Los centros de salud públicos del Táchira no cuentan con vacunas importantes para los lactantes, dosis como la neumococo y rotavirus no llegan desde hace 16 y 8 años.

Yorgelis Arciniegas no ha podido colocarle la vacuna neumococo a su bebé de 8 meses.

“Si he logrado conseguir algunas pero la neumococo no porque es paga, no tengo los recursos para adquirirlas, las demás si las pude conseguir”, precisó Arciniegas a las cámaras de Caraota Digital.

Dijo que la neumococo cuesta desde 120 hasta 200 dólares en los médicos privados y que para ella es imposible.

“Es difícil porque el que no tenga el dinero, pues no se la puede colocar, yo tengo 3 niños y a ninguno he podido ponersela”, indicó la mujer.

Esta consciente que sus hijos están desprotegidos y lamenta que el estado venezolano no vele ni garantice el derecho de la salud de los niños.

Añadió que las dosis en los centros privados son muy costosas y por eso a muchas madres les ha tocado desistir.

Constantemente acuden a el Hospital Central de San Cristóbal, ambulatorios y otros centros asistenciales con la esperanza de que hayan llegado estas importantes dosis, indispensables para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades estomacales, virus y otras patologías.

Hay una escasez de un 50 % de las vacunas para lactantes

Liza Villamizar, coordinadora del programa de vacunación del Hospital Central de San Cristóbal, explicó que vacunas como la neumococo, dejó de ser aplicada en los centros públicos, pues desde hace más de 16 años no llega.

“La rotavirus es otra de las vacunas que se aplican a los lactantes menores a partir de los dos meses, tenemos un período de ausencia de 6 a 8 años”, apuntó la licenciada en enfermería.

En los centros de salud públicos tampoco se encuentran los biológicos contra la hepatitis A, varicela, la meningococo pediátrica, las cuales dejaron de llegar por los altos costos.

Liza Villamizar apuntó que desde hace años no cuentan con la anti influenza pediátrica, ni la meningococo para adultos.

También desaparecieron de los centros públicos es la SR o doble viral, que fue aplicada por última vez en jornadas desarrolladas hace dos años, cuando se registró un brote de sarampión.

“Hace años era más fácil para las personas comprar las vacunas, pero en la actualidad una puede costar fácilmente 100 dólares, entonces si hay para una, no hay para dos o tres que necesitan los lactantes”, comentó Liza Villamizar.

Destacó que muchas personas cruzan la frontera y se someten a largas colas para lograr vacunar a sus bebés en el vecino país.

La pandemia y el cierre de frontera ha complicado esta opción a la que acudían muchas madres.

Comentó que el rotavirus no se está cumpliendo, por los que los infantes están más vulnerables, expuestos y con un sistema inmunológico debilitado.

“Las vacunas son preventivas, no va llegar a exonerar a los lactantes de adquirir una enfermedad, pero en este caso con una protección primaria de vacunación la enfermedad ya no sería tan agresiva”, recalcó Villamizar.

Dijo que cuentan con algunas vacunas para el esquema de los recién nacidos, destacó que si no se cumplen las dosis completas el efecto no es el mismo.

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