En el contexto de la dictadura venezolana, donde la represión brutal contra la disidencia se ha convertido en una herramienta habitual del régimen, la protección del Presidente Electo de Venezuela, Edmundo González, es una prioridad estratégica. Preservar la vida de Edmundo es esencial, ya que él debe asumir la presidencia constitucional de la república el 10 de enero del próximo año.
Ante la falta de un estado de derecho, exponerlo al riesgo de ser detenido y enviado al Helicoide, uno de los centros de tortura más temidos del régimen, sería una imprudencia imperdonable. La historia del Helicoide nos enseña que los sospechosos “suicidios” de líderes opositores son en este lúgubre centro una posibilidad real.
Desde su exilio en España, Edmundo González continuará cumpliendo con su deber, despachando los asuntos que le exigen su honrosa dignidad de Presidente Electo. Mientras tanto, dentro de Venezuela, María Corina Machado, vista por muchos como la nueva libertadora, sigue siendo la abanderada de la resistencia. Su vida corre constante peligro, pero su determinación no ha flaqueado en su lucha incansable por la libertad del país.
María Corina entiende que proteger a Edmundo es vital para que la lucha de más de 25 años no sea en vano. Su investidura como Presidente Constitucional de Venezuela marcará el fin del arduo camino hacia la liberación.
El pueblo venezolano, aunque silente por el temor a represalias, cada día aborrece más al régimen de Maduro y sueña con su caída. La esperanza de un cambio crece en la misma proporción que aumenta el desprecio por la dictadura.
A nivel internacional, el régimen de Maduro ha sido ampliamente condenado. El fraude electoral que lo mantiene en el poder ha sido catalogado como uno de los más descarados en la historia reciente, situando a Venezuela en la misma categoría de países parias como Corea del Norte, Rusia, Nicaragua, y Cuba. La presión externa es importante, pero la clave sigue siendo la lucha interna encabezada por líderes valientes como María Corina.
La estrategia de resistencia continúa diversificándose, con María Corina a la cabeza de las diferentes facetas de la lucha. Sus discursos y lineamientos son esperados con ansias por los venezolanos, quienes confían en el análisis lúcido e inteligente de su líder.
La lucha por la libertad sigue en pie, y como bien dice el dicho, “ahora que hemos matado al tigre, no podemos asustarnos con la piel”.
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Autor: Alfredo Gonzalez [VenezuelaUnida.com]