Apenas unos años después de aquel 11 de abril de 2002, el presidente Hugo Chavez confesó que él mismo, premeditadamente, había desatado la crisis. Hace 19 años ocurrió un desastre en Venezuela, sobre el que nuevas generaciones prestan poca atención, y los “mayores” sienten obligación de siempre recordar, para que no se reediten los males.
Por el control del negocio petrolero Hugo Chávez abatió una historia de meritocracia en Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa), que había hecho de la estatal venezolana una de las principales empresas del mundo.
La propaganda del gobierno revolucionario ya cantaba “Venezuela ahora es de todos”, y por supuesto que tenía que pasar por los coros de “Pdvsa ahora es de todos”.
Con el silbido de un pito, Chávez botó unas semanas antes del fatídico día, a la plana mayor de Pdvsa, motivando el escalamiento de una serie de protestas que ya estaba en marcha, por la imposición de reformas a leyes económicas, como la ley de Tierras, por “vía habilitante”.
La efervescencia previa al 11 de abril
En los previos del 11 de abril, tan caldeado andaba el ambiente, que se producía el inédito fenómeno de que la protesta contra las decisiones de Hugo Chávez unía a los representantes sindicales con los empresariales.
De aquella agitación, el presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, y el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Carlos Ortega, fueron figuras estelares en la conducción de la protesta por el inicio del “desmantelamiento de las garantías económicas y sociales de los venezolanos”. Ambos están hoy en el exilio.
Para el 11 de abril se convocó a una gran marcha. El país efervecía. La oposición lograba gigantescas concentraciones y movilizaciones en todos los estados del país. El oficialismo movía también a sus masas para “defender sus plazas” y atacar a los grupos adversarios. Ese día de 2002, la agenda central de protesta en la Gran Caracas, convocó a caminar desde el Parque del Este hasta las instalaciones de Pdvsa en Chuao, donde ahora funciona la Universidad de las Fuerzas Armadas.
Pasado el mediodía, el mundo entero enfocó su vista en Venezuela.
Al llegar a su destino original, la marcha fue reconducida hacia el Palacio de Miraflores, y justo en ese momento, arranca con fuerza una dualidad narrativa sobre lo que en realidad ocurrió: la historia del chavismo y la historia de las fuerzas democráticas.
Justo sería, comenta muchísima gente, aún 19 años después, que la verdad absoluta se imponga un día, para que se imparta justicia imparcial y transparente.
Los eventos de aquel 11 de abril, arrojaron un saldo inicial de 19 personas asesinadas, centenares de heridos, un comandante del golpe del 4 de febrero de 1992 acusando a Chávez de tener las manos manchadas de sangre, y un General del alto mando militar diciendo que por lo que había ocurrido “se le solicitó, al señor Presidente de La República, la renuncia, la cual aceptó”.
El comandante del 4F, Francisco Arias Cárdenas, volvió luego a las manos de Hugo Chávez, y el General Lucas Rincón Romero, sin explicación plena del por qué había anunciado la renuncia del Presidente hace 19 años, vive desde entonces una vida cómoda, como embajador en Portugal, sin que lo afecte en nada el “vapuleo” del trance entre la época Chávez y la época Maduro.
Lo que dejó la rebelión
¿Qué vive Venezuela 19 años después de ese 11 de abril? Pues las celebraciones del gobierno chavista, con la advertencia a sus adversarios de que “todo once tiene su trece”, como se recuerda que en menos de 48 horas Hugo Chávez había vuelto a plenas funciones de mandatario.
Pero también vive la mayor crisis humanitaria, causada por el desmantelamiento de la seguridad jurídica y otros derechos maniatados, por los que millones de personas protestaban hace 19 años en todos los estados del país.
Si fue de impacto la manera violenta como se terminó botando a más de 20.000 trabajadores y a sus familias de la comunidad petrolera venezolana; mucho más dramático resulta ver el ruín cuadro de Pdvsa hoy y el calibre de los casos de corrupción que en torno a esta empresa se desataron.
El detalle de aquel día del “comando militar de los tiburones”, y de la actuación de grupos policiales y parapoliciales, seguirá dando para la escritura de muchos libros, seguramente y “por ahora”, casi con tantas dudas como certezas.
Aquí se comparte con nuestras audiencias un buen recorrido gráfico del 11 de abril de 2002. Y que cada quien recuerde y concluya.
https://www.caraotadigital.net/nacionales/de-que-sirvio-el-11-de-abril-de-2002-galeria