Aunque en Venezuela el Estado de Derecho no existe, el acontecimiento del 28 de julio decide la caída estruendosa del régimen canalla, que ha sometido a los peores embates el espíritu nacional desde la fundación de la Republica ,1830, por el General José Antonio Páez, el Centauro de los Llanos. Los efectos devastadores del triunfo extraordinario de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, superando la altísima votación obtenida por Don Rómulo Gallegos, en los comicios de 1945.
Las Actas fidedignas revelan que el nuevo Presidente electo de la República, alcanzó el 70 % del universo de electores, pese a la trampa constante del Gobierno prevalido de cualquier tipo de artilugios, como la objeción arbitraria a las aspiraciones ciudadanas de María Corina Machado o Corina Yoris o, aún mas grave, el impedimento al ejercicio del voto de la mayor parte de la diáspora venezolana, estimada en más de 7.000.000 millones de venezolanos que deambulan por el mundo, sumidos en el profundo dolor de la tristeza.
Las elecciones del 28 de julio, además, dejan al desnudo la ilegitimidad de la deleznable dictadura y su transgresión a los valores esenciales de la Democracia.
Vladimir Ilich Lenin escribió en Finlandia, en el año de 1917, meses antes del asalto bolchevique, “L’Etat et la Revolution”, suerte de manual para fundar el comunismo, según comenta el profesor Marcel Prelot de la Universidad de París, define el objetivo principal de su ideología: la destrucción del Estado Democrático Occidental y la eliminación del Sufragio. El Populismo en América Latina ha seguido a pie juntillas-el más fiel Fidel Castro- los consejos del hombre cuyos despojos momificados exhibe el Kremlin frente a la Catedral de San Basilio en la monumental Plaza Roja de Moscú.
Las consecuencias son, el fortalecimiento de la Democracia como sistema de vida y el Voto como única fuente de legitimidad del Poder. Ambos institutos logran consolidarse firmes en el paisaje político mundial. Maduro sigue presuroso su deriva hacia el precipicio, no mira hacia los lados, intenta ocultar a como dé lugar la tremenda derrota que le ha propinado la mayoría de sus conciudadanos, nada más y nada menos que la expresión soberana de la voluntad general.
Ordena, al mal reputado Fiscal General, Tarek William Saab, elevar al Tribunal Supremo de Justicia la proclamación de Nicolás Maduro a fin de constatar su valor, en ese sentido, apuntamos dos cosas: primero, el presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, realizó semejante acto sin fundamento probatorio alguno. segundo, el TSJ no tiene competencia para dilucidar el conflicto, pues de acuerdo a la normativa jurídica establecida en la Ley de Procesos Electorales la Sala Electoral del CNE es el organismo competente para dilucidar la diferencia.
Hoy, precisamente el Fiscal cita por tercera vez al Presidente electo, Edmundo González Urrutia, bajo amenaza de arresto. Desencadenando lo protesta encendida de diversos sectores de la sociedad venezolana, uniéndose al claro rechazo de la Unión Europea al reconocimiento de Maduro como legítimo presidente de Venezuela, sin actas demostrativas de la veracidad, seriedad y franqueza de la victoria, todo lo cual condena a Maduro a permanecer como un usurpador, es decir, un gobernante de facto.
La situación es crítica en Venezuela por lo que es indispensable destacar la actitud de la Organización de Estados Americanos que ha solicitado a la Corte Penal Internacional el juzgamiento del dictador por crímenes de genocidio y lesa humanidad. En manos del Fiscal Karim Khan el encarcelamiento de Maduro, que ya ordenó la detención al Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu por incurrir en el delito de agresión, previsto también en el Estatuto de Roma.
Asimismo, el Rector del Consejo Nacional Electoral, Juan José Del Pino, rompe su silencio, cuestionando la transparencia del proceso, tres razones principales alegan: las incidencias relacionadas con el retiro de testigos de la oposición; la interrupción de un presunto Hackeo de la votación técnicamente irrealizable y, por último, las irregularidades en la totalización o escrutinio de los votos. De aquí que en su opinión el proceso de votaciones haya generado tantas dudas nacional e internacionalmente sobre su idoneidad. Por cierto, las afirmaciones provenientes de las Organizaciones Internacionales y de las Organizaciones no Gubernamentales coinciden en el aserto que en los eventos electorales del 28 de julio no se cumplen los estándares de transparencia y legalidad.
Ineludible la persecución despiadada del régimen venezolano rompiendo récords en las cifras históricas de represión: para el 28 de julio había 1780 presos en las cárceles de Venezuela, la persecución de hoy lleva el número a una cifra que roza los 2500, lo peor es que aparecen entre ellos, personas entre 40 y 60 años, gente de la tercera edad, mujeres y hombres, adolescentes y niños menores de 12 años, el tesoro intocable de nuestra porvenir.
En definitiva, estamos enfrentados a un régimen criminal, un Estado fallido y decadente que no desea la paz y la democracia para Venezuela. El voto de los venezolanos el 28 de julio, es el Voto de la Libertad.
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Autor: Jesus Eduardo Troconis [Abogado especialista en Derecho Internacional Público, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid]
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