Alí, Mike Tyson, Oscar Wilde y el Inca Valero

Me apasiona tanto el boxeo que de niño soñaba con tener una nariz partida y esas cejas que los golpes van dejando lampiñas, protuberantes. Le tengo terror a una pelea callejera, especialmente si es de noche y la acera está mojada, pero en un ring, con guantes de 16 onzas, protector bucal y un réferi compasivo, podría haber sido bastante valiente.

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