¿Conoce el país plenamente a Andrés Velásquez en toda su dimensión política y humana? ¿Qué más sabemos de Andrés adicional a que fue gobernador del estado Bolívar y candidato presidencial?

¿Conocemos realmente al partido La Causa Radical o La Causa R, más allá de que se desarrolló e hizo fuerte en Guayana? ¿los alcances de su política y organización?

Hoy estas preguntas son valederas porque la oposición de nuestro país se prepara en el presente año para la elección de un candidato único en elección primaria, evento al que concurrirán personalidades opositoras de prestigio, entre los cuales ya conocemos la de Andrés Velásquez (Andrés), líder de La Causa R (LCR), quien así lo ha hecho saber señalado proyectos concretos para el supuesto de que una vez candidato alcance la primera magistratura. Él tiene una importante trayectoria política de varias décadas que exhibe sin ningún temor y sin que en su contra proceda ninguna tacha. Una excelente Comisión electoral de primaria compuesta por ciudadanos inobjetables tendrá a su cargo la organización y realización del evento y la proclamación del candidato único.

Poco antes de que Andrés iniciara su acción política, LCR se formaba de la mano de Alfredo Maneiro (filósofo, profesor UCV), partido cuya tesis política era la de profundizar la democracia para despertar mayor grado de participación ciudadana hasta el límite de lo posible. Seleccionó como lugar para su desarrollo a Ciudad Guayana, ya convertida en emporio industrial de Venezuela, -gracias a los planes y ejecución de proyectos de la democracia <republica civil> que permitió transformar al estado Bolívar de una situación rural y producción artesanal, ganadería, extracción de minerales y madera, a erigirse en sede a la industria pesada nacional-, y es allí donde Maneiro -luego de 1972- teniendo en cuenta el número e importancia de esos trabajadores, inicia un movimiento político de masas que tiene como eje a la fuerza laboral existente en SIDOR, con especial atención al sindicato SUTTIS, sin que tal filosofía implicara un encerramiento monoclasista sino por el contrario comprendiéndolo como punto de partida de un desarrollo nacional multiclasista. Para él la fuerza laboral constituía uno de los pilares estructurales de la economía moderna de necesaria interrelación con los factores de poder: capital-empresarios y el Estado.

Muy joven y una vez estabilizado en Puerto La Cruz, Andrés inicia su formación educativa y técnica en la escuela industrial. Lo hará  en las escuelas técnicas de Puerto La Cruz, San Félix y finalmente en Cumaná, graduándose como técnico en electricidad. En ellas y siendo aún menor de edad, tiene su primera incursión de liderazgo al participar en la formación del primer centro de estudiantes de la escuela técnica, siendo electo como secretario de actas; y luego, ya con más año de actividad organizativa resulta designado para asistir al Primer Congreso de estudiantes de las escuelas técnicas, evento en donde fue creada la Federación de Estudiantes Técnicos de Venezuela FETEV, y electo para su primera directiva. Esos años de su actividad estudiantil resultaron ser el embrión de su acción política porque le despertó su sensibilidad social y lo introdujo en la lectura política y participación en mítines y acciones proselitistas en publicaciones y hojas, pero es en San Félix donde organiza la publicación del periódico El Tábano. Esos años convertirían al amigable estudiante en líder de reconocida capacidad de convocatoria.

Luego, iniciando la década de los 70’s incursiona en el trabajo como medio de sustento. Ingresa en la fábrica de Vencemos, Pertigalete, donde adquiere el cargo de ayudante de electricista y adquiere experiencia en la tarea de montaje industrial; pero sin nunca apartarse del ejercicio de la acción política que cumplía mediante la edición de hojas clandestinas de confección casera en la que denunciaba las adversas condiciones de trabajo e higiene.  Por esa razón fue retirado del cargo. Y entonces piensa en Guayana y logra emplearse en la siderúrgica teniendo 19 años.

