reconciliación.

Todos quienes integraban esa organización forman parte del Proyecto Alcatraz de la empresa ubicada en la población El Consejo del estado Aragua, al pagar su pena dentro de la hacienda realizando trabajos de siembra y labores de control de incendios, todo a cambio de su libertad.

Hasta la fecha, han participado integrantes de 11 ex bandas delictivas quienes integran este proyecto y que decidieron dejar la violencia, además de involucrar a muchas personas de la comunidad, como a Wilkinson, quien desde los ocho años practica rugby en el lugar y hoy en día es entrenador de la disciplina y embajador de la marca Santa Teresa 1796.

Durante el acto de lanzamiento de la campaña “Descubre lo inesperado” de este tipo de ron, en la ciudad de Valencia, el joven relató su historia, la de su familia y la de los vecinos de El Consejo.

“El Proyecto Alcatraz simboliza muchos valores para mí e intento enseñarles eso a las nuevas generaciones y sobre la historia que está detrás del proyecto, lo que significa que no jugamos para ser campeones, sino para salvar vidas”.

Desde el episodio en el que su padre fue protagonista al asaltar la hacienda, todo ha cambiado en El Consejo. “Tenemos escuelitas de rugby, este deporte los envuelve y somos pioneros, ellos van aprendiendo desde pequeños y se desenvuelven mejor en la sociedad, porque el deporte, sin importar cuál, está lleno de valores, te regala compañeros, amigos que enseñan a vivir la vida y hermanos con quienes se aprende a enfrentar juntos las dificultades”.

Lo inesperado hecho en Venezuela

Santa Teresa 1796 es emblema de la marca. De eso no hay duda. Está presente en 80 países del mundo donde se deja bien sentada la marca de hecho en territorio venezolano.

El presidente de la empresa, Alberto Vollmer, explicó que se trata de una mezcla de 30 rones que llegan a 35 años de añejamiento y pasa por un proceso de solera, que lo convierte en un producto sorprendentemente seco, suave y balanceado.

Para ellos no existen límites. Durante la cuarentena, Santa Teresa recibió siete premios internacionales diferentes. “Eso habla de la excelencia de los productos venezolanos que son exportados, y esos siete premios hablan de eso, y de la maestría de nuestros productos que salen de aquí con mucho potencial”.

Las dificultades son parte de cualquier camino, pero en la empresa tienen una manera de enfrentarlas. “Lo primero que hacemos es imaginar el futuro bajo diferentes escenarios, no verlo como algo fijo y eso da flexibilidad para ajustar y adaptarte a condiciones cambiantes que genera ese momento de dificultad”.

También es fundamental para ellos mantener comunicación muy cercana, “no solo con los clientes y proveedores sino internamente con todos los miembros del equipo y es comunicación diaria, hasta dos veces al día, para saber cómo van las diferentes operaciones y eso en momentos de dificultades es fundamental para seguir adelante”.

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