Nicolás Maduro se juramentó ante la Asamblea Nacional ─de mayoría chavista─ sin sorpresas. Mientras los venezolanos y varios gobiernos de la región siguen sin conocer las actas que convalidan el resultado que anunció el poder electoral venezolano y que por disposición de la legislatura nacional se debe cumplir.
Sobre la situación jurídica y política de una Venezuela con un presidente cuya legitimidad está ampliamente cuestionada conversó Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo, con los abogados Juan Carlos Apitz, rector de la facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de la Universidad Central de Venezuela y con Mariano de Alba, jurista y experto analista en geopolítica, derecho internacional y democracia.
Ambos expertos coinciden en que el gobierno de Maduro, aunque carente de apoyo popular mayoritario, se mantiene cohesionado y aferrado al poder gracias al control de las instituciones, las fuerzas armadas y el apoyo de un sector minoritario de la población.
“Se trata de la consolidación de un régimen autoritario que no cuenta con el apoyo de los venezolanos pero sí el de las instituciones, de la fuerza armada y de seguridad, y de una minoría de la población”, dijo De Alba en su comentario inicial en la edición especial del Con la Luz, emitido el 10 de enero.
Para Apitz, quien reiteró que la juramentación es nula debido al incumplimiento del artículo 231 de la Constitución, hay un quiebre constitucional en el país.
“En este momento hay un quiebre constitucional. Al no respetarse la voluntad del pueblo hay un quiebre de la constitución y el artículo 333 nos dice lo que tenemos que hacer y es mandatorio de lo que tenemos que hacer”, insistió el docente universitario y decano.
La necesidad de reevaluar la estrategia opositora
Tanto De Alba como Apitz concuerdan en la necesidad de una nueva estrategia opositora que no dependa únicamente del apoyo internacional. De Alba subraya que «basar la estrategia principal en el apoyo internacional es un error, porque lo primordial debe trabajarse en Venezuela».
El especialista en derecho internacional aclara que aunque es lógico que en el corto plazo la presión internacional por parte de occidente y los gobiernos democráticos contra la coalición dominante en Venezuela vaya en aumento también es importante recordar que Miraflores ha sabido sortear estos obstáculos.
“Basar la estrategia principal en el apoyo internacional es un error, porque lo primordial debe trabajarse en Venezuela porque la democratización en Venezuela no se trata solo del apoyo internacional sino también de trabajar con factores de Venezuela que puedan darse la vuelta a Maduro. La posibilidad del ingreso de Edmundo González Urrutia a Venezuela debe trabajarse”, insiste De Alba.
Apitz por su parte destaca que aunque el gobierno está en una posición incómoda debido al encerramiento internacional y la ruptura del cordón umbilical entre el gobierno chavista con el pueblo venezolano, enfatiza la necesidad de construir un proceso de negociación y transición.
“Se puede construir un proceso de negociación y hacia la transición. Maduro y compañía deben aceptar los resultados electorales. Hay un sector bajo y medio que reconoce los resultados electorales y ahí hay un primer paso para que haya una transición en Venezuela y una negociación”, apunta.
Una sociedad organizada y movilizada para presionar al gobierno y sus allegados
La negociación y la transición para Venezuela se debe construir desde Venezuela, consideraron ambos expertos. Aunque no es una tarea sencilla, admiten. Sin embargo, enumeraron algunas acciones que debe tomar la dirigencia política y la sociedad civil organizada.
De Alba resalta que el primero de los ingredientes para convencer a las personas que están cerca de Nicolás Maduro y lo sostienen es una sociedad organizada que haga presión interna. “La oposición tiene que ser capaz de construir un consenso dentro de su diversidad”, añade.
De Alba insiste en que responsabilidad de poner fin a la crisis política económica y social en Venezuela no puede recaer solo en María Corina Machado sino que hay que ampliar ese liderazgo a otras caras. “Todo esto empieza con la constancia y con no perder la esperanza, que hay que seguir trabajando para lograrlo”, menciona.
Apitz resalta que no solo es necesario que la sociedad venezolana mantenga la esperanza sino que recuerden que la lucha que hoy libran los venezolanos es por la vigencia de la Constitución.
“La constitución significa derechos y garantías pero también límites al poder (…) Hoy lo que se ha activado es una cuenta regresiva que concluye con la aceptación de los resultados electorales y el regreso de la democracia a Venezuela”, concluye.
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