Sidor, empresa nacional de carácter estratégico del Estado venezolano, ya con dos décadas de constituida, sus  planes de crecimiento eran objeto de debates en el Congreso Nacional. Dada su magnitud y naturaleza SIDOR había sufrido muchos conflictos laborales y destaca entre ellos el de 1971, en el que fueron despedidos 514 trabajadores. Cuando Andrés llega a Sidor en medio del  bullicio propio del crecimiento industrial, el ensamblaje de las fuerzas encontradas del mundo laboral y el Estado empresario, se produce su encuentro con Maneiro y también con LCR. Maneiro fallecerá años después, en 1982, pero ya La Causa R se había hecho sentir en el mundo sindical por sus luchas en torno a SUTTIS, y estaba entre sus planes la presentación de un candidato presidencial en las elecciones de 1983.

Andrés, al incorporarse a SIDOR, fue asignado a la zona de muelles, zona de intenso trabajo, porque implica toda la movilización de mercancías e insumos entrantes y la salida de productos terminados, y allí cumplió su capacitación en el Centro de entrenamiento Vivero Suárez, importante sección que maneja todo el arribo de la maquinaria y de las materias primas, y a la vez el sitio de salida de los productos terminados. Se encontraba clasificado como elegible para marchar posteriormente en capacitación técnica a Alemania para formarse en el proceso de las nuevas plantas que se instalarían en la siderúrgica. Su inquietud y su innata condición de líder, le llevará nuevamente a involucrarse en la actividad gremial y liderazgo de los trabajadores. La empresa lo observa y le reprende con su traslada al sector de hornos de la planta, plaza en la que permanecerá por más de siete meses. Se esfumaría la posibilidad de ir a Alemania.

Andrés continuaría la ejecución de sus labores en SIDOR, incluso cuando el sindicato fue intervenido, pues consideraba que en los momentos duros era cuando más presente había que estar. Era el año de 1977 y Andrés como consecuencia de su actividad política fue despedido a pesar de ser delegado departamental y gozar de inamovilidad. Tramitado su caso ante la Tripartita en el que sus prestaciones sociales se cuantificaban en seis mil bolívares, le hacen contraoferta por cien mil bolívares. De inmediato se fue al portón de la siderúrgica a denunciar tal grosería ante los trabajadores: pensaban que ese sería el precio del abandono de sus ideales. Vendrían dos años de lucha y penuria hasta que fue reincorporado. El famoso “Portón de Sidor”, dado que alli convergía trabajadores del turno de 7 am a 3 pm, cuyo número podía ascender a los seis mil, se había constituido en el área en que se practicaba una democracia sin límites y sitio clave donde se tomaban importantes decisiones en improvisadas asambleas. Todas esas actividades llevaban la compañía y apoyo de El Matancero, publicación de los trabajadores. Así se creó una permanente instancia de comunicación Andrés – LCR- Trabajadores.

Volviendo un poco atrás, en esos primeros años de LCR que corren paralelos a los gobiernos de CAP (1) y Herrera Campins, el crecimiento de LCR se asocia y complementa con las acciones y control de Suttis, y éste a su vez va configurándose como un movimiento sindical distinto a los tradicionales derivados del modelo de la CTV y deslindado de un todo frente a Fetrabolívar. Llevaban a cabo una política netamente laboral ajena a pactos cupulares y al clientelismo caracterizada por su permanente consulta a los trabajadores. Tras años de lucha, LCR logrará finalmente el control de SUTTIS, pero deberá sufrir la intervención del mismo al rechazar las bases propuestas por Fetrametal -pero también los sobornos que se le planteaban-; finalmente será reconocido su control con la toma de posesión de Andrés como Presidente de SUTTIS el 10 de diciembre de 1979, y es cuando en su discurso se hace la primera referencia al Nuevo Sindicalismo: “Hoy comenzamos a transitar un nuevo sindicalismo, un nuevo camino en el quehacer sindical venezolano”. Entre LCR y SUTTIS se crea una identidad política propia que les diferenciaba y hacía distintos de AD, COPEI y el MAS, pero también deslindados de la CTV y FETRAMETAL. Es procedente preguntarse cómo LCR crecía como partido frente a AD, COPEI y por supuesto frente al MAS, y sus maquinarias, y SUTTIS emergía de manera independiente frente al poder descomunal de la CTV. Se trataba de la elaboración y ejercicio de una política distinta en la que el trabajador era razón de ser y su real beneficiario.

