La Risa como Catarsis: Como un hidalgo de la Mancha se le secó el cerebro al leer  libros de caballería, no dormía convertía sus insomnios en líneas de vivencias rasando el viento con la espada de su imaginación y libros por adarga al enfrentar los dragones de su ensueño. “.., se le pasaban las  noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir, se le seco el cerebro, de manera que vino a perder el juicio”(Cap.1)

Cervantes nos adentra en un espacio-tiempo que se muta en realidad interior   desplegándose  cual laberinto,   dejándonos la enseñanza de como detrás de la locura, la burla, el humor hay un milenario  saber. Es así la novela de  una senda por encontrarle  sentido a la sin razón de la razón  de la existencia  a través de la catarsis y el desosiego que provoca el reír al liberar y purificar el animo. Al alejar  el dolor y la angustia de nuestro existir, convirtiéndose de esta manera en una forma de sobrevivir  a los avatares de la vida desde las sociedades tradicionales donde se creaban elaborados rituales con actores sacros quienes a través del absurdo, el chiste buscaban provocar y dar salud a los enfermos a través del reír como ocurría  entre los aztecas en funciones teatrales que tenían un sentido opuesto a la catarsis griega a través de la tragedia como vía de purificación. Aún hoy  en día de los muertos  es una reminiscencia, así como las festividades en Chiapas alrededor del dios momo. Es la locura hiriente y burlona del trickstrer entre los piel roja, el Loki de la mitología germánico y el conocido bufón de las cortes medievales único que podía burlarse del rey a través de la ironía. Son las Fiestas de locos donde por días el orden religioso, social y económico se invertían y la prostituta se convertía en virgen María, el borracho en sacerdote, el mendigo en rey. Esta es una perspectiva que Cervantes tenía cerca, pero debía ser muy cuidadoso en su uso debido a la tenaz y cruel inquisición.

Para lograr esto el escritor, dramaturgo, soldado, cautivo, cobrador de impuestos   usa la novela de caballería como referencia literaria al parodiar  un género narrativo  que tiene una de sus  fuentes en la tradición céltica de la cual surge el complejo mítico arturiano,  Parsifal, el rey pescador y sus derivaciones pero también tiene fuentes ibéricas, pues que caballero con más gallardía que la de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (siglo XI), su maravillosa épica no nace  de la imaginación mítica   como sería la furia homérica de  Aquiles o el ingenio de Odiseo,   se nutre de la tradición oral  para proyectar una lucha por hacerse un destino dentro una profundo sentido  de  valentía y  dignidad  que se convierte   en un paradigma histórico, en mundo de caóticas guerras de hombres que vivían entre  bélicas fronteras donde la gente se buscaba la vida, cómo diría Arturo Pérez-Reverte. No es casualidad que magnificas novelas se escribieran  en este décadas sobre su vida,  a través  de la reconstrucción histórica  en novelas como El Cid, de  José Luis Corral,  2000,  y  Sidi de Arturo Pérez-Reverte, 2019. Utiliza así uno de los pilares ideológicos de occidente  cuando el imperio español era el eje del planeta,  pero que ya  en pleno siglo mostraba sus grandes abismos al iniciar  su desmoronamiento.

En parte de este legado  brota en el ciclo del Amadís de Gaula, siglo XVI  y los   cien gruesos tomos  de relatos de caballería que había en la biblioteca de Alonso Quijana,  que a le dieron un sentido  para estructurar su novela burlesca al siglo de oro español. El género   que estaba moda en la época era la comedia, pues se llevaba al teatro que daba un medio de vivir  confortable al escritor, como ocurre en el presente con los guionistas del cine y series. En la biblioteca de Quijana escaseaban las comedias, en cambio estaba  los relatos pastorales  como la Diana de Jorge Montemayor, pues a fin de cuenta el don Quijote trasciende en todo los sentidos los género literarios que existían y al asumirlos  crea  una  nueva forma de narrar ecléctica que materializo la   novela moderna. En la cual   nos lleva  a lo cotidiano, a un contexto histórico particular de la ventas, los venteros, con sus ollas de comida, camas de paja, velones, la crisis de la hidalguía que huye del trabajo, pues va contra su status social. Es  una forma del vivir y del ser colectivo que nos acercan a   la crisis de un modelo civilizatorio, de ahí ese acercamiento crudo a esta realidad, donde todo parecía trastocado a través de la inversión y el absurdo donde los pastores y sus rebaños  son confundidos con ejércitos, los odres de vino con gigantes encantados…Entre los episodios más conocidos se encuentra el de los   molinos de viento  que se convertían en su locura en  gigantes que debían ser derrotado por el caballero de la triste figura, episodio que esta presente en todas las películas, series y reinterpretaciones que se han realizado de la novela.

“-La ventura va guiando nuestras cosas mejor que lo acertáramos a desear, porque vea allí, amigo Sancho Panza donde se descubren treinta, o poco más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer ; que esta es buena guerra… –Qué gigantes- dijo Sancho Panza.

