Hay muchos que no tienen ni lo suficiente para cubrir sus necesidades.  Otros tienen justo lo que necesitan para sobrevivir.  Unos cuantos tenemos más.  Ojalá en algún momento el mundo logre encontrar un equilibrio donde todos podamos tener al menos lo suficiente para cubrir nuestras necesidades básicas.  Mientras tanto, siempre es bueno recordar que no serán ni el dinero, ni las cosas materiales ni el poder los que nos darán la felicidad.

Recuerdo una vez cuando mirando el portalápices de una oficina me maravillaba con la cantidad de bolígrafos que allí se acumulaban.  Había muchos iguales.  Me preguntaba:  ¿Para qué se necesitan tantos bolígrafos para una sola persona?. A lo largo de nuestra vida podemos ir acumulando cosas que no necesitamos. A veces hasta hay ropa en los armarios a las cuales nunca se les quitó la etiqueta porque nunca se usaron.  A veces ni siquiera sabemos utilizar los equipos que tenemos.  A veces tenemos libros que nunca leeremos, no porque no nos hubiera gustado leerlos sino porque no hemos encontrado el tiempo para ello.  Cuando esto pasa, debemos buscar la manera de organizarnos y de entender qué es lo que tenemos, qué es lo que necesitamos, qué es lo que queremos mantener y sacar de nuestro espacio aquello que realmente no nos es de utilidad y podría serle de utilidad a otras personas. Además, debemos aprender a organizar nuestro tiempo para que nos rinda y nos permita dedicarnos a aquello que deseamos o que debemos hacer.

Siguiendo con el portalápices, si es uno quien está sentado en la oficina donde se encuentra ese portalápices, sería sencillo tomar el portalápices y revisarlo.  Después de probar que todo funcione bien, la idea sería dejar a la mano lo que realmente necesitamos utilizar diariamente.  Podríamos mantener un bolígrafo con la tinta de cada color que necesitemos, un resaltador de cada uno de los colores que requiramos, un lapicero y un lápiz. Si queremos tener algunos bolígrafos, resaltadores o lápices de repuesto, se pueden guardar en una gaveta.  Lo demás realmente, a menos que sea valioso por otros motivos, no lo necesitamos y podemos entonces determinar si podemos disponer de ellos, permitiendo que otros lo utilicen, en lugar de mantenerlos sin uso.

Si aplicamos las simples reglas de tener lo que realmente requiramos o consideremos conveniente tener y de mantener cada cosa en su lugar, podremos utilizar cada una de ellas en el momento preciso, encontrándola cuando la necesitemos.

La vida se nos simplificará y todo fluirá mejor.

Prendamos una vela y pasemos la luz!

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