Eran tiempos del final del gobierno de LHC y el país se preparaba para una nueva elección, y Jorge Olavarría promovía su proyecto de Nueva República y consciente de la importancia y proyección de la LCR había obtenido su respaldo. Esa unión se frustró por la renuncia de Olavarría, pero LCR y Andrés sí entendieron que era el momento de abrirse paso nacionalmente, y así surgió la primera candidatura de Andrés a la presidencia de la República, meramente simbólica y muy idealista, signo del camino que se emprendía. Contaba con solo 30 años de edad. Pasada la lucha electoral nacional no tuvo duda alguna para incorporarse en 1984 a la lucha municipal y resultar -junto con otros copartidarios- electo concejal del Municipio Caroní. Consideraba que los espacios de lucha nunca podían dejarse de lado. Nuevamente en 1988, asumiría nuevamente la condición de candidato de LCR a la primera magistratura.

Iniciado el periodo constitucional de Carlos Andrés Pérez, y ya vigente la Ley de elección directa de gobernadores, Andrés se presenta como el candidato de La Causa R a la gobernación del estado Bolívar. Se enfrenta al poder de AD y de Copey, y logra derrotarlos. Su triunfo fue reconocido tanto por el presidente Carlos Andrés Pérez, quien asistió a la juramentación, como por la propia Corporación Venezolana de Guayana que presidía el ministro Leopoldo Sucre Figarella, funcionario de dilatada actividad pública -titular del MOP y de Comunicaciones-. Andrés será reelecto como gobernador en el año de 1994, luego de haber sido candidato a la presidencia de la República, nuevamente por el partido LCR. En cuanto a la gestión de Andrés como gobernador del estado Bolívar, su gestión ha sido reconocida como brillante por su calidad de servicio, honradez y eficiencia. Entendió acertadamente la presencia en el estado de esa superestructura que constituía la CVG que ejercía la jurisdicción operativa y de administración en cuatro estados, especialmente Bolívar, pero a pesar de ser adversarios políticos supieron coordinar y sincronizar  armoniosamente las naturales diferencias de ambos en provecho de la ciudadanía. La gobernación logró rescatar funciones y atribuciones propias del estado que la corporación se había arrogado e igualmente otras que fueron devueltas a la esfera municipal. Ambos trabajaron en provecho de los fines superiores del Estado nacional y de la gobernación, sin mengua ni menoscabo de las funciones de cada ente, resultando siempre ganancioso el estado Bolívar. Se puede decir que Andrés en su gestión permitió dar un acertado giro a la conducción del estado Bolívar en coordinación con los entes nacionales y municipales en pro del desarrollo y progreso material, pero, sobre todo, atendió al hombre, al ciudadano y de alli la elevación de los índices sociales durante su gestión.

En la campaña Electoral de 1994, LCR y Andrés se caracterizaron por constituir una forma distinta en el actuar político nacional a la vez que se diferenciaban de las políticas tradicionales de los restantes partidos. Ramón J. Velásquez, Presidente en ese entonces, diría “que si la Causa R no existiera, habría que crearla…”. Mucho se habló de ese proceso electoral y aún se discute, siendo lo cierto que Andrés y La Causa R obraron en todo tiempo de manera responsable y apegados al orden constitucional. Quizá su triunfo habría producido temor, pero lo cierto es que ubicándolo como partido de izquierda el país hubiera asistido a un gobierno muy distinto al que Chávez llevó a cabo. En tal sentido la sorpresa hubiera consistido que se trataba de un candidato para el que las ubicaciones de derecha o izquierda o los dogmas de ésta muy poco representaban; por el contrario se hubiera dado un manejo pragmático liberal y democrático del país que habría implicado un acertado rumbo en lo económico y social. El comportamiento de la fracción parlamentaria de LCR con la jefatura de Jorge Roig, demostró la seriedad y sentido de responsabilidad con la que se conducía LCR. Luego del desenlace del evento electoral de 1994, años más tarde, 1997, en asamblea de Ciudad Bolívar, se produce la escisión de un grupo de dirigentes que luego formarían el PPT. Andrés se quedaría con Alfredo Ramos, José Lira, Lucas Matheus, entre otros; él consideró esa fractura como una necesaria amputación y aceptó la reducción de la organización y la imperiosa tarea de la reorganización. El tiempo es el supremo Juez y hoy día puede concluirse que esa división, por sanadora, fue procedente.  

