En mi criterio hay dos aspectos importantes a tomar en cuenta para construir una política en la Venezuela del chavismo-madurista, a saber:   

1) El nivel de formacion política e intelectual de la actual clase política del país.  

2) La descomposición ideológica y orgánica de los partidos.      

Sobre lo primero, habría que considerar que la actual clase política ha demostrado en últimos 30 años que se encuentra marginada del espacio geopolítico que surgió después de la Guerra Fría, es decir, la clase política en Venezuela esta desconectada del actual conflicto geopolítico del siglo XXI, en tanto continua manejando la misma retorica del anticomunismo del siglo XX que sirvió como base programática para la acción geopolítica de la Guerra Fría, la clase política de Venezuela pareciera que no se ha dado cuenta de la pérdida de influencia global de los Estados Unidos.  

La retórica anticomunista no sirve hoy para explicar conflictos tales como el Indo-Pacífico que constituye la confrontación en curso entre EEUU y China por la super-hegemonia global, lo cual constituye un proceso determinante en las relaciones internacionales del siglo XXI, que en mi criterio constituye una de cuestiones geopolíticas más importantes en este siglo XXI, sin dejar por fuera por supuesto, otras incidencias globales como la guerra de Ucrania que ha traído entre otras cosas una masiva ola de refugiados que según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), calcula 7,8 millones de ucranianos que han huido de su país, junto con al menos otros 8,7 millones de desplazados a nivel interno. La guerra de Ucrania a tenido otros afectos en áreas tales como: la crisis alimentaria, las amenazas a la seguridad energética, aumentos de precios e inflación, y la más importante en el orden geopolítico como ha sido la resurrección de la OTAN, de la cual el presidente francés Emmanuel Macron en el 2019 dijo que sufría de “muerte cerebral”, pero que hoy está provocando situaciones geopolíticas preocupantes y económicos en el Este y en el Oeste, con Rusia y China de un lado, y la Unión Europea y Estados Unidos del otro. Es así como Vladimir Putin ha dicho que la OTAN es una amenaza para Rusia y ha advertido en repetidas ocasiones de las consecuencias si esta permite la adhesión de Ucrania.  

Sobre el segundo aspecto, la descomposición ideológica y orgánica de los partidos, es un hecho más que evidente que los partidos en Venezuela en las últimas tres décadas han derivado en simples partidos electorales, vale decir, son partidos que ya no aplican criterios de asociación y agrupación en su acción política, razón por la cual su activismo político no está asistido por la lucha social por cuanto toda su práctica política está orientada únicamente a la construcción y preservación de la maquinaria electoral, lo cual a hecho que sus cuadros y su bases sociales estén alimentadas fundamentalmente por el clientelismo, es decir, la vanguardia se ha mercantilizado o monetizado, cuestión está que los ha llevado a desideologizarse.  

La mayoría de los dirigentes políticos de estos tiempos no leen libros, pues se han constreñidos a los 280 caracteres de Twitter, es esta una de las razones entre otras (la pereza intelectual, el pragmatismo y las alianzas clientelares temporales) por lo que hoy tenemos una realidad política empobrecida ideológicamente recortada de ideas, pues todo esta reducido a las redes sociales las cuales constituyen hoy un factor político enorme, lo que provocado que hoy no se conecten causas con efectos, lo cual se traduce en un problema de incapacidad para resolver los ingentes problemas sociales.  

En el mundo de hoy todo esta descontextualizado, y el común de la gente no termina por entender que el mundo online, no es el mundo real, y que las plataformas no son neutrales por cuanto interfieren de manera interesada en la conducta política de la gente puesto que disocian la realidad, para adoptarla a la realidad maleable de sus intereses, unos de los ejemplos mas reciente de esta realidad ha sido la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk, es así como los investigadores y conocedores de las redes sociales advirtieron que los cambios no serán banales puesto que los mismos interferirán en la formación de la opinión pública y de la propia democracia. Apuntan además que, en comparación con sus rivales, Twitter es una plataforma comparativamente pequeña con alrededor de 300 millones de usuarios activos y nunca ha experimentado el crecimiento exponencial como TikTok o Instagram, pero consideran que la influencia que tiene Twitter en el área política, en los líderes mundiales y en las empresas, para compartir comentarios y opiniones, es determínate. (BBC News Mundo 6 octubre 2022). 

Todo lo escrito hasta acá, me lleva a la conclusión que; 1) El nivel de formacion política e intelectual de la actual clase política del país, 2) La descomposición ideológica y orgánica de los partidos, son aspectos que han retrasado la salida (24 años) del llamado chavismo-madurismo, pues en mi criterio, estos dos aspectos han contribuido a profundizar el discurso trivial de las redes sociales sobre la acción política, puesto que las mismas trasmiten una idea de oportunismo y corrupción sobre todo lo que tiene que ver con lo público, mientras que paralelamente trasmite la cultura hedonista del consumo y del éxito inmediato con lo cual convierten la acción política en un acto desdeñable. 

Las redes sociales apuntan a deconstruir al hombre de hoy, pues le han metido en la cabeza que todo lo que ha heredado, todo lo que sus padres le han ensenado, es decir, todo lo que hace su historia actual, es opresivo, patriarcal, heteronormativo, racistas, de orígenes neocoloniales, otras, con lo que ha convertido a la llamada la generación millennial (las personas nacidas entre los años 1981 y 1993 por lo que su edad oscila entre los 30 y los 41 años aproximadamente) en una especie de generación con tabula rasa y con hojas en blancos para ser rescritas.   

Lo anterior por supuesto es muy distinto a la teoría hobessiana del Leviatán que trataba de encontrar un fundamento al poder del Estado en la funcionalidad del terror legitimado por una soberanía popular negativa, dispuesta a renunciar a sus derechos individuales en función de un Estado fuerte que controlara el peligro de guerra permanente de unos individuos contra otros. La concepción hobbesiana del estado de naturaleza tuvo una influencia en la filosofía política que se extiende aún hasta hoy, sobre la cuestión política se le imponía a Hobbes una pregunta antropológica, es decir, debería de existir un estadio primitivo ancestral de los humanos, previo a la constitución del Estado, a través del cual pueda explicarse su origen. Recién a partir de comprender ese origen antropogenético es que se podría dar lugar a una fundamentación de la política, no solo descriptiva sino también prescriptiva. Esto es, una vez desentrañados los orígenes del Estado moderno, podrían ofrecerse nuevas estrategias que mantuvieran y mejoraran la paz entre los individuos. Esta referencia a la teoría hobbesiana viene a cuento porque a la llamada generación millennial el discurso deconstructivo de las redes sociales le ha hecho creer que detrás de ellos no hay ningún esfuerzo colectivo que valga la pena.   

Por todo lo anteriormente anotado, lo de la Venezuela de estos tiempos no se trata únicamente de lograr unas elecciones primarias para elegir un candidato para ganarle unas elecciones al chavismo-madurismo, se trata de escoger un estadista que tenga claro la compleja realidad geopolítica del siglo XXI, un estadista que tenga claro que el cambio real solo puede ocurrir a través de la sustitución de la retórica estúpida y banal del anticomunismo, de un estadista que sea capaz de interactuar con habilidad intelectual y de manera pausada y reflexiva, ante cualquier tipo de argumentación compleja ante un mundo que discute hoy un Nuevo Orden Mundial. 

https://www.analitica.com/opinion/aspectos-para-construir-una-politica-en-la-venezuela-del-chavismo-madurista/