En la medida en que se acerca la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia, los candidatos buscan mayor exposición y alianzas en municipios clave del país. En medio de giras por las distintas regiones, también aprovechan la oportunidad de presentar sus ideas ante una audiencia nacional durante los debates televisados. 

Caracol Radio, W Radio, Canal Uno, Noticiero CM& y la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, organizaron el pasado martes 10 de marzo un debate presidencial que llamaron “el debate de temas impopulares”, moderado por Claudia Palacios, de Noticentro 1 CM&, y Alejandro Santos, Director de Contenidos de Caracol Radio. 

Al debate fueron invitados los candidatos presidenciales con mayor intención de voto según las principales encuestadoras y se quedaron por fuera los que acumulan un porcentaje menor al margen de error de los sondeos.

Convocaron a Gustavo Petro, Federico Gutiérrez, Rodolfo Hernández y Sergio Fajardo, pero sólo tres candidatos asistieron al debate. Petro, candidato que puntea en las encuestas, no asistió. El comité directivo de la campaña presidencial del Pacto Histórico informó que su candidato no asistirá a ningún debate hasta la semana previa a la primera vuelta presidencial del 29 de mayo y que se enfocará en eventos en plazas públicas.

La discusión en el debate televisado se centró en explorar y debatir las propuestas económicas de los candidatos para enfrentar los retos que tiene la economía colombiana, como la inflación generalizada, particularmente el alto costo de los alimentos, el aumento del déficit fiscal ante la pandemia de covid-19, y el desempleo, que en Marzo de 2022 registró una tasa del 12.1% en el país.  

A diferencia de debates anteriores en los que hubo más desacuerdo y polémica, éste transcurrió sin ataques personales y se centró en la exposición oral y defensa de los planes de gobierno de los candidatos. 

El aumento del costo de los alimentos afecta la capacidad de compra de los hogares en Colombia. La FAO reporta el índice de precios de alimentos más alto de la historia desde que fue creado en 1990, y Colombia no es la excepción. De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, la inflación anualizada para abril alcanzó el 9,23%, un valor superior a la meta fijada por el Banco de La República de mantener una inflación inferior al 3%.  

Para mitigar los efectos de la inflación, el candidato Sergio Fajardo, de la coalición Centro Esperanza, propone otorgar subsidios temporales a productos agropecuarios, mejorar la producción de alimentos para suplir el mercado local con precios más competitivos y aumentar subsidios por inflación.

Alejandro Santos preguntó al candidato Fajardo cómo producir alimentos más competitivos cuando los precios de los productos de la canasta básica dependen, en buena medida, del precio de los insumos que vienen del exterior. 

“El Estado colombiano debe garantizar conseguir los insumos, traerlos y entregarlos a nuestros campesinos a un costo que sea compatible con lo que era antes del inicio de este proceso de inflación. No podemos permitir que se siga disminuyendo el área de cultivación y debemos garantizar que esos productos tengan acceso a los mercados”.  

Para Fajardo, Colombia es capaz de satisfacer la demanda interna de alimentos y ampliar su capacidad exportadora. Plantea la creación de cinco centros de investigación e innovación, los cuales se encargarían de identificar y estudiar condiciones óptimas para promover la producción agrícola del país mediante la creación de nuevas empresas productivas.  

Las tácticas contempladas por la campaña de Federico Gutiérrez para aliviar los efectos de la inflación no tienen una marcada diferencia de las de Fajardo. Sustenta como necesario estimular la producción nacional de fertilizantes e insumos agrícolas, dar apoyo económico directo a los productores agropecuarios para reducir el costo de insumos importados y aumentar el presupuesto de un billón de pesos colombianos (243 mil millones de dólares) a 3 billones de pesos colombianos (730 mil millones de dólares).   

Claudia Palacios preguntó a Gutiérrez cómo se puede ofrecer a los colombianos un manejo de la inflación que les permita gastar menos en la canasta básica. 

Gutiérrez defendió sus propuestas diciendo que no sólo se necesitan medidas de choque sino también acciones que en el mediano plazo solucionen un problema estructural para enfrentar una inflación que se acerca al 9,3%, la más alta de los últimos 21 años, y en alimentos alcanza el 25%.  

“La realidad es que es un tema de hambre. Las familias están aguantando hambre. En el corto plazo hay que dar un bono de gratitud económica para nivelar los costos hoy, especialmente en temas de canasta familiar. Además hay que apostarle al campo, aumentar el presupuesto para la construcción de vías terciarias, sistemas de riego y seguridad física y jurídica en el campo”, dijo Gutiérrez.   

Por su parte, Rodolfo Hernández coincide con los demás candidatos en que es necesario aumentar la producción nacional para sustituir productos importados por productos nacionales, utilizando 13 millones de hectáreas cultivables disponibles en el país. También considera necesario que el Banco de la República de Colombia reduzca las tasas de interés para promover el crédito a los productores agropecuarios.  

