El terrorismo de estado aparece cuando los gobiernos, a través de las fuerzas militares, policiales y bandas armadas bajo su control, en combinación con jueces y fiscales complacientes, desatan una avalancha de represión y miedo para aterrar y desmovilizar a la población civil.
Tal cosa ocurre en Venezuela con una narco dictadura ruinosa que usurpa el poder y se niega a reconocer su derrota electoral. desplegando una saña que recuerda a Stalin, Hitler, Trujillo, Somoza, Mao, Pol Pot, Mobuto, Kim il Sun y los hermanos Castro, y ha desatado una violencia criminal desquiciada contra los ciudadanos pacíficos e indefensos:
Detenciones y desapariciones arbitrarias, encarcelamientos y torturas a menores de edad, ancianos y en general a todos los presos políticos, amenazas a las familias de los perseguidos, confiscación de pasaportes, violaciones y hacinamiento en las cárceles (miles de detenidos sin juicio), ejecuciones extrajudiciales, comida y medicinas insuficientes o en mal estado para las víctimas de la represión, refugiados en embajadas, millones de habitantes en el destierro, vigilancia orwelliana de la ciudadanía…
Tal es el infierno de la vida cotidiana de los venezolanos, que su Presidente Electo Edmundo González tuvo que escapar al exilio en Madrid, mientras que la líder legítima de la nación, María Corina Machado, sobrevive dentro del país en una agobiante clandestinidad.
La narco dictadura castrochavista ha sido repudiada por los demócratas del mundo y la abrumadora mayoría de los venezolanos. Se sostiene por la represión, corrupción y la complicidad de otros regímenes autoritarios: Rusia, China, Turquía, Bielorrusia, Irán, Corea del Norte, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Honduras…
Los responsables directos del terrorismo de estado en Venezuela son los mandamases Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Cilia Flores, Vladimir Padrino, Delcy y Jorge Rodríguez, Tarek William Saab, Iván Hernández Dala, Alexander Granko Arteaga, Elio Estrada Paredes, Santiago Serdiñas, Freddy Bernal…
Ellos actúan con bochornoso descaro, junto a sus jueces, fiscales, alacranes, esbirros torturadores y hasta empresarios dóciles. Sus nombres tienen que ser recordados, no por impulsos de revancha sino de justicia.
_______________________________________________________________________________________________________________ Autor: Alexis Ortiz
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