El refrán castizo que titula este articulo evoca el esfuerzo y se utiliza cuando algo no se consigue al primer ni al segundo intento. Esta es para Gustavo Petro la tercera ocasión en que intenta hacerse con el cargo que le otorgaría la conducción de Colombia. Su empeño tendrá que ser más grande, más incisivo, más eficiente que en las ocasiones anteriores si quiere salir bien parado de la justa electoral que tendrá lugar en pocas semanas. Al menos eso es lo que se logra entresacar de la macro encuesta que ha circulado por Colombia en los días pasados y en la que los números, en apariencia, siguen favoreciéndolo.

Se trata de una muy seria medición conducida por la encuestadora Yanhas para un grupo de medios de gran calado:  El Colombiano, RCN Televisión, RCN Radio, La FM, NTN24, La República, El Universal, Vanguardia, La Patria, El Heraldo y El País.

Con esta investigación en las manos, tratar de extraer una visión clara del rumbo preelectoral es la tarea mas ambiciosa que pueda trazarse cualquier observador, ya que, hasta esta hora, los indecisos y los no votantes neogranadinos son los que realmente ganan la partida. No se puede decir que haya verdaderos favoritos cuando quien más intención de voto ostenta de parte de sus compatriotas -Gustavo Petro- apenas alcanza a convencer a 1 de cada 4 colombianos de favorecerlo con la Presidencia. Y cuando también un 27% del electorado o no tiene posición definida para depositar su voto en las elecciones que están a la vuelta de la esquina o, peor que ello, simplemente no está pensando en votar.

Las consultas internas de las coaliciones y partidos tendrán lugar en un mes y es de esperar que allí se focalizará más este espectro electoral disperso y atomizado que suena inconcebible. Es en la recta final hasta esa fecha que la Colombia pensante debe organizarse en torno a una campaña que enfrente la estrategia comunicacional bien armada de que dispone el candidato del Pacto Histórico y de la cual es demostración palpable su cacareado encuentro con el Pastor de almas de la Iglesia Católica, el Papa Francisco.

Es hora de que se esfuercen los políticos de todas las tendencias por mostrar la catástrofe económica, el pernicioso retroceso que con este populista le espera a Colombia, un país que, a pesar de la pandemia, hoy puede exhibir una resiliencia y fortaleza envidiable de otros países del continente.

Las apuestas están abiertas. Hace unos días decía Inés Santaeulalia en El País de España que los ciudadanos “asistirán en este debate a la discusión entre tres modelos, el de izquierdas, centro y derecha”, pero ello está lejos de ser cierto. Lo que se debate en Colombia es la tesis de las libertades y el progreso contra el estancamiento y el totalitarismo. La de alcanzar un ambiente más vivible en contraposición a la entronización del terrorismo y el retorno al reinado de la inseguridad. La población no puede ser indiferente, ni siquiera tibia, y el abstencionismo no debe tener espacio en el ambiente electoral del país colombiano.

Ese debe ser el eje de la actividad política de las próximas semanas. Ya el populista parece haber tocado techo así que hay que hacerle sentir a cada colombiano su responsabilidad en esta contienda.  Tal como escribía hace poco un articulista del periódico Debate de Bogotá, “todo el modelo político estructurado constitucionalmente en torno a las libertades puede acabarse este mismo año 2022”.  En efecto, sobre la mesa hay candidatos de peso y propuestas sobresalientes para escoger y para sumar de manera de alejar al país de la tibieza o de la indiferencia. Esa tarea es la más inmediata.  

https://www.analitica.com/opinion/a-la-tercera-va-la-vencida/

Compártelo:

Publicaciones relacionadas