A lo largo del debate los candidatos no sólo expusieron sus ideas y propuestas sino que aprovecharon la exposición ante una audiencia nacional para diferenciarse de sus contrincantes. 

Fajardo se mostró como un gobernador con experiencia, destacando en repetidas ocasiones casos de éxito durante su administración en Antioquia. Gutiérrez dejó mensajes conciliadores en los que destacó la importancia del crecimiento económico de Colombia y la empresa privada, pero atendiendo las necesidades de los más vulnerables. Hernández se presentó como un outsider de la política tradicional. El ingeniero y empresario, exalcalde de Bucaramanga, sostuvo que se rodeará de los expertos mejor calificados para acabar con la corrupción que aqueja al Estado y acusó a Fico de ser la figura del continuismo de la política tradicional que adversa.   

En cuanto al déficit fiscal, que limita la capacidad de financiación de proyectos e inversiones que pueden beneficiar a la población, llegó al 2.5% en 2019, pero la pandemia de covid-19 implicó un gasto que desbordó los egresos del Estado muy por encima de sus ingresos, llevando el déficit al 7.8%. 

Se espera que para el 2022 las necesidades de recursos aumenten en un 6.2% del PIB de Colombia, lo que plantea el reto a los candidatos presidenciales de lograr balancear el presupuesto sin afectar negativamente a las familias y las empresas productivas del país. 

Hernández considera que la corrupción es el principal problema del Estado: disminuye su capacidad de recaudo. Propone implementar medidas de transparencia para luchar contra la corrupción y balancear el presupuesto. También criticó fuertemente a los políticos tradicionales por hacer constantes reformas fiscales que a su parecer no solo han resultado ineficientes sino que están motivadas en aparentar un equilibrio financiero para pedir más préstamos a organismos internacionales.  

“Me ponen que en dos minutos resuelva lo que estos políticos no han resuelto en 50 años”, dijo Hernández. “En 30 años estos políticos nos han metido 19 reformas tributarias con el cuento de que con esa reforma se va a arreglar el problema del déficit fiscal. Nos ponen a todos los colombianos que trabajamos, 25 millones de idiotas útiles, a llevarle plata a los políticos para que sigan gastando”. 

Para Gutiérrez es necesario empezar con una política de austeridad que se centre en la reducción del tamaño del gobierno y en la disminución del 10% del gasto burocrático. También espera dar uso a 9 billones de pesos (2 mil millones de dólares) de regalías que no se han utilizado, antes de implementar otra reforma tributaria que buscaría cubrir el déficit mediante más recaudos. 

“El déficit hoy es de 7% del PIB; son 83 billones (20 mil millones de dólares). Nosotros hemos hecho un ejercicio fiscal serio en el que hemos visto que necesitamos una reducción del gasto. Hay que apuntarle a que crezca la economía. Esto no es dejar la economía estancada; la forma de superar la pobreza y que haya más recursos, es que tengamos una mejor economía. Más empresas, más tributación, sin cargar del todo a las empresas”, dijo Gutiérrez. 

Fajardo plantea un aumento importante en materia de impuestos a las empresas y a los más ricos. De llegar a la presidencia, busca aumentar la recaudación de 33 billones de pesos adicionales (8 mil millones de dólares), a través de impuestos progresivos, un impuesto del 1% al patrimonio de 5 mil millones de pesos (1.2 millones de dólares) y de 2% por más de 10 mil millones de pesos (2.4 millones de dólares), disminuir exenciones de impuestos a empresas y aumentar el impuesto a los dividendos de un 10% a un 15%.

Palacios preguntó a Fajardo cómo pretende recaudar 33 billones de pesos (8 mil millones de dólares) si con reformas fiscales anteriores que apuntaban a recaudar 20 billones de pesos se produjo el estallido social de 2021, una serie de manifestaciones contra la reforma fiscal del presidente Iván Duque y que de acuerdo con la Defensoría del Pueblo dejó 42 civiles y dos policías muertos en los enfrentamientos. 

“En nuestro país hay rabia, miedo y una inconformidad social muy grande. En nuestra Colombia tenemos profundos niveles de desigualdad social, pobreza en unos niveles que no pueden ser aceptables para nosotros como país y el desempleo estructural que siempre está por encima de los dos dígitos. A ese estallido social lo tenemos que entender y eso significa que quienes tenemos los recursos tenemos que aportar a nuestro país para atender esa crisis”, dijo Fajardo en defensa de su propuesta fiscal. 

Una de las pocas críticas se produjo en la mitad del debate, cuando cerraba la discusión sobre el déficit fiscal. Gutiérrez criticó a Hernández, diciendo que quien sugiera que no es necesaria una reforma fiscal con un déficit de 83 billones de pesos (20 mil millones de dólares) miente. También atacó la propuesta de Fajardo de imponer impuestos a empresas y patrimonios. 