Andrés y LCR siempre se deslindaron del comunismo, -al cual al menos 25 años atrás consideraba “un partido con una visón cansada de sí mismo y que no vive la realidad de este país”-; de Chávez y del régimen cubano. Su proyecto envuelve un contenido nacional: los problemas de Venezuela se resuelven aquí mediante la sola participación de venezolanos y sin injerencia extranjera. Tres veces, al menos Andrés y LCR dirían contundentemente no a Chávez. En 1992 cuando repudiaron el golpe de estado; en 1998, cuando LCR en lugar de apoyar a Chávez y estando claros del error histórico que significaría apoyarlo, presentó la candidatura de Alfredo Ramos (Hotel El Conde, 1988), y la tercera en 1999, cuando rechazó la oferta de Chávez a Andrés y Alfredo Ramos de ser candidatos salidores a la constituyente. Así dirían no a Chávez y su régimen.  

A lo largo de estos 23 años, Andrés y LCR han sido permanentes opositores del régimen chavista. En su transcurso han actuado llevando a cabo una oposición responsable en concordancia con el resto de la oposición, pero nunca aceptando los desvaríos de parte de ésta.  Han usado los mecanismos electorales cuando las circunstancias electorales mínimas así lo permitieron: en 2017 concurre a las elecciones como candidato de la oposición luego de un proceso interno. Andrés ganó a pesar de que uno de los concurrentes opositores en lugar de retirarse persistió en contarse. Una sustitución de once actas electrónicas por manuales en la que el número de votos resultó mayor al de votantes, dio lugar a proclamar fraudulentamente al candidato oficial. El CNE nunca resolvió el recurso presentado en tiempo hábil. De estos hechos hay que extraer experiencias para resguardo de situaciones futuras: la unidad debe quedar blindada y ser siempre respetada. Andrés y LCR han sido siempre solidarios con los acuerdos y toma de posición de la oposición en general, a la vez que fieles cumplidores de los pactos políticos asumidos, el último de ellos el respaldo a la Presidencia interina y a Juan Guaido.

Andrés se presenta con un plan elaborado en caso de ganar la nominación presidencial y luego el encuentro electoral nacional. Está en cuenta de los vicios que afectan la democracia: militarismo, populismo, clientelismo y personalismo, taras que conjuntamente con las deformaciones constitucionales existentes, p.ej. la ausencia del senado. Estas perversiones que deben ser reversadas bajo un acuerdo nacional, están contenidas en su plan de una Venezuela digna: a) Dignificar a las personas: -Restituir el valor del salario y derechos laborales. -Promover inversión privada y trabajo decente. -Refundar la Seguridad Social universal. -Respetar derechos humanos, civiles y ambientales. -Imperio de la ley y justicia independiente. Educación, salud y servicios públicos de calidad. b) Dignificar la economía: -Devolver las empresas confiscadas. -Apertura petrolera con inversión privada. -Crear fondo de regalías para las pensiones. -Abolición del ecocidio del Arco Minero. -Inversión industrial, turística y tecnológica. -Impulsar transición ecológica y digital. c) Dignificar la política: -reforma constitucional. eliminar la reelección indefinida. -Establecer la doble vuelta presidencial. -profundizar la descentralización. -Crear una fiscalía anticorrupción. Estas propuestas no son sólo de Andrés sino que constituyen un reclamo del país para su saneamiento definitivo que por tanto deben ser implementadas por el candidato unitario que resulte electo, y éste, quien quiera que sea, tendrá en Andrés y en LCR sus solidarios aliados

La vida de Andrés ha sido dura, de permanente lucha frente a las adversidades que ha debido enfrentar, pero, sin lugar a duda, constituyen un elixir que multiplica sus fuerzas y da firmeza a sus ideales. Su mantilla -en la que llegó al mundo- y contrario a la creencia popular, no le facilitó la vida, pero sí le llenó del valor y el coraje para enfrentarla, superar obstáculos y alcanzar metas. En 2023 como parte de su dilatada carrera política, asistirá a un nuevo compromiso decisivo para él y también para el país.

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