Desde 2004, el voto en Venezuela es un proceso automatizado. Desde entonces, los gobiernos chavistas y el Consejo Nacional Electoral (CNE) han defendido con fervor su sistema electoral al punto de catalogarlo como “el mejor sistema electoral del mundo”.
Sin embargo, esta afirmación no solo es respaldada por el gobierno, sino también por la oposición, que reconoce la rapidez y seguridad del sistema de voto automatizado.
Cuando un elector acude a votar, primero presenta su documentación, se verifican sus datos y se le asigna una mesa de votación. Utiliza una máquina de voto para seleccionar su candidato en una pantalla. Por cada voto, la máquina emite una papeleta que se deposita en una urna. Cada máquina transmite los votos electrónicamente a centros de totalización en Caracas y simultáneamente genera una copia en papel del acta de escrutinio. Este proceso, según los expertos, está protegido por líneas telefónicas encriptadas y seguridad informática a prueba de “hackers”.
Por eso, cuando Elvis Amoroso, presidente del CNE, emitió el primer boletín basándose en una supuesta participación del 59% del electorado y el 80% de las mesas escrutadas, y anunció que Maduro había obtenido el 51.20% de los votos mientras que el líder opositor, Edmundo González, había logrado solo el 44.2%, los venezolanos quedamos atónitos.
La sorpresa no solo provenía de los números, sino también del hecho de que las actas de escrutinio, que ya habían sido transmitidas al centro de procesamiento del CNE y entregadas a miles de testigos de las mesas, contaban una historia totalmente diferente.
Esta disparidad entre los resultados oficiales y los documentos en manos de la oposición subraya la eficiencia del sistema electoral venezolano para generar pruebas documentales que pueden contrarrestar cualquier intento de fraude.
Y gracias a nuestro sistema electoral es que el pueblo venezolano y el mundo entero han podido comprobar que las actas generadas por cada mesa electoral y divulgadas a través del sitio resultadosconvzla.com dan como ganador indiscutible, por paliza, a Edmundo Gonzalez Urrutia.
Por todas sus bondades es por lo que yo también estoy pensando que en realidad, el nuestro, bien podría ser “el mejor sistema electoral del mundo”.
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Autor: Alfredo González (venezuelaunida.com)
