A lo largo de los últimos dos años, las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y de Venezuela han sido una constante montaña rusa de encuentros y desencuentros. Aunque desde la llegada del chavismo al poder el trato político entre ambas naciones no ha sido el mejor, quizás desde el periodo de Nicolás Maduro ha sido más notorio ese estira y encoge en las relaciones.
A casi 20 días del que mundo conozca quién será el nuevo presidente del país norteamericano y de que la asunción del nuevo mandatario de ambos países será en enero del próximo año (en Venezuela el 10 de enero y en EE. UU. el 20), existe una gran expectativa por saber cómo continuarán esas relaciones, pase lo que pase de aquí a aquellas fechas.
«Desde la llegada de la revolución bolivariana al poder en Venezuela en 1998, primero con Hugo Chávez y luego con su sucesor político Nicolás Maduro, las complejas relaciones bilaterales entre Caracas y Washington se han caracterizado por periodos de tirantez y distensión. La política exterior venezolana hacia Estados Unidos ha girado en torno a una «diplomacia de micrófono» altisonante, conducida según los ánimos del jefe del Estado venezolano», es una frase cónsona que alguna vez escribió el internacionalista e investigador ecuatoriano Alexis Cárdenas, autor del libro Foreign Affairs Latinoamérica.
Cómo han sido las relaciones con EEUU
Veamos claves de cómo han sido esas relaciones entre las administraciones Maduro y Biden en los últimos tiempos:
⚔️Maduro rompió relaciones con Estados Unidos en enero de 2019, cuando Washington reconoció al opositor Juan Guaidó como «presidente interino», tras haber sido proclamado en una plaza ante una multitud.
⚔️Con la llegada de Biden a la Casa Blanca, en 2021, el líder chavista se mostró dispuesto a aliviar las tensas relaciones. En ese entonces, Nicolás Maduro invitó a su homólogo estadounidense a iniciar una «nueva era» en las relaciones entre ambos países bajo una línea de «respeto» y con el levantamiento de las sanciones económicas impuestas por su antecesor, Donald Trump.
⚔️ En 2023, el Gobierno de Biden liberó al colombiano Alex Saab, presunto testaferro de Maduro, a cambio de la excarcelación de varios venezolanos y estadounidenses detenidos en el país.
⚔️Un año antes, las relaciones perecieron experimentar una leve mejoría; debido al alargue de la guerra en Ucrania y a que el país norteamericano buscó nuevas alternativas energéticas y se fijó en el petróleo venezolano.
⚔️Además de discutir un posible relajamiento de sanciones económicas e intercambio de prisioneros, el Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, le otorgó una licencia a la empresa energética Chevron para operar por seis meses en Venezuela en noviembre de 2022, después de que el chavismo y la Plataforma Unitaria Democrática llegaron a nuevos acuerdos.
El relajamiento de sanciones tras Barbados
⚔️La Administración de Joe Biden dio así un nuevo paso hacia el deshielo con el Gobierno de Maduro. En octubre de 2023, después del Acuerdo de Barbados, levantó las sanciones al petróleo venezolano como respuesta a la hoja de ruta electoral pactada entre el chavismo y la oposición.
⚔️Washington anunció como un un incentivo a este pacto el levantamiento de algunas de las restricciones que pesaban sobre las exportaciones de petróleo, el gas y el oro venezolanos en respuesta al acuerdo que el gobierno de Maduro y una delegación de la Plataforma Unitaria Democrática venezolana firmaron en Barbados y que contempló la celebración de elecciones presidenciales en Venezuela en 2024.
⚔️A principios de 2023, Maduro dijo que «Venezuela está totalmente lista para normalizar las relaciones con EE. UU.”. Washington, al día siguiente, respondió que Maduro “no es el líder legítimo de Venezuela» y que reconoce a la Asamblea Nacional de 2015 como la última institución democrática del país.
⚔️Ya a finales de 2023, EE. UU. había relajado varias de las sanciones económicas a Venezuela; entre esas, cuando el Departamento del Tesoro levantó restricciones a la exportación de gas y otras que pesaban sobre la minera estatal venezolana Minerven, que exporta oro y otros minerales. No obstante, con el acercamiento de un año electoral, las discrepancias se acentuaron.
⚔️En julio de 2024, cerca de la elección presidencial en Venezuela, el responsable del diálogo por el gobierno chavista, Jorge Rodríguez, insinuó varias reuniones secretas entre representantes de Washington y Caracas, que buscaron, según él, trabajar para “ganar confianza” y mejorar las relaciones entre ambos países tras reanudar sus conversaciones directas.
⚔️ A cambio, Estados Unidos esperaba una elección justa, competitiva y supervisada por organismos probos de observación electoral internacional.
Los acuerdos Qatar
⚔️ Una vez concretada la elección en Venezuela y con los resultados dudosos ya conocidos, EE. UU., surgió la información de un acuerdo firmado en Qatar, que muestra que la administración Biden llegó a un acuerdo con Maduro para levantar las sanciones a los sectores petrolero, bancario y aurífero del país si se comprometía a celebrar elecciones y permitía que la oposición compitiera. Y agregó un incentivo significativo para Maduro: el levantamiento de la mayoría de las sanciones después de que el ganador asumiera el cargo.
⚔️ La administración Biden respondió con cautela a la situación que se estaba desarrollando en Venezuela, argumentando que los esfuerzos de Estados Unidos llevaron a que se celebraran las elecciones. Los funcionarios dijeron que están “reservando su juicio” hasta que el consejo electoral publique los detalles de la votación, lo que no ha hecho.
⚔️Según medios estadounidenses, Washington habría ofrecido a los principales altos cargos del Ejecutivo venezolano la amnistía y un exilio fuera del país. Todo apunta a que Maduro lo habría rechazado.
Con datos de agencias y medios electrónicos internacionales
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