Los yuquis son un grupo humano, perteneciente a la familia lingüística Tupi-guaraní. En tiempos pasados, cuando tenían una vida nómada, desarrollaron su vida principalmente en la parte norte del departamento de Santa Cruz. Actualmente viven confinados en la TCO Yuqui Bia Recuaté CIRI, en el Chapare, que comparten con Yuracarés y Trinitarios. La OPS/OMS, los considera como el pueblo de mayor vulnerabilidad de Bolivia (visión Yuqui 2012).
Los yuquis tuvieron la desgracia de ser invadidos por colonos quechuas/aimaras, durante la relocalización minera, que ocurrió a raíz del cierre de minas en la década de los 80, durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro.
Estos colonos se dedicaron principalmente al cultivo de coca, para uso industrial, ya que la hoja producida en la zona no sirve para el consumo tradicional. Este negocio les redituó grandes ganancias, lo que trajo aparejado poder económico, político y conexiones internacionales. Con la llegada del MAS al gobierno, este poder se multiplicó.
Los grandes perdedores de este proceso, fueron los verdaderos dueños ancestrales de la tierra, los yuquis, desplazados y arrinconados a zonas marginales, en su propio territorio. Con los yuquis se está cometiendo un genocidio, a la vista de todo el mundo, sin que nadie haga algo efectivo por detenerlo.
Las tribulaciones de este pueblo ancestral, están contados en un reportaje publicado en El Deber, en fecha 26-03-2006, titulado Biá Recuaré, escrito por la periodista Guísela López Rivas; ex ministra de Evo Morales. A continuación, les presento algunas partes salientes del mismo:
“No podemos ir a vivir a Chimoré. Dicen que solamente podremos ir a vender nuestras cositas, las flechas y la artesanía que hacemos y que, después de dos o tres días, tenemos que volver, dijo el cacique mayor de la comunidad de Biá Recuaté, Walter Itoira. Los yuqui tienen clara la figura: están prohibidos de intentar quedarse a vivir en Chimoré, la población urbana más próxima a la comunidad indígena que cobija a menos de dos centenares de originarios de esta etnia que está en vías de extinción”.
“Es un convenio racista, dijo el antropólogo Jorge Riester y propuso que sea aplicado en igualdad de condiciones en toda Bolivia. “Hay borrachos y actos inmorales en todo el país. En Chapare también se embriagan los quechuas y los turistas alemanes. ¿Por qué hacer un documento así únicamente para el pueblo yuqui?”, precisó el científico que se dedica a la investigación de culturas originarias en Bolivia desde hace más de 40 años”.
“Este acuerdo atenta contra la libertad de los ciudadanos yuquis. Es una vergüenza que autoridades públicas promuevan este tipo de documentos que viola de manera flagrante los derechos de los pueblos originarios, refutó Eulogio Núñez, técnico del Centro de Investigación y Promoción del Campesino (Cipca) y conocedor de la problemática indígena de pueblos amazónicos del país”. Hoy, Eulogio Núñez es director del INRA.
“Esta acta de entendimiento demuestra la imposición de una ‘cultura mayor’ sobre otra ‘inferior’. El documento pretende resolver el problema de los ciudadanos de Chimoré y deja de lado el problema de los ciudadanos yuquis, dijo la abogada Elba Terceros, que ha realizado investigaciones acerca de la TCO yuqui”.
Esta es la trágica situación de los yuquis. Recordemos que los mismos invasores, hoy están tratando de invadir el TIPNIS y la chiquitania cruceña. Hay que frenar en seco a estos usurpadores cocaleros, racistas y depredadores del medioambiente.
https://www.analitica.com/opinion/el-chapare-es-de-los-yuquis/