-Aquellos que allí ves –respondió su amo…

-Mire vuestra merced –respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes son molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas que volteadas del viento, hacen andar las piedras del molino, ”(Cap. 8). El desenlace es el absurdo de un destartalado personaje a volandas por los aires que a hecho brotar la risa por cientos de años,  convirtiendo la palabra en catarsis  en  los innumerables diálogos del caballero y su escuderos a través de dialéctica de la razón y la sin razón.

A esto Miguel de Cervantes le llamo la locura de un manchego  ¿Acaso no todo humanista, artista, intelectual crea un recorrido  a lo largo de sus lecturas o inspiraciones   como las que tuvo  Miguel de Cervantes para sustentar su creación?.

La locura como praxis política: El contraste entre la irracionalidad y la razón que representan los diálogos de don Quijote y su escudero Sancho Panza, representan tendencias que se encuentran en la cultura humana. Repentinamente en estos diálogos la locura se muta en  filosofía política a través del sentido común cómo ocurre en los capítulos 42 y 43, cuando Don Quijote da a su escudero los consejos del buen gobierno cual Catón el filosofo estoico y político romano  que para evitar entregarse a Julio Cesar tras leer el Fedón de Platón, se quito la vida con una herida de espada como último gesto de rebeldía ante el dios viviente y dictador vitalicio. No por azar  toma la disputa entre Catón y Julio Cesar  como referencia don Quijote cuando transmite  sus consejos a Sancho Panza al convertirse en el  gobernante  de la ínsula de Barataria.  Es un discurso  de filosofía política y pragmatismo que los políticos  deberían tener como decálogo. Estas doctrinas las divide en dos secciones la  que debería adornar el alma (Cap.42), o sea la conciencia y en el siguiente capitulo transmite los consejos para cuidar el cuerpo y la apariencia que debería tener Sancho Panza como gobernador, partiendo del principio de que una mente sana requiere de un cuerpo sano y proyectar una imagen acorde con su rango. Es importante acercarse   en el capitulo  42 titulado “De los consejos que dio don Quijote a Sancho Panza antes de que fuese a gobernar la ínsula, con otras cosas bien consideradas.” Cervantes sintetiza en  la dialéctica entre la razón y la locura que se da en el caballero de la triste figura: “¿Quién oyera el pasado razonamiento de don Quijote que no lo tuviera por persona muy cuerda y mejor intencionada?  Pero como muchas veces en el progreso desta grande historia  queda dicho solamente disparaba en tocándoles en la caballería , y en los demás discursos mostraba tener claro y desenfadado  entendimiento…”(cap. 43)

 La cordura del manchego se vislumbra en el primer consejo que le da al  sentenciar como el   gobernar no es otra cosas sino un golfo profundo de confusiones. Aquí Cervantes esta siendo autobiografía como en muchos otros episodios, pues fue a  prisión por los malentendidos que hubo cuando era cobrador de impuestos para la gran armada, que fue derrota y acabo con la supremacía de la corona española en el mar. Por desaparecer el banquero al cual había confiado los casi dos millones de maravedís que había recaudo y que le habían provocado incluso enfrentamientos con la iglesia que le valieron la excomunión. En este especie decálogo se inicia:

“Primeramente , ¡oh hijo! Haz de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada.” La búsqueda de la sabiduría como guía del actuar el sentirse parte del universo, y no ser dominado por el egocentrismo y sus prejuicios actuar que nace no solo del estudio sino de la experiencia, la prudencia…

“Lo segundo haz de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que uno puede imaginarse.” Nos enfrenta Cervantes ante uno de los ejes de la filosofía occidente el “conocerse a si mismo” socrático  fundamento del actuar virtuoso. Pues de no conocerse como se puede llegar a conocer y juzgar correctamente al otro. Entre los valores fundamentales para guiar su acción como gobernador destaca la prudencia, la humildad, la virtud, la compasión, la búsqueda de la verdad, la amabilidad del buen hablar, y una justicia guiada por la misericordia. ¿Cuánta falta le harían estos valores a los políticos del presente?. Estos serán a grandes rasgos los preceptos que dará a su escudero para guiar su alma y su conciencia. Y seguidamente se dedicara a los cuidados que ha de tener con su presencia y sus hábitos,  ante todo le recomienda la limpieza corporal, el vestirse acorde a su cargo, pues ya no es un campesino y escudero sino un gobernador “No andes Sancho desceñido y flojo que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado. Debe ser cuidadoso en su comer, en su beber, en su caminar y en saber escuchar al otro…, habla con reposo, pero no de manera que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala. Come poco y cena más poco, que la salud del cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra. Ten cuenta de no mascar con los dos carrillos, ni erutar delante de nadie…” (Cap. 43) Y ante todo le pide que sea cuidado con esa manía que tiene de ensartar refranes que parecen más disparates que sentencias, slogan y propios del discurso ideológico  de las tiranías y dictaduras.  Y así se perfile ese lado irónico que caracteriza  la novela al crear una dialéctica entre una sabiduría que brota de  la burla. Pues imaginarse a un gobernador comiendo pan con cebolla y ajo, eructando, mal vestido, sucio y borracho y diciendo refranes sin que vengan al caso, es un absurdo que lleva a la risa propia de los silenos y de su risueño dios.

https://www.analitica.com/opinion/don-quijote-la-sabiduria-del-reir-y-la-locura/