Quince días apenas restan para que llegue la fecha que, según muchos analistas, significará un nuevo antes y después dentro de la historia política de Venezuela: el 10 de enero de 2025, y aunque muchos partidos opositores han argüido que sus intenciones son la de mantener la unidad de cara al respaldo a Edmundo González Urrutia, organizaciones como Primero Justicia parecieran reflejar lo que otros analistas dicen: hay fisuras dentro de la oposición que podrían contribuir a que esos planes de cambio se conviertan en otra cosa.
«Desde el 28 de julio, la oposición venezolana ha enfrentado una serie de fisuras y debilitamientos significativos. La oposición atraviesa un momento crítico, caracterizado por una notable fragmentación que afecta su capacidad de influir en la opinión pública. Diversos grupos emergen con estrategias y dinámicas propias, lo que complica la búsqueda de una solución unificada contra el régimen de Nicolás Maduro», dijo sobre ello el politólogo Esteban Oria.
Tales situaciones se reflejaron en los últimos días, tras la decisión de la Asamblea Nacional de 2015 de extender sus funciones, que cuestionaron dos de los principales integrantes de Primero Justicia, Henrique Capriles y Tomás Guanipa, pero que el partido aurinegro respaldo este mismo jueves, mediante un comunicado.
Respaldo que se produjo después de que uno de los miembros de su directiva, Rafael Guzmán, dijo a la periodista Celina Carquez, que no había consenso dentro de la tolda política para la continuidad de la AN de 2015.
PJ en guerra
A las tensiones y peleas internas que atraviesa Primero Justicia se suma ahora la decisión de la Comisión Delegada, presidida por la militante de esa tolda, Dinorah Figuera, de prorrogar por un año más su continuidad del mandato de la Asamblea Nacional de 2015. Esta medida no sólo afecta a PJ, sino a todos los diputados y presidentes de comisión que forman parte de la Comisión Delegada.
La periodista política Celina Carquez, en un artículo escrito para Efecto Cocuyo, ya decía que lo que priva entre los referentes de dirigencia de ese partido son graves acusaciones, encono, viejas rencillas, deslindes que no se dieron en aras de una supuesta unidad, y un clima de desconfianza mutuo.
Explicó Carquez que es difícil decir cuándo empezó todo este conflicto; pero, sin duda, no fue tras la salida del abanderado opositor Edmundo González Urrutia a España, con la sorpresiva participación del exdiputado de esa organización, Eudoro González.
«Si hubiese que fijar una fecha sería en 2017, cuando el entonces coordinador nacional de PJ, Julio Borges, se exilió junto con su familia y se negó a firmar el acuerdo de República Dominicana entre la oposición y el gobierno de Nicolás Maduro, bajo la mediación del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero», añadió.
En septiembre de este año, las grietas «justicieras» se hicieron más profundas, cuando Capriles Radonski renunció a la directiva, bajo el argumento de diferencias con el presidente del partido, Julio Borges; dividiendo así a los aurinegros en dos alas, sin contar con la tercera, llamada «los alacranes», encanbeados por José Brito, a los que el Tribunal Supremo de Justicia entregó los colores, tarjeta y legalidad de PJ.
Más divisiones
Juan Requesens, exdiputado de este partido y ex preso político, dijo que buena parte de los problemas internos de Partido Primero Justicia, protagonizados por las principales cabezas y dirigentes históricos, se agudizaron por «faltar el respeto, la tolerancia y la diversidad”.
“Cuando se identifica al que piensa distinto a ti como una persona que contraría los valores y es un ‘enemigo’, y se plantea un conflicto moral en el seno de un cuerpo colegiado, donde todos estamos juntos, las diferencias se agudizan. Y en política las diferencias morales son distintas a los desacuerdos éticos y de principios”, dijo el dirigente en una entrevista.
Acusaciones entre las corrientes de Borges y Capriles, recogidas en el artículo de la periodista Celina Carquez, complican aún más el panorama político del partido opositor.
Qué pasa dentro de Primero Justicia
En una declaración a través de WhatsApp, Borges comentó a la periodista que la pugna interna se centra en quienes «piensan que hay que pasar la página del 28 de julio» y «quienes pensamos que en Venezuela hoy es 28 de julio y no será 29 de julio o 2025 hasta hacer valer el voto de 8 millones de venezolanos».
Con esto apunta, tanto a Capriles como a otros representantes de PJ, como Juan Requesens, Ángel Medina, Alfonso Marquina, entre otros, a quienes se acusa de intentar «normalizar» el gobierno del presidente Nicolás Maduro al aspirar a que el partido se parte de las elecciones legislativas, regionales y locales de 2025, según el texto de Carquez.
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