“Esto no puede seguir siendo un arbolito de navidad. Entonces cada vez que se necesita más plata simplemente al sector productivo se le pone otra bola. No pueden hacerse reformas excesivas donde hay gente que plantea 30 billones al año, cuando con la de 21 billones casi incendian el país”, dijo Gutiérrez.    

El candidato que puntea en las encuestas y estuvo ausente en el debate, Gustavo Petro, plantea controlar la inflación mediante la intervención estatal en la producción agrícola. Sostiene que el gobierno debe subsidiar a los campesinos los insumos necesarios para la producción. Si es elegido presidente, Petro promete que el Estado comprará los insumos de alto costo y los venderá a un mejor precio a los campesinos.  

En política fiscal, propone una reforma tributaria para lograr recaudar 50 billones de pesos (12 mil millones de dólares) adicionales en 4 años, eliminar gradualmente beneficios tributarios a empresas, aplicar un impuesto sobre la renta a dividendos y al patrimonio de “personas naturales adineradas”, y en materia de empleo propone dar un salario básico a quienes no encuentren trabajo en el sector privado.     

Gustavo Petro, que se presenta como líder de un proyecto de cambio que aspira a la presidencia, sigue una larga tradición en Colombia en la cual el candidato que encabeza las encuestas, desiste de participar en debates presidenciales. 

En 2006, cuando el expresidente Álvaro Uribe buscaba la reelección y lideraba los sondeos presidenciales, no asistió a ninguno de los debates anunciados por los medios de comunicación. Su argumento fue que el país ya conocía su posición en todos los temas. 

Durante el año electoral de 2014, cuando el expresidente Juan Manuel Santos se lanzó a la reelección, se ausentó de los debates presidenciales y sólo asistió a un debate antes de las elecciones de primera vuelta porque el candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, lo pasó en las encuestas. En segunda vuelta, se vió obligado a asistir después de quedar de segundo lugar en la primera vuelta, con casi 660 mil votos menos que Zuluaga.   

Hace cuatro años, en 2018, cuando Gustavo Petro fue candidato presidencial por segunda vez y logró llegar a la segunda vuelta después de obtener 4.855.069 votos, se quejaba de que Iván Duque, quien lideraba las encuestas, no asistía a los debates. El entonces candidato presidencial, Iván Duque, sólo asistió a los debates de la semana previa a las elecciones. 

“No es una gripa, es sistemático, está suspendiendo el debate presidencial en Colombia y se debe a un temor a debatir conmigo a profundidad sobre la situación colombiana”, dijo el candidato Gustavo Petro el 8 de junio de 2018, en rueda de prensa en la que presentó a los sectores que integraban su la “Gran Coalición por La Paz”.

Petro dejó de asistir a los debates presidenciales desde su última aparición en el debate de la Universidad Externado, el 5 de abril, sin ofrecer ninguna explicación. Sólo asistió al encuentro “El País de los Jóvenes”, en Noticias Caracol, donde respondió a inquietudes de distintos jóvenes del país sin la presencia de ninguno de sus contendientes.  

En lugar de asistir a debates, Petro ha seguido recorriendo el país y dedicando tiempo a sus encuentros ciudadanos llamados “Petro Escucha” en el que oye las inquietudes de la gente  y comunica sus propuestas. El senador electo por la bancada del Pacto Histórico y expresidente del senado durante el gobierno de Santos, Roy Barreras, afirmó que si Petro alcanza la presidencia, continuará con su programa “Petro Escucha” y será “una forma de gobernar”.

Si bien escuchar a la ciudadanía es esencial para un proyecto político, estos encuentros en los que se tiene control de la discusión no sustituyen la calidad interpelativa, democrática y plural de los debates, en los que las propuestas expuestas deben resistir los cuestionamientos y las preguntas de la prensa en lugar de ser acogidas por el aplauso incondicional de los partidarios políticos.

Al final de cada segmento del debate, los moderadores tomaron la decisión editorial de leer las propuestas del candidato en materia económica para informar a la audiencia. Ante la silla vacía que Petro decidió no ocupar, realizaron preguntas que no encontraron respuestas. 

“¿De dónde saldrá el dinero para comprar esos insumos al alto precio que se encuentran en el mercado y venderlos subsidiados a los campesinos?”.

“Tomando en cuenta que buena parte de los insumos vienen de Rusia, ¿qué tipo de acuerdos estaría dispuesto a hacer con Rusia para garantizar el abastecimiento de esos recursos?”.

“¿Cómo pagará el Estado el incremento de nómina que causaría su política de empleo?”. 

“¿De dónde saldrán los ingresos adicionales a la reforma tributaria que plantea para cubrir los ingresos que se dejarían de percibir por la detención gradual de la exploración y explotación de petróleo que propone y de la cual hoy la nación depende económicamente en gran medida?”.   

La negativa del candidato que encabeza las encuestas a asistir a los debates presidenciales hasta la semana previa a la primera vuelta electoral podría dejar no sólo estas, sino muchas otras preguntas sin contestar. 

Despachos desde Colombia: debate económico sin Petro