María Corina Machado ha hecho todo lo que ha podido, y eso es muchísimo. Su incansable lucha ha marcado un antes y un después en la historia reciente de Venezuela. A pesar de todas las trabas impuestas por la dictadura de Nicolás Maduro, logró organizar unas primarias ejemplares, impulsar una candidatura alternativa y movilizar a millones de venezolanos en un proceso electoral que, a pesar del fraude, dejó en evidencia el deseo de cambio del pueblo.
Su gesta ha conseguido cuatro hitos fundamentales: primero, derrotar por una abrumadora mayoría a Maduro en las urnas; segundo, recopilar pruebas técnicas e irrefutables que certifican su victoria; tercero, conquistar el corazón de la inmensa mayoría del pueblo venezolano, que ve en ella una esperanza genuina; y cuarto, proyectar esa victoria a nivel internacional, obteniendo el reconocimiento de gobiernos y organismos multilaterales que han condenado el fraude electoral del régimen.
Hoy, cuando muchos temen que ha sido abandonada a su suerte, la realidad es que María Corina Machado sigue en el corazón de todos los venezolanos. Su figura es más que la de una simple política; es la gran esperanza para liderar la liberación de Venezuela. Su admirable campaña ha situado nuevamente al país en la agenda global, enfocando la atención internacional en temas cruciales como los derechos humanos, la situación de los presos políticos, la corrupción rampante y el involucramiento del régimen en el narcotráfico y el lavado de dinero.
La ilegitimidad de Maduro es hoy evidente para el mundo entero. Mientras tanto, la crisis interna de Venezuela sigue agudizándose. La pobreza avanza, la economía colapsa y la producción se desploma. Dentro de las fuerzas armadas y policiales, que hasta ahora han sostenido la dictadura, comienzan a gestarse incomodidades y contradicciones que podrían desembocar en movimientos de insubordinación y rebelión.
María Corina representa la reserva moral del país, una especie de deidad popular, protectora de la decencia y madrina de la nueva Venezuela. Ella sigue en pie, con la convicción inquebrantable de que su momento llegará. Y cuando lo haga, estará allí para tomar las riendas de la nación y conducirla hacia un futuro de progreso y renovación moral.
No pierdas la fe. La historia nos ha enseñado que, cuando un pueblo decide liberarse, ninguna tiranía puede sostenerse por siempre. La Venezuela libre y democrática está cada vez más cerca, y María Corina Machado será la mujer que guíe a la nación hacia ese destino.
_______________________________________________________________________________________________________________Autor: Alfredo González [venezuelaunida.com]
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