Muchas son las propuestas en materia de reformas electorales que se han puesto sobre la mesa de la comisión de diálogo que aborda cambios a las leyes del Poder Electoral (LOPE), Procesos Electorales (Lopre) y Partidos Políticos, Reuniones Públicas y Manifestaciones en el seno de la Asamblea Nacional (AN) de 2020.
La mayoría del chavismo es la que en definitiva decidirá qué modificaciones estarán listas, antes del 15 de diciembre de 2024, y cuál será su calibre, de cara a las elecciones previstas para 2025.
Inhabilitar candidaturas por “fascistas” e impedir la observación electoral internacional independiente parecen ser las principales “amenazas” del poder político.
Pero hay un planteamiento que, aunque con escasas probabilidades de pasar llama la atención por el momento político actual en el que vive el país, en el que la oposición exige al gobernante Nicolás Maduro aceptar los resultados electorales a favor de Edmundo Gonzalez y facilitar una transición pacífica.
“Como opción que busque bajar el costo de una salida y facilite las transiciones, surge la posibilidad que los expresidentes adquieran el rango de diputado vitalicio”, es el enunciado de la propuesta en la comisión de diálogo.
¿Por qué un planteamiento como este “se cuela” en las discusiones para intentar pasar pese al actual contexto político?
Figura que garantice “inmunidad”
“Sobre la consulta de una figura que garantice cierta inmunidad a los exmandatarios, se ha utilizado en otras latitudes como parte del desarrollo de una tesis de bajar el costo a una salida, mientras se le sube el costo a la represión (vista como la permanencia). Todo esto dentro de una política que facilite la transición”, señaló el diputado de 2020 Aníbal Sánchez, integrante de la comisión de diálogo por El Cambio.
El experto electoral alude al muy citado ejemplo chileno con Augusto Pinochet, que aceptó dejar el poder con ciertas garantías y acuerdos de paz en los que se les ha dado oportunidades de reinserción a quienes se han “alejado” de los proyectos democráticos y pacíficos.
“De ahí puede surgir esa propuesta de diputados vitalicios que no es la misma base de sustentación de los exsenadores, en el caso de los que venían de ejercer la máxima magistratura”, aclaró sin especificar de qué sector proviene.
En el Congreso bicameral (diputados y senadores), contemplado en la Constitución de 1961, se establecía que los expresidentes de la República se incorporaran como senadores vitalicios al Parlamento (artículo 148) como una forma de “honrar” a los exjefes de Estado. Así lo hicieron Eleazar López Contreras, Romulo Gallegos, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi.
El artículo 148 establecía unas condiciones para gozar de la prerrogativa: haber ejercido como Jefe de Estado por más de la mitad de un período y no haber sido condenado por delitos cometidos en el desempeño de sus funciones.
La figura quedó suprimida con la Constitución de 1999 en la que se aprobó que el Congreso debía ser unicameral, es decir, se eliminó la Cámara del Senado y pasó a llamarse Asamblea Nacional.
El reto de la inclusión
Ni antes ni después de las elecciones del 28 de julio, han cambiado los discursos de la líder opositora María Corina Machado y Edmundo González sobre el tema de la transición y la posibilidad de ofrecer garantías al actual poder político para que abandone Miraflores de manera pacífica luego de haber sido derrotado Maduro, según 83,5% de las actas de escrutinio publicadas por la oposición.
Lo intentó también, sin éxito, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, al plantear un acuerdo en el que se “respetara la vida” de quien perdiera las presidenciales. El chavismo madurismo siempre ha rechazado la idea, bajo el temor infundado de que sus seguidores ─si ellos dejan el poder─ serían perseguidos y asesinados.
Para el politólogo, Jesus Castellanos Vásquez, uno de los grandes retos de una transición en Venezuela es permitir un espacio de representación y actuación del actual oficialismo en el regreso a la democracia. De allí que si considera importante pensar en reformas político electorales que incluyan órganos de representación y sistema electoral como parte de esos espacios para la inclusión.
“Por supuesto la posibilidad de ser diputado o senador adicional tras haber ejercido la Presidencia de la República podría depender de requisitos como su ejercicio democrático, el no estar incurso en delitos tipificados en la ley”, opinó.
El politólogo señaló que, de ser posible, sería importante plantearse la discusión sobre el retorno de la bicameralidad del Poder Legislativo y otras propuestas como la eliminación de la reelección indefinida, la limitación de la reelección a máximo dos períodos (se ha planteado también su eliminación) y la separación del cargo en caso de reelección inmediata durante la campaña electoral
“En lo que respecta al sistema electoral, creo que deberían revisarse esquemas que permitan un mayor pluralismo, a tono con la Constitución y con la necesidad de inclusión. Esta discusión no solo podría reducir costos de salidas sino generar espacios más inclusivos y sentar las bases de una naciente democracia en Venezuela”, añadió.
¿Una especie de amnistía?
Entre algunos políticos y ONG es rechazada la idea de una amnistía general en caso de que quienes ostentan el poder decidan abandonarlo a cambio de ciertas garantías, como por ejemplo la libertad personal y espacios que le permitan sobrevivir como movimiento político. La razón es que se considera que se han cometido delitos de lesa humanidad en el país (torturas, asesinatos, persecución política) que no pueden quedar impunes.
A la pregunta de si la curul vitalicia podría formar parte de una amnistía, Castellanos Vásquez señala que una amnistía requiere de consideraciones más amplias.
“El tema de la amnistía va mucho más allá, la transición debe encontrar un equilibrio entre su sostenibilidad, la inclusividad y la responsabilidad. Un diputado vitalicio no resuelve esto, pero podría ser parte de un mecanismo de negociación más complejo, en el que no solo se considere al presidente de la República saliente, sino también de otras figuras como por ejemplo miembros de la Fuerza Armada”, planteó.
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